Por Agroempresario.com
Mercado de la Raza, la única tienda en Honolulu, Hawai, que vende productos de América Latina, ofrece desde tortillas de maíz, mole, queso fresco y chile habanero hasta tapas de empanada y yerba mate, una puerta a la región en el corazón del Pacífico. Este año, sus dueños, Megahn Chun y Alex Villarino, comenzaron a sentir el impacto del giro político que dio Estados Unidos con el retorno de Donald Trump y su nueva guerra comercial. Algunos de sus proveedores acomodaron sus listas de precios de sus productos importados a la nueva realidad y les recomendaron que aprovechen promociones o se apuren a hacer sus pedidos para evitar futuros aumentos.
“Realmente duele subir estos precios”, dice Chun. “Vendemos pasta La Moderna, hecha en México. Desde que tomamos la tienda, ha estado a un dólar. Y finalmente tuve que subirlo a 1,25. Realmente me dolió. Puede que no parezca mucho, pero queríamos mantener el precio para nuestros clientes. Y no podemos. Así que sí, definitivamente lo estamos sintiendo. Por más que intentemos aferrarnos a ofrecer precios a los que nuestros clientes están acostumbrados, como un servicio a ellos, porque somos la única tienda latina en la isla, simplemente no podemos hacerlo”, explica.
Los nuevos aranceles de Trump han empezado a meterse en el día a día de millones de norteamericanos, alterando una economía que anduvo mucho mejor que la del resto de las naciones avanzadas en los últimos años, aun con el azote que provocó el pico inflacionario de la pospandemia, el peor desde los 80. La confianza de los norteamericanos, uno de los termómetros de la salud de la economía, se desplomó este mes en medio de la ofensiva proteccionista y la guerra comercial desatada por los aranceles de Trump.
Los norteamericanos esperan ahora más desempleo y más inflación. Y no parece ser una expectativa errada: hay precios que ya comenzaron a moverse y la gente y los pronósticos de los economistas esperan ahora una mayor inflación, un golpe que, de momento, no parece haber inmutado a Trump, decidido a romper el libreto económico que guió a la economía global durante décadas para escribir uno propio.
“Esto es muy malo para la economía. Es malo para los consumidores, para los negocios, y si no cambiamos el rumbo creo que van a ser tiempos económicos difíciles”, dijo Wayne Winegarden, investigador del Pacific Research Institute. “El mercado accionario ve que este va a ser un ambiente malo para los negocios porque los aranceles van a subir los costos y van a reducir la demanda, así que las ganancias serán exprimidas por dos lados”, agregó.
Winegarden dice que los aranceles llevarán a “aumentos generalizados” de precios, justo cuando la inflación comenzó a ceder. Para el bolsillo de los consumidores, será un golpe. “Y sentiremos una vez más que la vida se vuelve mucho menos barata. Será difícil para las familias”, prevé.
El impacto total sobre los precios se verá a lo largo de varios meses porque tomara tiempo asimilar los aranceles. Los precios de algunos productos, como frutas, verduras, cerveza, vino o tequila podrían moverse más rápido. Una proyección de Anderson Economic Group ya prevé aumentos de entre 4000 a 10.000 dólares en los vehículos nuevos bajo los nuevos aranceles.
Los aranceles también golpearán el mercado de bienes raíces. La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB) indicó que aproximadamente el 7% de todos los insumos utilizados en la construcción de viviendas nuevas provienen de un país extranjero, alrededor de 14.000 millones de dólares. Dos materiales esenciales utilizados en la construcción de viviendas nuevas, la madera blanda y el yeso, llegan principalmente desde Canadá y México, los dos principales socios comerciales de Estados Unidos. La agrupación proyecta que los nuevos aranceles aumenten el costo de los materiales de construcción en más de 3000 millones de dólares.
Los precios también pueden sufrir por el plan de deportaciones masivas de Trump. Así lo advirtió Larry Fink, CEO de BlackRock, quien dijo que habrá más inflación en el corto plazo por el giro nacionalista de la Casa Blanca, incluida la deportación de inmigrantes indocumentados.
Además de los aranceles en sí, las marchas y contramarchas, las represalias y las amenazas de Trump han creado un ambiente de incertidumbre. “La creciente incertidumbre en torno a las políticas económicas estadounidenses ha provocado uno de los peores inicios de la historia para las acciones estadounidenses bajo un nuevo presidente”, indicó el Instituto Internacional de Finanzas.
Más del 30% de los ingresos de las empresas del S&P 500 provienen del extranjero, especialmente en tecnología, materiales y atención médica, con lo cual “la represalia a los aranceles y el creciente boicot a productos estadounidenses podrían afectar las ganancias corporativas y aumentar la volatilidad del mercado”.
Larry Summers, exsecretario del Tesoro, advirtió que la economía de EE.UU. coquetea con una crisis. “Estoy convencido de que hay casi un 50% de posibilidades de recesión, y tal vez un riesgo mucho mayor, a menos que se modifique el enfoque político actual frente a las amenazas arancelarias”, dijo Summers. “Los CEO, los consumidores y los mercados están a la espera de un escenario de estanflación”, concluyó.