Por Agroempresario.com
Roberto Petersen es un nombre que muchos en Argentina asocian con la gastronomía y la televisión. Su popularidad creció a raíz de su participación en el canal Gourmet, donde junto a su hermano Christian, compartían recetas y consejos culinarios. Sin embargo, el deseo de tener un producto propio en las góndolas siempre estuvo presente en la mente de Roberto, y en 2018, junto a su hijo Mateo, hizo realidad ese sueño con la creación de Pizza Zën. Lo que comenzó como un proyecto familiar y artesanal, ha logrado posicionarse en el mercado nacional e internacional, facturando millones de pesos.
La historia de Pizza Zën tiene un claro origen familiar. Desde hace años, los Petersen tienen una tradición de cocinar pizzas caseras los domingos, una costumbre que pasó de generación en generación. Roberto preparaba pizzas en su horno de barro y las congelaba para disfrutarlas durante la semana. En muchas ocasiones, Mateo, su hijo, terminaba de cocinarlas cuando regresaba de su salida nocturna, y notó que el sabor y la textura de las pizzas eran siempre iguales a las que Roberto preparaba los domingos. Fue en ese momento cuando Mateo visualizó la oportunidad de negocio.
El primer intento de Roberto por crear un producto para las góndolas no fue exitoso. Durante meses, trabajó en el desarrollo de un kétchup casero, realizando múltiples pruebas y reuniones con especialistas de Estados Unidos. Sin embargo, el alto costo de producción y el packaging poco atractivo hicieron que desechara la idea. Aunque no fue un triunfo inmediato, la experiencia le sirvió para perfeccionar sus habilidades en el desarrollo de productos alimenticios y para entender lo que realmente buscaba: una fórmula que combinara la calidad artesanal con el potencial de comercialización.
La oportunidad de revancha llegó en 2018, cuando Mateo le propuso a su padre emprender juntos un proyecto que los uniera aún más: crear pizzas congeladas de alta calidad. Después de varias pruebas en el horno de barro de la casa familiar, lograron crear una masa de pizza única, hecha con harina orgánica y fermentada de manera lenta, lo que resultaba en una textura crujiente y aireada. La receta fue perfeccionada a lo largo de seis meses, hasta que la masa estuvo lista para ser comercializada.
El concepto de Pizza Zën nació como un homenaje al legado familiar y a la filosofía de vida de Roberto, quien no solo se dedica a la cocina, sino también a los negocios. La marca tomó inspiración en su apellido y le agregó la diéresis en la “e”, un símbolo nórdico de la herencia paterna de la familia. Además, el nombre hace alusión al ritmo lento y pacífico de la elaboración de la masa, en línea con la filosofía budista que fomenta la paciencia y la dedicación.
El primer gran impulso de Pizza Zën llegó gracias al “boca en boca” entre amigos y familiares. Para hacer crecer la marca, Roberto comenzó a moverla en las redes sociales, y fue en Instagram donde dio a conocer el primer diseño de la caja. “Mi hija tomó la foto de la caja, que fue el primer posteo. Un lunes, mi hijo me llamó y me dijo ‘estamos abiertos, ya empecé a vender’. Vendimos las primeras pizzas que teníamos congeladas, y él las cargó en su auto para repartirlas personalmente”, recuerda Roberto con una sonrisa.
Hoy, Pizza Zën se encuentra en más de 350 puntos de ventas en 14 provincias argentinas, abarcando supermercados, mercados, carnicerías, restaurantes, hoteles y casinos. Además, la marca se expande internacionalmente, con ventas en Estados Unidos y Hong Kong, gracias a dos empresas manejadas por argentinos que importan productos nacionales.
En cuanto a la producción, la empresa ha crecido de manera significativa desde sus humildes comienzos. En la actualidad, Pizza Zën produce más de 2000 pizzas diarias y 5200 docenas de empanadas congeladas cada mes. Según Roberto, la marca experimentó un crecimiento del 15% interanual en 2024, alcanzando una facturación de $4.000 millones. “Fue un año difícil, sobre todo en el primer semestre, cuando la baja del consumo afectó al mercado. Sin embargo, pudimos mantener el crecimiento gracias al trabajo y a la aceptación que generó el producto”, comenta el empresario.
Un factor clave en este éxito es la elección de productos que combinan lo artesanal con la capacidad de producción masiva. La masa de pizza de Pizza Zën se mantiene fiel a su origen casero, amasada y estirada a mano, lo que le otorga una calidad superior en comparación con las pizzas industriales. Asimismo, las empanadas, un producto que nació durante la pandemia debido a la disponibilidad de personal ocioso en la fábrica, se han convertido en otro de los pilares del negocio.
Roberto reconoce que el mayor desafío que enfrentan actualmente es crecer manteniendo la calidad artesanal. “Nuestro objetivo es expandirnos sin perder la esencia de lo que hacemos. A veces, la tentación de usar una máquina que estire la masa automáticamente o comprar un aceite de oliva más barato es grande, pero no podemos perder la esencia que nos caracteriza”, afirma.
En cuanto a su infraestructura, Pizza Zën comenzó en un pequeño espacio en San Isidro, donde los Petersen realizaban las preparaciones de sus eventos gastronómicos. Sin embargo, a medida que el negocio crecía, tuvieron que mudarse a una planta más grande. En 2021, se mudaron a una planta de 700 m2 en San Fernando, con una inversión inicial de aproximadamente US$40.000. El crecimiento continuó y en septiembre de 2023, la empresa se trasladó a una nueva planta de 2000 m2 en Tigre, con capacidad para producir hasta 80.000 pizzas al mes.
El futuro de Pizza Zën parece prometedor. Con una línea de productos que se actualiza constantemente, la marca planea lanzar nuevos tamaños y variedades de pizzas y empanadas cada pocos meses. Además, están evaluando nuevos mercados internacionales para continuar expandiendo su presencia fuera de Argentina.