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Por Agroempresario.com
La polémica medida del Gobierno sobre la apertura de la Patagonia al ingreso de carne con hueso y material genético ha generado gran revuelo en el sector agropecuario. En particular, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, expresó su malestar por la forma intempestiva en que se tomó esta decisión. Menos de una semana después de que el Gobierno diera marcha atrás con la medida por 90 días, Pino lamentó que se haya comunicado sin consulta previa ni explicaciones claras, afectando de manera significativa a los productores de la región.
El dirigente de la SRA afirmó en su discurso en la Exposición de Puerto San Julián, Santa Cruz, que recibir una noticia de esta magnitud sin previo aviso genera “angustia” en un sector que siempre trabaja “a futuro”. “No está bueno, no hace bien. Genera algo que es muy feo en lo que hacemos nosotros, que es producir siempre hacia adelante y que vengan a plantear una cosa así entorpece mucho”, remarcó.
Pino no dudó en expresar su desacuerdo con el manejo de la situación, enfatizando que el sector agropecuario tiene el derecho de opinar sobre las decisiones que lo afectan. “Ese día, a las 7 de la mañana hablé con un alto funcionario del Gobierno y le dije: ‘No es por acá, así no’. Ahora, se abren estos 90 días de una mesa de diálogo y de construcción para algo que sea razonable”, destacó el titular de la SRA. Aunque reconoció que el Gobierno había dado marcha atrás, consideró fundamental que los productores tengan la oportunidad de expresar sus puntos de vista en una mesa de diálogo para encontrar soluciones viables para todos.
Una fuerte declaración vino también de parte de las cabañas bovinas de la Patagonia, que no dudaron en mostrar su “gran preocupación y decepción” por las nuevas medidas adoptadas en relación con la barrera sanitaria. A través de un comunicado, más de 30 cabañas de la región lamentaron cómo se desplomaba el trabajo realizado a lo largo de los años, destacando que la lucha contra la fiebre aftosa y las medidas sanitarias que implementaron les permitieron convertir a la Patagonia en una de las pocas regiones del país con estatus sanitario libre de la enfermedad.
“El trabajo realizado durante todos estos años, la vacunación, las cuarentenas y el control sanitario han permitido que parte del territorio nacional sea libre de fiebre aftosa, lo que se lograba con gran esfuerzo. Hoy, de un día para otro, vemos cómo se cae todo ese trabajo”, afirmaron los cabañeros patagónicos.
Las cabañas, que en su momento tuvieron que reinventarse para proveer de genética a la región, recuerdan el esfuerzo de desarrollar “nuestra genética patagónica” mediante el uso de biotecnología, lo que permitió el acceso a reproductores de alto valor genético. Este proceso, dicen, no solo suplió la demanda interna de reproductores, sino que también mejoró la producción de carne en la región.
El sector de las cabañas bovinas de la Patagonia pasó de ser un grupo reducido a contar con más de 70 cabañas, todas trabajando para desarrollar genética en la región. Este crecimiento se reflejó en la exportación de reproductores y material genético a países libres de fiebre aftosa, como Chile, un mercado que demanda altos estándares sanitarios.
“Hoy, con estas medidas, lo único que logramos es desaprovechar y perder el mercado de aquellos países que demandan los reproductores y material genético de alto valor productivo que se crían en la Patagonia”, destacaron los productores. Además, señalaron que estas decisiones no solo afectan a los productores locales, sino que privan al país de ingresos económicos importantes. “Nos privamos de ingresos que favorecen al país y a nuestro sector en particular”, concluyeron.
Finalmente, los cabañeros solicitaron al Gobierno trabajar en políticas que permitan que toda la Argentina sea libre de aftosa sin vacunación, siguiendo el ejemplo de países vecinos del Mercosur. El llamado es claro: “No destruyamos parte del patrimonio productivo, sanitario y de apertura comercial que tiene nuestro país. Hoy nos preocupa perder todo lo que logramos y nos decepciona la falta de políticas que acompañen, ayuden e incentiven la producción”, expresaron.
Con estas declaraciones, los productores y cabañeros patagónicos insisten en la necesidad de un diálogo que permita consensuar medidas que no solo protejan la salud sanitaria de la región, sino que también fomenten el desarrollo económico y productivo de la Patagonia. La situación genera incertidumbre en un sector clave para la economía nacional, que pide ser escuchado y tomar parte activa en las decisiones que los afectan directamente.
