Por Agroempresario.com
Con su aspecto prehistórico y un comportamiento poco común en el reino animal, la cigüeña picozapato (Balaeniceps rex) es uno de los depredadores más enigmáticos y temidos en las zonas pantanosas del este de África. Conocida por su pico gigante, que ocupa el tercer lugar en tamaño entre todas las aves, esta especie puede alcanzar hasta 1,5 metros de altura, siendo capaz de capturar presas tan grandes como cocodrilos juveniles, águilas y serpientes.
Lo que realmente distingue a la cigüeña picozapato es su comportamiento monógamo y solitario, además de su peculiar forma de criar a sus crías. La hembra suele poner hasta tres huevos por nidada, pero la competencia entre hermanos por la comida es tan feroz que es común que solo uno logre sobrevivir hasta la edad adulta. Este patrón de rivalidad fue documentado en un video grabado para una serie de la BBC, donde se observó al primogénito atacando y matando a los más pequeños para asegurarse de recibir toda la comida disponible.
El comportamiento de la cigüeña picozapato no termina ahí. Esta ave es capaz de permanecer completamente inmóvil durante largos periodos antes de capturar a su presa, utilizando su imponente pico para atraparlas rápidamente. Además de su tamaño y fuerza, la cigüeña emite un sonido peculiar, similar al de una ametralladora, que contribuye a su aura de temibilidad.
A pesar de su apariencia y comportamientos intimidantes, la cigüeña picozapato es una especie vulnerable, con entre 5.000 y 8.000 ejemplares restantes en la naturaleza, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Esta ave pertenece a una familia y género únicos, lo que la convierte en un caso excepcional dentro del mundo de las aves. Su parentesco más cercano sería con los pelícanos, miembros del antiguo orden Pelecaniformes, que surgió hace aproximadamente 145 millones de años.