Con la llegada del otoño en Argentina, las mandarinas se convierten en protagonistas de las verdulerías. Esta fruta cítrica, pequeña y fácil de pelar, se distingue por su dulzura y su aroma inconfundible. Su temporada comienza en abril y se extiende hasta los primeros meses del invierno.
Las mandarinas están cargadas de beneficios para la salud. Son una fuente importante de vitamina C, un nutriente clave para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir resfriados y gripes, algo fundamental en los meses de bajas temperaturas.
Además, contienen antioxidantes que contribuyen a la salud de la piel y retrasan el envejecimiento celular.
Por su equilibrio entre dulzura y acidez, pueden disfrutarse solas o incorporarse en preparaciones como ensaladas, postres y mermeladas.
La mermelada de mandarina es una excelente manera de conservar el sabor de esta fruta durante todo el año. Su elaboración es sencilla y permite aprovechar incluso las cáscaras, que concentran aceites esenciales y un perfume irresistible.
Ingredientes
-Un k de mandarinas.
-500 g de azúcar.
-Jugo de un limón.
-Una taza de agua.
Procedimiento
#. Lavar bien las mandarinas y pelarlas. Reservar algunas cáscaras sin la parte blanca para evitar el amargor.
#. Separar los gajos y retirar las semillas. Picar la pulpa y colocarla en una cacerola junto con el azúcar y el jugo de limón.
#. Cortar en tiras finas las cáscaras reservadas y añadirlas a la cacerola.
#. Incorporar el agua y llevar a fuego medio, removiendo ocasionalmente.
#. Cocinar hasta que la preparación espese y tome una textura de mermelada, aproximadamente 40-50 minutos.
#. Retirar del fuego y envasar en frascos esterilizados.
#. Dejar enfriar antes de consumir y almacenar en un lugar fresco y seco.
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