Agroempresario.com
La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) publicó el índice de Actividad del Mercado Inmobiliario Rural (InCAIR) correspondiente a febrero de 2025, alcanzando los 41,62 puntos. Este indicador, que mide la dinámica del sector en todo el país, mostró una actividad similar a la registrada en enero de este año, marcando una recuperación moderada en comparación con los últimos años.
El InCAIR se calcula a partir de diversos factores, como encuestas realizadas a los socios de CAIR, la cantidad de avisos publicitarios en medios nacionales, la actividad en la web de la cámara, el volumen de operaciones concretadas y el nivel de consultas de inversores. En su referencia histórica, el índice alcanzó un máximo de 97,5 puntos en septiembre de 2011, pero en los últimos años, los valores se han mantenido por debajo de ese umbral.
Las tendencias del mercado inmobiliario rural en febrero de 2025 muestran ciertos patrones relevantes. Por un lado, el valor registrado este mes es prácticamente el mismo que el de enero, lo que indica una estabilidad en la actividad del sector. Además, en comparación con los mismos meses de años anteriores, la actividad inmobiliaria rural se ha mantenido en niveles más altos, lo que refleja signos de recuperación en el mercado.
Las condiciones climáticas continúan siendo un factor clave en el comportamiento del mercado. Las lluvias registradas en diversas zonas del país han mejorado las expectativas tanto de inversores como de vendedores, lo que ha generado un repunte en las consultas y las operaciones en aquellas regiones favorecidas por las precipitaciones. Sin embargo, en las áreas más afectadas por la sequía, la actividad sigue siendo baja, con escasas consultas y pocas operaciones concretadas.
El informe de CAIR destaca que, si bien el mercado inmobiliario rural muestra signos positivos en algunas regiones, las condiciones climáticas siguen influyendo de manera determinante en la dinámica del sector. A pesar de la recuperación parcial, la incertidumbre sobre el clima continúa siendo un desafío importante para la estabilidad del mercado inmobiliario rural en Argentina.