Por Agroempresario.com
La cosecha de soja avanza de manera lenta en el territorio nacional tras las últimas lluvias, registrando un importante retraso interanual. Al momento, se ha logrado recolectar el 2,6% de la superficie apta, lo que representa un atraso del 8% en comparación con la campaña pasada y del 4% respecto al promedio de los últimos cinco años, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
Las demoras se deben, principalmente, a la falta de piso en los lotes tras las precipitaciones recientes. A pesar de estos inconvenientes, la soja de primera en la región núcleo está mostrando rendimientos alentadores, promediando los 37 quintales por hectárea, mientras que el rendimiento medio nacional semanal se ubica en 35,4 quintales por hectárea.
En el caso de la soja de segunda, un 27% de los lotes está en plena etapa de llenado de grano, beneficiado por las condiciones climáticas templadas del otoño. Sin embargo, en el norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires, las heladas han afectado de manera desigual a los cultivos, impactando en el llenado de grano y generando incertidumbre sobre el daño final, que será evaluado en los próximos días.
A pesar del retraso en la recolección, la BCBA mantiene su proyección de producción de soja en 48,6 millones de toneladas.Avance en otros cultivos
En paralelo, la cosecha de maíz también está en marcha y, tras un avance intersemanal del 2,8%, ya cubre el 23,1% del área nacional. En este caso, se registra un adelanto interanual del 8,1%. El rendimiento medio nacional se ubica en 83,3 quintales por hectárea, con una producción acumulada de 13,6 millones de toneladas. No obstante, las condiciones húmedas y las precipitaciones han ralentizado el proceso, especialmente en el oeste de Buenos Aires, donde los lotes encharcados dificultan las labores.
Al igual que en la soja, las heladas han afectado cultivos de maíz en distintos estadios, desde R4 hasta R5, lo que podría repercutir negativamente en el peso de los granos. Pese a esto, la BCBA mantiene su proyección de producción en 49 millones de toneladas.
En cuanto al girasol, la cosecha avanza con firmeza y ya ha cubierto el 87,6% del área apta tras un progreso intersemanal del 12%. El rendimiento promedio nacional se mantiene por encima de los 23 quintales por hectárea, permitiendo sostener la proyección de producción en 4,5 millones de toneladas. Las últimas semanas han mostrado importantes avances en el centro y sudoeste de Buenos Aires y en el sur de La Pampa, donde, a pesar de los problemas de piso, los resultados continúan superando los promedios históricos. En el sudeste bonaerense, en cambio, las labores han sufrido demoras localizadas, aunque los resultados siguen siendo alentadores.
Por su parte, la cosecha de sorgo granífero tuvo un avance de apenas 2,5% en las últimas dos semanas, alcanzando el 18,9% del área estimada. El retraso responde a la reactivación vegetativa de los cultivos tras las lluvias recientes, lo que generó panojas en diferentes estados fenológicos. Esta situación ha obligado a los productores a aplicar herbicidas para acelerar el secado y facilitar la recolección. En cuanto a rendimientos, el centro-norte de Córdoba y el núcleo norte registran los mejores resultados con promedios de 60 y 52,9 quintales por hectárea, respectivamente. Sin embargo, en el NEA se esperan rindes cercanos a los 20 quintales por hectárea, con importantes pérdidas de superficie.
En este contexto, la BCBA mantiene su proyección de producción de sorgo en 3 millones de toneladas.Perspectivas y desafíos
Las condiciones climáticas siguen jugando un papel determinante en la campaña de cosecha. Mientras las lluvias han complicado las labores, los rendimientos se mantienen dentro de las expectativas en la mayoría de los cultivos. A medida que la recolección de soja se generaliza, los productores esperan que la situación climática mejore para poder acelerar el proceso y minimizar las pérdidas.
El panorama del sector agropecuario sigue siendo desafiante, pero las proyecciones de producción para soja, maíz, girasol y sorgo continúan firmes. En las próximas semanas, la atención estará puesta en la evolución de las condiciones climáticas y su impacto en los cultivos que aún están en proceso de recolección.