Por Agroempresario.com
La salida del cepo cambiario en la Argentina tuvo un impacto inmediato en el mercado granario. En la primera jornada tras el anuncio, las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) alcanzaron un volumen significativo: se registraron 1,7 millones de toneladas de granos para exportación, en su mayoría maíz, harina de soja, trigo y poroto de soja. Este dato cobra relevancia en un contexto donde se generaliza la cosecha y el Gobierno busca acelerar la liquidación de divisas.
El dato fue confirmado por fuentes del sector a LA NACION, y analistas coinciden en que parte de esta reacción se vincula directamente con las recientes declaraciones del presidente Javier Milei. En una entrevista radial, el mandatario advirtió que las retenciones, reducidas transitoriamente, volverán a su nivel anterior a partir de julio. “Avísenle al campo que si tiene que liquidar, liquide ahora”, lanzó el Presidente, generando un efecto inmediato en el comportamiento de los exportadores.
El nuevo esquema cambiario implicó una suba del tipo de cambio oficial, pero esa variación no se tradujo plenamente a los precios en pesos. La soja se negoció entre $330.000 y $340.000 por tonelada, apenas por encima de los $330.000 del viernes anterior, mientras que el maíz se ubicó entre $230.000 y $235.000, frente a los $225.000 previos. En términos nominales hubo una mejora, pero al ajustarlos por el nuevo dólar, los valores en dólares mostraron una baja real.
“El Matba-Rofex [ahora A3] mostró caídas especialmente en soja: 2,2% en la posición julio y 1,5% en otras”, explicó la analista Paulina Lescano. Según su visión, los precios en pesos no fueron lo suficientemente atractivos como para generar una oleada de ventas por parte de los productores. “El productor hoy ve una soja a $340.000, pero con el tipo de cambio actual eso no es un buen precio en dólares”, señaló.
El analista Gustavo López, de Agritrend, resaltó la magnitud de las DJVE: “Se anotaron 1.700.000 toneladas en un solo día. No es un dato menor. El mayor volumen se lo llevó el maíz, con 750.000 toneladas, seguido por harina de soja con 500.000. El resto se distribuye entre trigo, poroto de soja y otros productos”.
Para López, el número refleja una combinación de factores: la necesidad de anticipar ventas ante el regreso de las retenciones y la mayor disponibilidad de mercadería por el avance de la cosecha. Sin embargo, aclaró que “gran parte de esa mercadería ya había sido comprada por la exportación con anterioridad”.
En este sentido, también Paulina Lescano destacó que el volumen registrado es un dato alentador desde el punto de vista del Gobierno. “Lo positivo es que, comparado con lo que venía pasando, el nivel de declaraciones fue muy superior. Ahora habrá que ver si eso se sostiene o fue solo una reacción puntual”.
A pesar del volumen en las DJVE, el mercado físico operó con lentitud. La mayoría de los compradores se mostraron cautelosos y las ofertas fueron escasas. Según Lorena D’Ángelo, analista de AZ Group, “el mercado estuvo muy flojo de ofertas compradoras. Recién sobre el cierre se vieron algunas, pero sin grandes mejoras en pesos”.
La especialista explicó que la suba del tipo de cambio oficial no fue suficiente para mejorar los valores reales que percibe el productor. “Al desaparecer el dólar blend, los precios ajustaron hacia abajo. Las posiciones en el mercado de futuros también bajaron, sobre todo después de junio, ante el anuncio del regreso de las retenciones”, afirmó.
A este escenario se suma un factor climático. Las recientes mejoras en el tiempo han permitido avanzar con la cosecha, lo que incrementa la oferta en el mercado. Este mayor volumen disponible ejerce presión sobre las cotizaciones, en un contexto de transición regulatoria e incertidumbre cambiaria.
Desde la corredora Grassi SA, Juan Manuel Uberti describió la jornada como “bastante paralizada”. Según explicó, los productores están más enfocados en las tareas de recolección que en vender. “La cosecha venía con retrasos por las lluvias, y ahora que hay ventana climática favorable, la prioridad es levantar el grano. Eso también influye en la escasa actividad comercial”, afirmó.
Uberti también se refirió a la baja en los precios en dólares: “La mejora en el tipo de cambio se trasladó solo parcialmente al mercado. En dólares, los valores siguen bajando y eso retrae aún más la intención de venta”.
En la misma línea, Adrián Seltzer, de la corredora Granar SA, remarcó que “los compradores ofrecieron valores similares a los del viernes, casi por compromiso”. Según señaló, con el nuevo dólar oficial —que pasó de $1130 a $1189 tras la salida del cepo— el mercado ajustó el spread que antes generaba el dólar blend. “El mercado de futuros mostró bajas generalizadas. Ahora se está liquidando al dólar oficial, y eso requiere una readecuación de expectativas”, comentó.
A pesar de los vaivenes, el mercado sigue de cerca las señales del Gobierno. Las declaraciones del Presidente sobre el regreso de las retenciones pusieron presión para anticipar ventas, pero también generaron incertidumbre sobre el rumbo del esquema tributario.
En ese sentido, analistas coinciden en que la sostenibilidad del nuevo esquema dependerá de que se consolide la estabilidad cambiaria y se generen precios atractivos para el productor. “Todos estamos esperando que esto se acomode. Recién ahí podremos ver un movimiento más claro en el mercado”, concluyó Seltzer.
En síntesis, el primer día tras la salida del cepo dejó una paradoja: un volumen significativo de ventas registradas para exportación, pero poca actividad real en el mercado físico y precios en dólares que no entusiasman. El campo, mientras tanto, sigue cosechando… y esperando definiciones.