Por Agroempresario.com
La empresa finlandesa Wärtsilä, reconocida por sus desarrollos tecnológicos en energía y transporte marítimo, puso en marcha un ambicioso proyecto en conjunto con la firma brasileña Energética Suape II S.A. Ambas compañías emprendieron la primera prueba mundial de un motor de gran escala alimentado exclusivamente con etanol, un biocombustible derivado de la caña de azúcar.
El ensayo se realiza en la central termoeléctrica Suape II, ubicada en Recife, Brasil, una región clave por su alta producción cañera. El objetivo es claro: evaluar la eficiencia, estabilidad operativa y viabilidad económica del etanol como fuente única de generación eléctrica.
La iniciativa cuenta con el respaldo del programa WISE (Wide and Intelligent Sustainable Energy), impulsado por Business Finland. Las pruebas se extenderán entre 2026 y 2028, acumulando 4.000 horas de funcionamiento continuo bajo condiciones reales.
Este avance se inscribe en una tendencia global que busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles mediante el desarrollo de energías alternativas como la solar, la eólica y la biomasa. El etanol, ya utilizado en el sector automotriz, se perfila ahora como una opción sólida también para el ámbito eléctrico.
Brasil, el mayor productor y consumidor mundial de etanol, se posiciona como terreno fértil para expandir esta tecnología. De hecho, el gobierno brasileño permitirá el uso de este biocombustible en la próxima subasta de capacidad energética prevista para 2025, lo que abre un nuevo espacio de competencia para fuentes renovables.
De resultar exitoso, el proyecto podría sentar un precedente mundial. No solo ofrecería una alternativa más limpia, sino que revalorizaría cultivos tradicionales como la caña de azúcar, integrándolos al ecosistema energético del futuro. Así, el azúcar no solo endulzaría nuestras mesas, sino también las redes eléctricas del continente.