Por Agroempresario.com
La Organización Mundial del Comercio (OMC) lanzó una advertencia que resuena con fuerza en el ámbito del comercio exterior y la logística internacional: el volumen global de mercancías podría contraerse un 0,2% en 2025, revirtiendo las proyecciones optimistas formuladas a comienzos del año. Esta contracción, vinculada al resurgimiento del proteccionismo y a una creciente incertidumbre en las políticas comerciales, amenaza con desacelerar significativamente la actividad logística en todas sus dimensiones.
Según el informe de Perspectivas del Comercio Mundial publicado recientemente por el organismo, el crecimiento del comercio de servicios de transporte será uno de los más afectados. Mientras que en un escenario sin nuevos aranceles se estimaba un incremento del 2,9% para 2025, las proyecciones revisadas lo reducen al 0,5%, lo que refleja el impacto directo que tendrá la caída del intercambio de bienes sobre la demanda de servicios logísticos.
El análisis de la OMC sostiene que si Estados Unidos reactivara los aranceles recíprocos actualmente suspendidos, y si esta política se extendiera a otras regiones, el comercio mundial podría caer hasta un 1,5%. De concretarse ese escenario, la afectación al transporte marítimo, aéreo y terrestre sería inmediata. También lo sería para sectores asociados como los servicios portuarios, el almacenamiento, la distribución y la logística integrada.
“El comercio de bienes es el motor de la logística global. Cuando ese motor se desacelera, todo el sistema se ve comprometido: rutas menos rentables, infraestructuras subutilizadas y una cadena de suministros global más costosa e ineficiente”, señala el informe.
Latinoamérica no escapa a esta tendencia. En materia de exportaciones de servicios comerciales —como turismo, servicios digitales y profesionales— la región pasaría de un crecimiento estimado del 2,7% a una caída del 1,1% en 2025. Aunque se prevé una recuperación parcial para 2026, con un alza del 1,1%, el ritmo sería insuficiente para compensar el retroceso.
En cuanto al comercio de mercancías, las exportaciones sudamericanas mostrarían una relativa resiliencia con un crecimiento del 0,6% en 2025. Sin embargo, esto se mantiene por debajo del 1,4% previsto en el escenario base. Las importaciones, en cambio, se verán más afectadas: pasarían de un incremento del 6% a solo el 5%, reflejando la vulnerabilidad regional ante las turbulencias del comercio global.
Estas cifras sugieren que América Latina tendrá dificultades para consolidarse como un hub logístico o comercial alternativo en un mundo donde los flujos comerciales se están reconfigurando por tensiones geopolíticas y medidas unilaterales.
Sin embargo, no todo el panorama es negativo. La OMC destaca que la disputa comercial entre Estados Unidos y China podría beneficiar a países terceros con estructuras exportadoras similares a la del gigante asiático. Esto abriría oportunidades para algunos mercados emergentes —incluso en América Latina— en sectores como los textiles o la manufactura electrónica básica.
El informe también introduce por primera vez estimaciones detalladas sobre el comercio de servicios, que se espera represente el 26,4% del comercio global en 2025, el nivel más alto desde 2005. A pesar de este récord, la expansión del sector se verá frenada por la demanda global más débil, afectando especialmente a los servicios logísticos y tecnológicos, claves para la eficiencia de las cadenas de valor.
Finalmente, el documento advierte que las consecuencias de las políticas proteccionistas van más allá del corto plazo. Al distorsionar los flujos comerciales, encarecer la logística y generar volatilidad en las rutas de abastecimiento, estas medidas desalientan la inversión en infraestructura y complican la planificación estratégica de las empresas del sector.
Frente a este escenario, las compañías logísticas deberán adaptarse a un entorno más fragmentado e incierto, donde la flexibilidad operativa, la diversificación de mercados y la eficiencia tecnológica serán claves para sobrevivir.
América Latina, con su ubicación estratégica y su potencial exportador, tiene ante sí el desafío de no perder protagonismo en un comercio mundial en transformación. La forma en que logre insertarse en esta nueva configuración definirá su futuro logístico y comercial en los años por venir.