Por Agroempresario.com
Tan solo un litro de aceite vegetal usado puede contaminar hasta mil litros de agua. Esta cifra, que resume el enorme impacto ambiental de un residuo cotidiano, pone en foco la necesidad urgente de buscar soluciones eficientes para su reciclaje. En ese camino, una startup española desarrolló una alternativa innovadora: una máquina capaz de transformar el aceite de cocina usado en productos de limpieza seguros y sustentables.
El proyecto nació de la mano de Catalina Trujillo y Sergio Fernández, fundadores de Souji, quienes idearon un sistema pensado especialmente para negocios gastronómicos —como restaurantes, cafeterías, hoteles y cruceros— que generan grandes volúmenes de aceite usado y, muchas veces, no cuentan con infraestructura para su recolección adecuada.
La máquina creada por Souji ocupa apenas el espacio de una televisión y funciona mezclando el aceite usado con una fórmula propia, diseñada y patentada por la empresa. El resultado: detergentes para lavadora, lavavajillas y limpiadores multisuperficies listos para usar, sin necesidad de calentar la mezcla ni emplear productos corrosivos como la sosa cáustica, que era habitual en las recetas caseras de jabón.
Según explicaron sus creadores a la agencia EFE Verde, la tecnología fue pensada para lugares de difícil acceso o con sistemas de recolección ineficientes, como zonas rurales, islas, países en desarrollo o embarcaciones. “Permite a estos usuarios fabricar productos de limpieza en el mismo lugar donde se genera el residuo, reduciendo costos y su huella de carbono”, destacó Trujillo.
Además de ser segura y fácil de usar, la fórmula de Souji no contiene tóxicos ni requiere energía adicional, lo que la convierte en una herramienta práctica para quienes buscan una gestión sustentable de residuos sin depender de terceros. Este modelo de economía circular, según sus fundadores, no compite con la industria de biocombustibles, sino que se posiciona donde ese modelo aún no llega.
Mientras tanto, en Argentina la gestión del aceite vegetal usado aún presenta serias deficiencias. De acuerdo con un relevamiento realizado por la Facultad de Agronomía de la UBA junto a la empresa DH-SH, más de la mitad de la población no recicla este residuo. Solo un 22% lo hace de forma regular, un 25% de manera ocasional y un 53% lo desecha sin recuperarlo.
Este comportamiento, sumado a la falta de información y de sistemas de recolección eficientes, genera un impacto negativo tanto en los sistemas cloacales como en el ambiente. Por eso, iniciativas como la de Souji despiertan interés en nuestro país, donde también surgen proyectos que aprovechan el aceite usado para fabricar jabones artesanales, con reconocimiento incluso en concursos de innovación.
La clave está en replicar modelos sostenibles y adaptarlos al contexto local. Ya sea mediante alianzas público-privadas o emprendimientos independientes, transformar residuos en recursos es un paso indispensable hacia una producción más limpia y consciente.