Por Agroempresario.com
Con la mira puesta en la campaña de granos finos 2025/26, los productores ya comienzan a delinear sus estrategias para el manejo de trigo y cebada. En un escenario que muestra señales positivas, con lluvias recientes, una mejor relación insumo/producto y márgenes más alentadores, la atención vuelve a centrarse en cómo mejorar la productividad desde el primer momento: el control temprano de malezas.
Entre las empresas que trabajan para brindar soluciones integrales al productor, BASF se destaca con una propuesta innovadora: el herbicida Voraxor®, una herramienta de presiembra que promete redefinir la forma de controlar malezas de hoja ancha en cultivos de invierno.
“Se proyecta una siembra de 6,5 millones de hectáreas de trigo, un aumento del 3% respecto a la campaña anterior, y 1,3 millones de hectáreas de cebada”, indicó Agustín Falcone, gerente de Cereales de Invierno de BASF. A esto se suma una proyección climática favorable tanto para la implantación como para el desarrollo de los cultivos, lo que genera un contexto propicio para la incorporación de tecnologías que apunten a la eficiencia y la rentabilidad.
En ese marco, Voraxor® aparece como un actor clave. Se trata de un herbicida presiembra que combina dos ingredientes activos de última generación: trifludimoxazin y saflufenacil, ambos pertenecientes al grupo de inhibidores de la enzima PPO. Esta combinación actúa con velocidad y eficacia sobre un amplio espectro de malezas de hoja ancha como nabón, nabo, rama negra, entre otras.
Pero la verdadera fortaleza del producto no se limita a la rapidez en su acción, sino también a la persistencia. “Los dos activos trabajan de manera complementaria: trifludimoxazin, con baja movilidad en el suelo, aporta persistencia para malezas difíciles y de semillas pequeñas; mientras que saflufenacil, más soluble, actúa a mayor profundidad, ideal para malezas de semillas más grandes”, explicaron desde la compañía.
Esta acción sinérgica permite controlar malezas desde el momento cero y mantener esa limpieza durante un período prolongado, reduciendo la necesidad de una segunda aplicación. “Voraxor® es un atacante veloz con persistencia comprobada, que permite un control efectivo previo a la siembra”, remarcó Falcone.
Además, la solución de BASF no se limita a trigo y cebada. También cuenta con registro para soja, maíz y maní, lo que la convierte en una opción versátil dentro del esquema rotacional del productor argentino. Esto es especialmente relevante en un contexto donde la agricultura de precisión, el manejo eficiente de recursos y la sustentabilidad ocupan un lugar central en las decisiones del agro.
La propuesta de BASF se inscribe en una visión integral del manejo del cultivo, que va más allá del control de malezas. La compañía acompaña a los productores también con tratamientos profesionales de semillas, fungicidas foliares y soluciones digitales orientadas a optimizar el rendimiento y la sanidad de los lotes.
“El objetivo es que cada decisión sume a la calidad y rentabilidad del cultivo. Y eso empieza desde la elección de los insumos clave para el arranque”, concluyó Falcone.
En definitiva, la próxima campaña de trigo y cebada plantea oportunidades para quienes estén preparados. Con herramientas como Voraxor®, el camino hacia una producción más limpia, eficiente y rentable se vuelve más claro desde el inicio. La clave estará en planificar y anticiparse, cuidando cada etapa del proceso productivo.