Por Agroempresario.com
Un consorcio integrado por las principales compañías petroleras que operan en Argentina, liderado por YPF, ultima los detalles para concretar un préstamo sindicado por USD 1.700 millones con cinco bancos internacionales. El objetivo es financiar una parte sustancial del proyecto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), una obra de infraestructura estratégica que incluye la construcción de un oleoducto de 430 kilómetros entre Neuquén y Río Negro, clave para aumentar significativamente las exportaciones de crudo argentino a partir de 2027.
Además del préstamo internacional, las empresas prevén colocar otros USD 400 millones en el mercado local durante el próximo año a través de la emisión de Obligaciones Negociables (ON). Así lo confirmó Federico Barroetaveña, director financiero (CFO) de YPF, en el marco del Congreso Anual del Instituto Argentino de Finanzas (IAEF). “Es un hito, porque hace muchos años que no hay financiamiento de este tipo para inversiones en la economía real de empresas argentinas”, aseguró.
El consorcio está conformado por YPF, Chevron, Shell, Vista, Pluspetrol, Pan American Energy (PAE) y Pampa Energía. La inversión total para la obra ronda los USD 3.000 millones, de los cuales el 70% se financiará con deuda y el resto con capital propio.
El oleoducto VMOS permitirá transportar hasta 550.000 barriles diarios de petróleo desde la cuenca neuquina hasta el sur de Río Negro, con la posibilidad de expandir esa capacidad a 700.000 barriles por día. La infraestructura, actualmente en construcción, permitirá conectar con buques VLCC (Very Large Crude Carriers), lo que reduciría de forma significativa los costos logísticos y abriría nuevos mercados, especialmente en Asia.
Este nuevo oleoducto es una pieza esencial del plan de expansión de Vaca Muerta, considerada la cuarta reserva mundial de shale oil. Se estima que una vez finalizada la obra, Argentina podrá exportar hasta USD 15.000 millones anuales en petróleo desde 2028, consolidando al sector hidrocarburífero como uno de los pilares del ingreso de divisas para el país.
Los bancos internacionales involucrados en la operación son Citi, Deutsche Bank, Itaú, JP Morgan y Santander. La tasa de interés se encuentra en negociación, pero se estima que estará basada en SOFR (Secured Overnight Financing Rate) más un spread competitivo.
El resto del financiamiento se obtendrá mediante la colocación de ON en el mercado local. Según Barroetaveña, YPF cuenta con la confianza del mercado: “Nunca defaulteamos, tenemos un plan de crecimiento sólido y ofrecemos una buena tasa”.
La construcción de VMOS comenzó en enero de 2025 y ya se encuentran en ejecución las tareas de movimiento de suelos, entrega de caños y movilización de contratistas. Esta obra no solo tendrá un fuerte impacto en las exportaciones, sino también en la creación de empleo y en el desarrollo económico de las provincias productoras.
El Gobierno de Javier Milei incluyó al proyecto dentro del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), lo que le otorga beneficios fiscales y cambiarios para acelerar su desarrollo. Según Horacio Marín, presidente de YPF, Argentina tiene el potencial de generar exportaciones anuales por USD 30.000 millones entre petróleo y gas licuado (GNL) hacia 2031.
“El VMOS no es solo una obra de infraestructura; es una plataforma para transformar estructuralmente la matriz energética y exportadora de la Argentina”, sostienen desde YPF. A medida que el mundo avanza hacia una transición energética, el país se posiciona como un proveedor clave en el mapa global de los hidrocarburos.
Neuquén y Río Negro, epicentros del desarrollo petrolero no convencional, serán también beneficiarias del impacto económico positivo del proyecto. La cadena de valor que se genera incluye desde contratistas locales hasta inversiones en logística, servicios y tecnología.
Argentina posee la segunda reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta en petróleo, lo que la posiciona de manera estratégica frente a los nuevos desafíos energéticos globales. El desarrollo de proyectos como VMOS no solo mejora la infraestructura, sino que también permite una mayor previsibilidad macroeconómica, especialmente en lo que respecta al ingreso de divisas y al equilibrio de la balanza comercial.
En este contexto, el sector energético argentino emerge como uno de los motores clave para la recuperación y el crecimiento sostenido del país. La combinación de inversión privada, financiamiento internacional y planificación a largo plazo hace de VMOS un símbolo del nuevo rumbo que busca la industria.