Por Agroempresario.com
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) dio a conocer este miércoles su Panorama Agrícola Semanal (PAS) para el período comprendido entre el 15 y el 21 de mayo, con proyecciones climáticas que anticipan un escenario complejo para gran parte del territorio productivo argentino. Según el informe, se espera el paso de un frente de tormenta que provocará lluvias abundantes, con focos de tormentas intensas y una posterior irrupción de aire frío, lo que generará un marcado descenso de temperaturas.
El pronóstico tiene una especial relevancia para el sector agropecuario, ya que impacta directamente en las decisiones de siembra, cosecha, manejo de suelos y sanidad de cultivos, particularmente en un momento clave para los cultivos de invierno y las últimas etapas de las cosechas estivales.
La BCBA detalló que se producirán precipitaciones moderadas a abundantes, con posibles tormentas severas, en la mayor parte del área agrícola, a excepción de sus extremos noroeste y sur. Además, se esperan tormentas sobre la Cordillera Sur y Central. En zonas como el sur de Corrientes, el sudeste de Córdoba y el sur de Santa Fe, las precipitaciones podrían superar los 100 mm.
Este nivel de lluvias podría tener un impacto positivo en la recarga de perfiles hídricos, pero también podría generar anegamientos o dificultades logísticas para la recolección de cultivos en pie, como soja y maíz tardío.
Las regiones más afectadas por estas precipitaciones serán:
Extremo oriental del NOA
Región del Chaco
Paraguay
Mesopotamia
Gran parte de la región Pampeana
Uruguay
Mientras tanto, sectores como gran parte del NOA, el sur de la región pampeana y el nordeste del Uruguay recibirán lluvias escasas, con valores inferiores a 10 mm.
Tras el paso del frente de tormenta, una masa de aire polar ingresará desde el sur, lo que provocará una brusca baja de temperaturas en el centro y sur del país. Esto marca un cambio significativo en el patrón térmico de los últimos días, dominado por vientos tropicales que empujaban temperaturas por encima de lo normal.
Durante el comienzo de la semana, la combinación de calor y humedad favorecerá la formación de tormentas, mientras que hacia el fin de semana el frío dominará la escena, con valores mínimos que podrían alcanzar el umbral de heladas localizadas, sobre todo en zonas serranas y cordilleranas del oeste.
Más de 35°C: extremo norte del área agrícola (norte del Chaco, Formosa, parte del norte de Santiago del Estero).
Entre 25°C y 30°C: este de Salta, Mesopotamia, región chaqueña, sudeste del Paraguay.
Entre 20°C y 25°C: Cuyo, región pampeana, Uruguay.
Menos de 20°C: oeste del NOA, sur de Buenos Aires, La Pampa.
Más de 15°C: este de Corrientes, nordeste pampeano y Uruguay.
Entre 10°C y 15°C: Santiago del Estero, norte y oeste de Corrientes, Misiones.
Entre 5°C y 10°C: este del NOA, sudeste de Cuyo, noroeste pampeano.
Entre 0°C y 5°C: centro-oeste de Córdoba, Cuyo, oeste de La Pampa.
Bajo 0°C: zonas serranas y cordilleranas.
Aunque el frente frío no implicará una ola polar generalizada, el riesgo de heladas se mantiene latente, especialmente en áreas productivas de Cuyo, el oeste pampeano y las sierras cordilleranas. Este escenario demanda monitoreo constante por parte de los productores, sobre todo aquellos que trabajan con cultivos sensibles al frío, como hortalizas, frutales y cultivos tempranos de trigo.
La llegada de lluvias puede beneficiar la siembra de trigo, al garantizar humedad en el perfil, pero también puede complicar la cosecha de soja y maíz tardío, donde aún restan hectáreas en pie, especialmente en el norte de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el este de Córdoba.
Asimismo, el frío posterior al frente podría ralentizar procesos fisiológicos en cultivos de estación y obligar a ajustar estrategias de protección en producción hortícola y ganadera, como sistemas de abrigo, ventilación en invernaderos y resguardo de animales jóvenes.
El equipo técnico de la Bolsa de Cereales recomienda a los productores:
Revisar pronósticos locales diariamente y ajustar cronogramas de siembra y cosecha.
Monitorear niveles de humedad en los suelos para evitar compactación o exceso hídrico.
Aplicar medidas de mitigación de heladas en zonas de riesgo.
Asegurar el bienestar animal, reforzando refugios y disponibilidad de alimentos energéticos.