Por Agroempresario.com
El equipo económico del presidente Javier Milei se apresta a dar un nuevo paso en su hoja de ruta económica tras el triunfo electoral en la Ciudad de Buenos Aires. Esta semana, según anticipó el ministro de Economía Luis Caputo, se espera el anuncio de un paquete de medidas clave que incluye una amnistía fiscal para formalizar dólares no declarados y el lanzamiento de un nuevo bono del Banco Central para empresas con restricciones cambiarias. Esta etapa se enmarca en la denominada “Fase 3 del plan económico” y busca, al mismo tiempo, absorber pesos de la economía, ordenar pasivos empresariales y reforzar el compromiso con los estándares internacionales de transparencia financiera.
El eje más político y estructural será el mecanismo de blanqueo de ahorros en moneda extranjera que actualmente están fuera del sistema financiero formal. Con esta decisión, el Gobierno libertario apunta a acelerar su proyecto de “dolarización endógena”, un concepto promovido por Milei que busca legalizar y facilitar el uso del dólar en operaciones cotidianas sin adoptar oficialmente la divisa como moneda.
El esquema incluiría una modificación normativa importante que implicará la participación del Congreso Nacional, dado que se buscará reformar tres leyes fundamentales: la penal tributaria, la penal cambiaria y el procedimiento tributario. A esto se podría sumar una revisión del impuesto a las Ganancias, según estimaciones de especialistas del sector.
La simplificación operativa que incluiría el nuevo régimen permitiría a los contribuyentes declarar, a través de una declaración jurada simple, el origen de sus fondos en dólares para habilitar su ingreso al sistema bancario y su posterior uso en consumos específicos. Según fuentes oficiales, estas declaraciones también podrán integrarse en la presentación anual del impuesto a las Ganancias.
En el diseño participaron la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), la Unidad de Información Financiera (UIF) y el Banco Central de la República Argentina (BCRA). El ente recaudador trabaja a través de la flamante Agencia Federal de Ingresos Públicos y Recaudación (ARCA), creada recientemente con el objetivo de fortalecer el control fiscal y la captación de fondos genuinos.
La idea es que el blanqueo no implique una persecución retroactiva por parte del fisco y que su instrumentación sea sencilla, con incentivos para quienes ingresen primero al sistema. En paralelo, se pretende que el nuevo régimen no implique un debilitamiento de los controles sobre lavado de activos, uno de los focos de atención del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
La segunda pata del paquete económico será el lanzamiento de una nueva serie del bono Bopreal, el cuarto instrumento en dólares que emitirá el Banco Central para brindar una salida a empresas multinacionales con dividendos atrapados por el cepo cambiario y, al mismo tiempo, absorber pesos excedentes del mercado.
El nuevo Bopreal Serie IV será lanzado una vez que se publique el decreto correspondiente en el Boletín Oficial. El instrumento estará nominado en dólares, tendrá una tasa semestral del 3% y devolverá el capital en un solo pago en octubre de 2028. La suscripción será en pesos al tipo de cambio oficial y permitirá aplicar hasta USD 1.000 millones al pago de obligaciones impositivas y aduaneras.
Este bono busca ofrecer una herramienta a las empresas que necesitan regularizar sus balances y acceder a los dólares que han quedado bloqueados por normativas cambiarias previas. El BCRA apunta a captar hasta USD 3.000 millones en esta colocación, con potencial para emitir más de una vez si la demanda supera las expectativas.
Desde el punto de vista del mercado, el Bopreal IV tiene una ventaja significativa: su rendimiento estimado en dólares se ubica en torno al 10,2%, lo que lo vuelve competitivo frente a bonos corporativos tradicionales. Además, al estar respaldado por el Banco Central, reduce el riesgo crediticio en relación con los títulos del Tesoro.
Según un informe de Cohen Aliados Financieros, “la fortaleza de la demanda por el nuevo Bopreal Serie IV se reflejará directamente en el precio de emisión que convalide el BCRA. Cuanto más apuro tengan esas entidades por desendeudarse en divisas, menor será el incentivo del organismo para emitir los bonos bajo la par”.
La propuesta de amnistía y el lanzamiento del nuevo bono ocurren en un contexto en el que el Gobierno busca reforzar su alineamiento con los estándares internacionales en materia de prevención de lavado y financiamiento del terrorismo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sido claro al respecto. En su último informe sobre Argentina, indicó que “fortalecer los marcos de lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo es fundamental para nuestros esfuerzos de reforma”. Asimismo, recordó que la presentación de una propuesta normativa adaptada a las recomendaciones del GAFI es un compromiso vigente, con plazo para noviembre.
El desafío para el Gobierno reside en lograr una apertura fiscal y monetaria que incentive el ingreso de dólares sin poner en riesgo el cumplimiento de los estándares del sistema financiero internacional.
En ese sentido, Luis Caputo enfatizó que todas las medidas estarán en línea con las mejores prácticas internacionales. El objetivo es que el país salga del foco de alerta del GAFI y mantenga activo el programa con el FMI, que podría incluir nuevas negociaciones en el segundo semestre del año.
El presidente Javier Milei ha definido esta etapa como una “revolución monetaria”, en la que se busca dinamizar el uso del dólar dentro del país sin necesidad de oficializar una dolarización completa. Esta “dolarización endógena” se apoya en la regularización de los dólares del colchón, el incentivo al uso formal de divisas y una política monetaria más activa para retirar pesos de circulación.
Mientras tanto, el vocero presidencial Manuel Adorni, recientemente consagrado como el más votado en la Ciudad de Buenos Aires, reforzó el mensaje político: “Vamos a dar el paso que nunca nadie se animó a dar en materia tributaria, cambiaria y financiera”.
Lo que está en juego es mucho más que una medida fiscal: es un cambio estructural que apunta a redefinir el modelo monetario argentino, insertar al país en las cadenas de valor globales con reglas claras y previsibles, y, en última instancia, atacar la inflación desde su raíz: el exceso de emisión y la falta de confianza en la moneda local.