Por Agroempresario.com
En el marco de la cumbre empresarial organizada por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, admitió que las reformas estructurales que impulsa el Gobierno nacional no avanzarán este año en el Congreso. Si bien defendió la necesidad de una transformación previsional, tributaria y laboral, el legislador riojano fue contundente al señalar que “sinceramente, lo veo muy difícil”. Las declaraciones tuvieron lugar en un contexto político signado por la fragmentación parlamentaria y la falta de consenso legislativo para llevar adelante iniciativas de alto impacto.
Menem explicó con claridad los obstáculos que enfrenta el oficialismo para avanzar en sus planes legislativos. “Hay 25 bloques distintos y nosotros arrancamos con 39 diputados. Necesitamos 90 más para llegar al quórum", detalló, dejando en evidencia la complejidad del escenario parlamentario. En este sentido, aseguró que, si bien la voluntad del Ejecutivo para reformar es firme, los tiempos legislativos están completamente subordinados a la Casa Rosada.
El dirigente de La Libertad Avanza también reconoció que 2025 será un año “complejo para grandes reformas”, especialmente en los tres ejes que considera prioritarios: el sistema previsional, la estructura impositiva y el marco legal laboral. Aunque subrayó la necesidad de cambiar reglas estructurales que han contribuido al estancamiento argentino, dejó claro que “no se violentará ningún tipo de institucionalidad”.
Durante su intervención, Menem se mostró alineado con los lineamientos del presidente Javier Milei y evitó confrontar con otros actores internos del oficialismo. Por el contrario, aprovechó la ocasión para elogiar al Pro, uno de los principales aliados legislativos de La Libertad Avanza. “El Pro ha sido un aliado incondicional”, sostuvo, y agregó que la estrategia de “teñir el país de violeta” sólo será posible si se construyen mayorías sólidas dentro del campo de las ideas de la libertad.
En un gesto de unidad política, el presidente del bloque Pro, Cristian Ritondo, tomó la palabra minutos antes que Menem para ratificar su alineamiento con el Gobierno y plantear incluso la posibilidad de un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires. Además, descartó que sectores del Pro puedan pasar del “colaboracionismo a la hostilidad” en relación con la administración libertaria.
Aunque Menem evitó referirse en detalle a la sesión convocada en Diputados para el día siguiente, el tema central de la misma será la actualización del sistema previsional. La oposición impulsa un proyecto que contempla una mejora de los haberes jubilatorios, la continuidad de la última moratoria (vencida en marzo pasado), un sistema alternativo de aporte proporcional, una actualización del bono mensual y un aumento del haber mínimo.
El titular de la Cámara baja aprovechó ese contexto para cargar duramente contra el kirchnerismo, al que acusó de querer obstaculizar el rumbo del Gobierno con iniciativas oportunistas. “Llama la atención que hoy se pongan sensibles, cuando fueron gobierno los jubilados perdieron el 35% del poder adquisitivo”, disparó, en un tono que buscó diferenciar al oficialismo de sus principales opositores. “Es un espacio que está en retirada. En las últimas cinco elecciones no ganó ninguna”, remató.
Menem cerró su intervención con una fuerte defensa del programa económico del presidente Milei y lanzó una advertencia: “Le prometimos a la gente que íbamos a estabilizar la economía y resolver el problema inflacionario. El peor negocio para ellos es que lo consigamos”. Para el legislador, detrás de muchas iniciativas opositoras que parecen responder a causas nobles se esconde el objetivo de “lastimar al Gobierno y erosionar su capital político”.
En ese marco, reiteró que todas las reformas estructurales que requiere el país serán abordadas, aunque no necesariamente este año. “Los argentinos votaron un cambio profundo, pero eso no se logra de la noche a la mañana, ni mucho menos con imposiciones. Hay que construir consensos sin renunciar a los principios”, sostuvo.
La fragmentación política en el Congreso aparece como el principal escollo para avanzar con las reformas que el Gobierno considera claves para consolidar su plan económico. La debilidad numérica de La Libertad Avanza en ambas cámaras impone la necesidad de alianzas permanentes y negociaciones que, muchas veces, chocan con los tiempos que demanda la política parlamentaria.
A pesar de las dificultades, Menem reafirmó la voluntad de avanzar en la modernización del Estado. “No vamos a ceder en nuestros objetivos, pero sabemos que no es posible forzar procesos legislativos que requieren tiempo y acuerdos transversales”, manifestó.
En definitiva, la intervención del titular de la Cámara de Diputados dejó en claro que el oficialismo no abandonará sus banderas, aunque admite que su concreción inmediata está condicionada por factores institucionales y de correlación de fuerzas.