Por Agroempresario.com
El Cabernet Franc argentino continúa cosechando reconocimiento internacional y consolidándose como una de las cepas más prometedoras del país. En la reciente edición del prestigioso concurso The Global Cabernet Franc Masters 2025, organizado en Londres por The Drinks Business, 13 vinos argentinos fueron premiados, destacándose el El Enemigo Cabernet Franc 2022, del reconocido enólogo Alejandro Vigil, que obtuvo el máximo galardón: el Master en la categoría de vinos con un rango de precio entre £20 y £30.
De los 13 vinos distinguidos, 12 provienen de Mendoza y uno de la provincia de Buenos Aires, demostrando el peso y la calidad de la vitivinicultura mendocina en el escenario internacional. El jurado, compuesto por expertos del mundo del vino, cató a ciegas cada muestra, evaluando su calidad en función del precio. La cata dividida por franjas de valor en libras esterlinas busca premiar no solo la excelencia, sino también la relación calidad-precio.
Además del Master para El Enemigo, Argentina consiguió:
Los premiados muestran no solo calidad enológica, sino también diversidad de terruños y estilos, desde vinos frescos y frutados hasta etiquetas complejas y de guarda.
Detrás del vino más premiado se encuentra Alejandro Vigil, un referente de la vitivinicultura argentina, conocido por obtener varias veces 100 puntos de la crítica internacional. En esta ocasión, su El Enemigo 2022 volvió a coronarse, consolidando el perfil del Cabernet Franc como cepa insignia junto al Malbec.
“El Cabernet Franc es una variedad que refleja el terroir. Dependiendo de la zona, el vino cambia radicalmente. Es una variedad transparente al paisaje”, afirma Vigil, también enólogo principal de Catena Zapata. Esta capacidad de adaptación y expresión es lo que ha despertado el interés de consumidores y críticos en todo el mundo.
El crecimiento del Cabernet Franc en Argentina ha sido vertiginoso. Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la superficie plantada aumentó un 131,8% en la última década, sumando más de 1000 nuevas hectáreas.
En paralelo, las exportaciones de Cabernet Franc aumentaron un 612,9% en ese período, mientras que las ventas internas crecieron un 585,3%, posicionando a esta cepa entre las de mayor expansión, junto con variedades blancas como el Sauvignon Blanc y tintas como el Bonarda.
Aunque a menudo se la compara con el Cabernet Sauvignon —por ser su “padre genético”, junto con el Sauvignon Blanc—, el Cabernet Franc se destaca por su frescura, menor cuerpo y una nariz más expresiva. En el paladar, ofrece notas herbáceas, florales y de frutos rojos, con taninos más amables, lo que lo hace ideal tanto para blends como para varietales sofisticados.
“Lo interesante es que, como sucede con el Malbec, el Cabernet Franc encuentra en Argentina un terreno fértil para mostrar su mejor versión”, remarcó Vigil. Y eso se ve reflejado en los premios obtenidos, que son la consecuencia de una fuerte apuesta por parte de bodegas grandes y pequeñas.
La obtención de múltiples medallas en un certamen británico no es solo un logro enológico, sino una señal clara del potencial exportador del Cabernet Franc argentino. Reino Unido, junto con Estados Unidos y Brasil, figura entre los mercados más receptivos a esta variedad.
Con el impulso de reconocimientos como el de The Global Cabernet Franc Masters, bodegas argentinas están viendo nuevas oportunidades de posicionamiento y comercialización en el exterior, en un contexto de creciente demanda por vinos con identidad, origen y carácter.