Por Agroempresario.com
En una intervención clave desde el Foro Económico de Qatar, el empresario Elon Musk despejó las dudas que giraban en torno a su continuidad como director ejecutivo de Tesla. Afirmó categóricamente que seguirá al frente de la compañía durante al menos cinco años más, una declaración que fue bien recibida por los mercados, con un leve repunte en el valor de las acciones del fabricante de vehículos eléctricos.
“Sí, no hay ninguna duda al respecto”, respondió Musk al ser consultado sobre si continuaría como CEO de Tesla dentro de cinco años. Con esta afirmación, el empresario no solo desmintió los rumores que indicaban una posible salida de la compañía, sino que también reafirmó su compromiso con el futuro de Tesla. Según explicó, su permanencia al frente de la empresa no responde a una cuestión económica, sino a la necesidad de mantener un “control razonable” para proteger el rumbo estratégico de la automotriz.
Los comentarios de Musk fueron realizados por videoconferencia el pasado martes, en el marco del Foro Económico de Qatar. Su declaración se produjo después de que el diario The Wall Street Journal publicara un artículo a comienzos de mayo de 2025 en el que aseguraba que la junta directiva de Tesla estaba buscando un reemplazo para el cargo de CEO. La publicación, que citaba fuentes anónimas, generó inquietud entre los inversores, especialmente por los rumores que señalaban una creciente disconformidad respecto al tiempo que Musk dedica a otras actividades, en particular su participación en el gobierno de Donald Trump.
Sin embargo, el propio Musk fue contundente al desmentir estas versiones y acusó al periódico estadounidense de publicar un “artículo deliberadamente falso”. En sintonía con él, Robyn Denholm, presidenta del consejo de administración de Tesla, también rechazó la veracidad del artículo y aseguró que el diario fue advertido previamente de que la información era incorrecta.
“No es una cuestión de dinero, es una cuestión de control razonable sobre el futuro de la empresa”, reiteró Musk, subrayando que quiere seguir en su puesto para garantizar que Tesla se mantenga fiel a su visión a largo plazo y evitar que posibles inversores activistas alteren los planes estratégicos de la compañía.
La respuesta del mercado fue inmediata. Tras las declaraciones de Musk, las acciones de Tesla subieron más de un 1%, alcanzando los 347 dólares por acción. Si bien el lunes anterior habían registrado una caída del 2%, la afirmación del empresario logró revertir parcialmente la tendencia. No obstante, en el acumulado anual, los papeles de Tesla aún muestran una baja cercana al 9%.
Este leve repunte refleja la importancia que el liderazgo de Musk tiene para los inversores. Su figura es vista como central no solo por su rol operativo, sino también por la capacidad de atraer innovación, talento e inversores al ecosistema Tesla.
Además de su rol en Tesla, Musk mantiene varios frentes abiertos. Uno de ellos es su demanda contra OpenAI, la compañía que cofundó y que actualmente lidera Sam Altman. Musk asegura que fue quien eligió el nombre de la empresa y quien aportó los primeros 50 millones de dólares para su financiación. En agosto de 2024, reactivó la demanda argumentando que Altman y Greg Brockman, también cofundador, violaron el contrato fundacional al transformar a OpenAI en una entidad con fines de lucro.
Desde OpenAI rechazaron las acusaciones y aseguraron que Musk comprendía desde un inicio la necesidad de avanzar hacia una estructura comercial para garantizar la sostenibilidad del proyecto. La empresa, que hoy es un actor central en el desarrollo de inteligencia artificial, continúa afirmando que su misión es que la tecnología “beneficie a toda la humanidad”.
Otro foco de tensión para Musk ha sido su rol como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental en el gabinete de Donald Trump. Su participación activa en el gobierno ha generado críticas y preocupación entre los analistas financieros. Dan Ives, analista de Wedbush, escribió en marzo que Musk estaba dedicando el “110%” de su tiempo a asuntos gubernamentales, convirtiendo a Tesla en un “símbolo político”.
Según Ives, esta situación provocó protestas y hechos de vandalismo en salas de exhibición de Tesla tanto en Estados Unidos como en el exterior. “Musk necesita cambiar de rumbo acá”, advirtió el analista, y sugirió que el empresario debería “dar un paso atrás” en su involucramiento político y en su respaldo público a DOGE (Dogecoin), una criptomoneda que también ha estado vinculada a su figura. “El futuro de Tesla depende de ello”, concluyó.
En su última intervención ante inversores, durante la presentación del informe de ganancias del primer trimestre, Musk prometió que en mayo asignaría “mucho más de su tiempo” a Tesla. Sin embargo, aclaró que no renunciaría de inmediato a su rol en el gobierno y que seguiría dedicando “un día o dos por semana” a tareas oficiales mientras el presidente así lo solicitara.
Esta dualidad entre sus funciones empresariales y políticas es una de las principales preocupaciones dentro del ecosistema Tesla, donde cada movimiento de Musk puede impactar fuertemente en el mercado. Pese a ello, su compromiso renovado de continuar como CEO parece haber llevado algo de tranquilidad al menos en el corto plazo.
Para muchos inversores, el liderazgo de Musk es parte intrínseca del valor de Tesla. La visión que imprimió desde sus inicios, su enfoque en la innovación disruptiva y su capacidad para liderar transformaciones tecnológicas hacen que su permanencia en el cargo no sea solo simbólica, sino estratégica.
La historia de Tesla y Musk está profundamente entrelazada, y por ahora, esa relación continuará. Según lo dicho en Qatar, al menos por cinco años más.