Germán Mulet, el enólogo argentino que revolucionó Europa con vinos premiados y un fin social

Por Agroempresario.com

Desde el corazón de Mendoza hasta los viñedos más prestigiosos de Europa, Germán Mulet, un ingeniero agrónomo y enólogo argentino, se ha convertido en una figura disruptiva del mundo del vino. Su historia es una mezcla de pasión, rebeldía y compromiso social que lo llevó a crear Paon Perché, la primera bodega de reinserción social en Francia. Este proyecto no sólo elabora vino biodinámico de alta calidad, sino que además genera oportunidades laborales para personas en situación de vulnerabilidad.

A los 18 años, Germán dejó Argentina para iniciar una travesía marcada por el aprendizaje y la superación. En España se formó como ingeniero agrónomo con especialización en enología, mientras trabajaba para sostener sus estudios. Su espíritu inquieto lo llevó a Burdeos, cuna del vino francés, donde empezó desde abajo como obrero en una bodega familiar de Médoc. “Me adoptaron y me enseñaron todo, hasta el idioma”, recuerda Mulet. 

En tan solo tres años, su talento lo posicionó como director del Château d’Eyran en Margaux, una de las regiones más prestigiosas del mundo vitivinícola. Allí lo llamaban “El loco”, por su hábito de trabajar con botas y ropa de campo, en un ambiente donde predominan los trajes y zapatos ilustrados. Su ascenso fue meteórico, pero también desafiante. “La competencia en Burdeos es extrema. Necesitaba aire”, confiesa.

Ese “aire” llegó desde un lugar impensado: Bélgica. Aunque dudó en aceptar, el proyecto que le ofrecieron incluía condiciones irresistibles: un equipo que se ocuparía de toda la burocracia, vivienda y la libertad para viajar cada fin de semana en busca del sol que tanto extrañaba. Así llegó al Domaine du Chant d’Eole, en Valonia.

En ese momento, la finca contaba con 10 hectáreas y escasa visibilidad comercial. Con visión estratégica, Germán aplicó el método champenoise y potenció la calidad del espumoso belga. Pero también asumió un rol comercial inesperado: convenció a su secretaria de enviar muestras a todos los concursos posibles. Los premios llegaron uno tras otro, y con ellos, la consolidación del viñedo más grande de Bélgica, hoy con 54 hectáreas. Entre sus distinciones figuran “la mejor burbuja del mundo” y el “mejor Chardonnay”.

Sin embargo, Mulet sintió que era momento de cerrar ese ciclo y volver a Francia. Fue entonces cuando surgió Paon Perché, un proyecto tan ambicioso como humano. Ubicado en Poitiers, el viñedo se levanta sobre una finca de 70 hectáreas, con un castillo del siglo XIV y una cueva del siglo XI. El nombre —que en español significa “pavo colgado”— surgió de manera anecdótica: al llegar, encontraron un único habitante, un pavo solitario que hoy deambula libre por la oficina.

La bodega forma parte del Grupo Asociativo SOS, una red europea que impulsa empresas sociales con impacto en comunidades vulnerables. En Paon Perché, trabajan personas en proceso de reinserción social, elaborando vinos certificados biodinámicos, desarrollando experiencias de enoturismo y hospedaje, y cultivando flores para fomentar la biodiversidad.

En su primer año, la bodega produjo 40.000 botellas, con planes de alcanzar las 130.000 para 2026. Las etiquetas Vertical y Salvaje ya figuran en lugares de prestigio como la zona VIP del Estadio de Francia y restaurantes Michelin. Además, lograron captar 500.000 euros del Fondo Europeo para impulsar un modelo que conjuga rentabilidad, sustentabilidad y transformación social.

“Aprendí a hacer negocios en Bélgica, pero quería aplicar todo ese conocimiento en algo que realmente tuviera sentido”, explica Germán. Y lo hizo. Hoy, su sueño de “vino con propósito” es una realidad reconocida internacionalmente.

Desde Mendoza al corazón vitivinícola europeo, su historia inspira a toda una nueva generación de emprendedores rurales y enólogos. Una historia que comenzó con botas embarradas en Médoc y que hoy transforma vidas desde Poitiers. El loco, como le decían, terminó siendo un visionario.