Por Agroempresario.com
Cada 5 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, un llamado global para reflexionar sobre los desafíos ecológicos más urgentes. En 2025, el foco estará puesto en un enemigo invisible pero omnipresente: la contaminación por plásticos. Desde la gigantesca isla de basura en el Océano Pacífico hasta especies terrestres como ranas y caracoles, los microplásticos avanzan silenciosamente sobre hábitats esenciales, poniendo en riesgo la biodiversidad y la salud planetaria.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico a nivel global, y casi la mitad está diseñada para un solo uso. Solo un 10% de ese plástico se recicla, mientras que más de 11 millones de toneladas terminan en cuerpos de agua, desde ríos hasta océanos.
Los microplásticos, partículas menores a cinco milímetros, invaden no solo el agua, sino también el aire y los alimentos, llegando incluso a incorporarse en los organismos humanos. La ONU estima que una persona promedio ingiere más de 50.000 partículas microplásticas anualmente, un dato que alarma a científicos y expertos ambientales.
Uno de los casos más emblemáticos de la contaminación plástica es la isla de basura del Pacífico Norte, una acumulación que se extiende entre la costa oeste de América del Norte y Japón. Esta "isla" no es un cuerpo sólido, sino una sopa de microplásticos suspendidos que cubren aproximadamente 1,6 millones de kilómetros cuadrados, según un estudio publicado en Scientific Reports.
La mayoría de los residuos provienen de actividades pesqueras (86%, según The Ocean Cleanup), y el resto de botellas, envoltorios y otros plásticos arrastrados por ríos y corrientes marinas. La corriente del giro subtropical del Pacífico Norte actúa como una trampa que mantiene estos residuos circulando, dificultando su limpieza.
Aunque se han realizado esfuerzos de recolección (The Ocean Cleanup retiró 11,5 millones de kilogramos en 2024), la mayoría de los microplásticos son demasiado pequeños para ser recuperados fácilmente, lo que hace que esta contaminación persista y se disperse cada vez más.
Los microplásticos no solo afectan a las especies marinas. Investigaciones recientes muestran que estos fragmentos también ingresan a cadenas ecológicas terrestres y de agua dulce. La Fundación Temaikén ha advertido sobre la presencia de microplásticos y fibras sintéticas en especies como tiburones demersales del Atlántico Norte, donde más del 70% de los ejemplares analizados contenían plásticos en su tracto digestivo.
En ambientes terrestres, especies como la rana patagónica y el caracol de Apipé presentan partículas plásticas en sus tejidos. Esta contaminación puede alterar su comportamiento, reproducción y salud, aunque aún se desconocen en profundidad las consecuencias a largo plazo.
Un estudio en Nature Ecology & Evolution reveló que especies como briozoos, esponjas y gusanos marinos están utilizando fragmentos de plástico flotante para asentarse y reproducirse en mar abierto, lejos de sus hábitats naturales. Esto sugiere que la contaminación está borrando los límites biogeográficos que separan ecosistemas costeros y oceánicos, con consecuencias aún impredecibles.
Frente a este escenario, la ONU propone la regla de las “5 R”: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y repensar el plástico, involucrando a gobiernos, empresas y ciudadanos para implementar soluciones sostenibles en todo el mundo.
La contaminación por plásticos es una crisis global que exige una transformación urgente en los hábitos de consumo y producción. Desde la enorme isla plástica del Pacífico hasta los animales en hábitats remotos, la contaminación plástica es un problema estructural que requiere atención inmediata.
Establecido en 1972 por la Asamblea General de la ONU, el Día Mundial del Medio Ambiente se ha consolidado como una plataforma clave para la movilización internacional. En 2025, Corea del Sur será el país anfitrión de la celebración, que este año enfoca su atención en la contaminación plástica como una de las mayores amenazas para el planeta.