Por Agroempresario.com
La reciente detección de colonias híbridas de termitas en el estado de Florida ha encendido las alarmas entre científicos, ambientalistas y sectores productivos. Investigadores del Fort Lauderdale Research and Education Center, perteneciente a la Universidad de Florida, identificaron ejemplares resultantes de la hibridación entre dos especies invasoras altamente destructivas: Coptotermes gestroi, conocida como la termita subterránea asiática, y Coptotermes formosanus, la termita subterránea de Formosa.
Este hallazgo, que fue publicado en la prestigiosa revista Royal Society Publishing, representa un escenario inédito y preocupante. Las termitas híbridas no solo han demostrado ser viables reproductivamente, sino que poseen una mayor tolerancia climática, lo cual podría permitirles expandirse a nuevas regiones geográficas, más allá de su actual distribución tropical y subtropical.
La primera detección de estas termitas híbridas tuvo lugar en un parque urbano cercano a un puerto comercial en Fort Lauderdale, un punto estratégico donde se cruzan rutas marítimas internacionales. La cercanía de estas colonias al puerto sugiere que el transporte marítimo podría convertirse en un vector clave para su dispersión internacional, como ya ocurrió con sus especies parentales.
“Estamos observando una nueva generación de termitas con una combinación genética que las hace más resistentes y potencialmente más invasoras”, advirtió Thomas Chouvenc, entomólogo a cargo de la investigación. Según explicó, los híbridos detectados ya están formando colonias nuevas con individuos alados fértiles capaces de reproducirse rápidamente.
Ambas especies parentales ya tienen un impacto económico devastador a nivel global, con costos anuales por daños estructurales estimados en 40.000 millones de dólares. Las termitas híbridas presentan un crecimiento similar a sus progenitoras, lo cual hace prever que su capacidad destructiva también será comparable.
“La mezcla genética entre estas especies puede derivar en una superposición de características dañinas”, explicó Chouvenc. La consecuencia: una termita que puede sobrevivir en climas más amplios, adaptarse a entornos urbanos densos y reproducirse velozmente. Estas características suponen una amenaza para infraestructuras urbanas, zonas agrícolas y entornos naturales.
Florida, con su clima cálido y alta densidad urbana, representa un ecosistema ideal para estas termitas híbridas. Pero los científicos advierten que el cambio climático y la actividad humana podrían facilitar su avance hacia otras regiones, incluyendo zonas templadas donde antes no habrían prosperado.
En particular, las ciudades con puertos activos y comercio internacional se encuentran en alto riesgo. El transporte de mercancías, la movilidad de materiales de construcción contaminados y la ausencia de controles biológicos efectivos pueden acelerar la expansión de estas colonias híbridas.
“Donde ambas especies coexisten, la hibridación es solo cuestión de tiempo”, remarcó Chouvenc, quien insiste en que esta evolución es parte de un fenómeno más amplio que puede repetirse en otros puntos del planeta.
Uno de los aspectos más inquietantes del estudio es el comportamiento reproductivo de las termitas híbridas. Las hembras de primera generación demostraron ser fértiles y capaces de reproducirse tanto con machos de colonias híbridas como con los de las especies originales. Esto facilita el intercambio de genes y fortalece la adaptación, lo que hace más difícil su erradicación.
Este ciclo reproductivo complejo aumenta el riesgo de que se desarrollen variantes aún más resistentes, con potencial para sobrevivir en condiciones extremas, desde zonas costeras hasta regiones interiores previamente inmunes a este tipo de plagas.
Los autores del estudio destacan que este descubrimiento debe ser una señal de alerta para gobiernos, investigadores y productores agroforestales. La dispersión global de estas termitas híbridas no solo amenaza a las ciudades, sino también a áreas rurales donde el daño estructural y ecológico podría ser irreversible.
“El movimiento de materiales infestados es el principal factor de propagación”, puntualizó Chouvenc, quien además exhortó a implementar protocolos de monitoreo más rigurosos en puertos, depósitos y centros de transporte de carga. También sugiere invertir en estudios sobre biología reproductiva y genética de estas especies para desarrollar métodos de control más eficaces.
Paradójicamente, el estudio también plantea que estas colonias híbridas podrían ofrecer una ventana de estudio para comprender mejor los mecanismos de adaptación y expansión de especies invasoras. Analizar su comportamiento genético y ecológico podría ayudar a anticipar futuros escenarios de invasiones biológicas y diseñar respuestas preventivas.
La detección temprana y el análisis profundo son clave. Si las termitas híbridas logran establecerse fuera de Florida, como ya ocurrió con sus antecesoras, el impacto ambiental y económico puede extenderse a nivel continental.