Por Agroempresario.com
En un contexto de severos ajustes presupuestarios que impactan negativamente a las políticas ambientales en Argentina, la provincia de Chubut avanza en dirección opuesta. Su legislatura aprobó por unanimidad la creación del Parque Provincial Patagonia Azul, un área protegida costero-marina que abarca más de 295.000 hectáreas sobre el litoral atlántico patagónico. La iniciativa busca resguardar una biodiversidad excepcional: aves marinas, lobos marinos, ballenas, pingüinos y ecosistemas submarinos como los bosques de macroalgas.
La medida, celebrada por organizaciones ambientales, científicos y comunidades locales, representa un avance significativo en la conservación marina y una apuesta estratégica por el turismo sostenible como motor de desarrollo regional.
Mientras las partidas ambientales nacionales sufren reducciones del 34% al 81%, según la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la provincia de Chubut apuesta a consolidarse como referente en conservación. El Parque Provincial Patagonia Azul, con sus 295.135 hectáreas, se convierte en una de las áreas protegidas costero-marinas más extensas del país.
La zona abarca un extenso conjunto de islas, islotes, bahías y penínsulas de origen volcánico que dan forma a una geografía costera única, ideal para la reproducción de especies marinas. La creación del parque responde a una necesidad urgente: proteger una de las regiones más biodiversas y frágiles del mar argentino, amenazada por la pesca industrial, especies exóticas invasoras y residuos de la actividad humana.
En el área que comprende el nuevo parque se reproducen más de 50 especies de aves marinas, incluyendo el petrel gigante, el cormorán imperial y el pingüino de Magallanes. También es hogar de lobos marinos de uno y dos pelos, destacándo esta última especie por concentrar en estas islas más del 60% de su población reproductiva nacional.
Asimismo, el avistaje de ballenas jorobadas, ballenas sei y delfines patagónicos (toninas overas) es común en estas aguas, lo que convierte al parque en un atractivo ecoturístico de nivel internacional.
“El área tiene características geológicas que la distinguen del resto del litoral argentino. Su estructura rocosa y su gran cantidad de islas ofrecen condiciones óptimas para la biodiversidad marina”, explica Lucas Beltramino, biólogo de la Fundación Rewilding Argentina, entidad que colaboró estrechamente con el Gobierno de Chubut, Parques Nacionales y la comunidad de Camarones para hacer posible la iniciativa.
El impulso para la creación del Parque Provincial Patagonia Azul también contó con un componente clave: el aporte de tierras y planificación de la Fundación Rewilding Argentina. La organización compró y donó 18.000 hectáreas privadas, sumadas a la nueva zona protegida, y proyecta el desarrollo de:
“La apertura del parque no solo beneficia a la biodiversidad, sino que acerca a la comunidad a su entorno natural. Eso genera una respuesta positiva local, esencial para sostener esta protección en el tiempo”, destaca Beltramino.
El ecoturismo es uno de los pilares sobre los que se asienta esta nueva etapa para la región de Camarones. Antes aislada y poco conocida, la zona ahora se presenta como un destino emergente que ofrece experiencias únicas: avistaje de fauna, recorridos costeros, historia y cultura.
Empresas como Viento Azul, emprendimiento familiar con base en Camarones, ya organizan excursiones náuticas y terrestres. “Se pueden ver cormoranes, patos vapor, petreles, toninas overas y, con suerte, ballenas. Es un privilegio trabajar con esta naturaleza”, señala Vivian Denis López, una de sus integrantes.
La Isla Leones, por ejemplo, ofrece al visitante una combinación única de paisaje marino, patrimonio arqueológico (un asentamiento español de 1535) y fauna costera. Experiencias que, hasta hace poco, estaban reservadas a investigadores o navegantes especializados.
La subsecretaria de Conservación y Áreas Protegidas de Chubut, Nadia Bravo, sostiene que la creación del parque traerá beneficios concretos para las comunidades locales. “El turismo en áreas naturales protegidas es una herramienta de desarrollo económico que genera empleo a distintos niveles de calificación”, explica.
Según estimaciones oficiales, en un plazo de 10 años el turismo vinculado al parque podría:
Esto significa oportunidades reales para los 2.000 habitantes de Camarones, y para nuevos emprendimientos que ya comienzan a surgir al calor del proyecto.
La creación del Parque Provincial Patagonia Azul se produce en un escenario nacional adverso. El gobierno de Javier Milei ha manifestado abiertamente posturas negacionistas respecto al cambio climático, al que considera parte de un relato ideológico. Durante el debate presidencial de 2023, el mandatario calificó como “falsas” a las políticas ambientales que responsabilizan al ser humano por el calentamiento global.
Frente a esta retórica y a los recortes presupuestarios que afectan a áreas como Parques Nacionales y manejo del fuego, iniciativas provinciales como la de Chubut cobran una importancia estratégica para sostener los compromisos internacionales asumidos por Argentina.
La meta 30x30, impulsada a nivel mundial por la ONU, busca que para 2030 al menos el 30% de la superficie terrestre y marina del planeta esté protegida. La Patagonia Azul es un paso concreto en esa dirección.
“Este parque representa una oportunidad única para posicionar a Chubut como líder en conservación marina en Argentina”, afirma Bravo. En su visión, otras provincias costeras podrían inspirarse en este modelo de gestión mixta, que combina conservación, desarrollo económico y participación ciudadana.
Además del Parque Provincial Patagonia Azul, Chubut cuenta con otras áreas protegidas como el Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral, que se complementan y refuerzan entre sí. La ampliación de las zonas de protección en el mar marca un cambio de paradigma: ya no se trata solo de preservar la tierra, sino de resguardar los ecosistemas marinos en su totalidad.
El nacimiento del Parque Provincial Patagonia Azul demuestra que, incluso en tiempos difíciles, es posible tomar decisiones valientes y sostenibles. Con el trabajo articulado de gobierno, organizaciones civiles, científicos y comunidades locales, Chubut ofrece un ejemplo concreto de cómo preservar el patrimonio natural y cultural puede ir de la mano del desarrollo económico.
El desafío ahora será sostener este impulso y garantizar que las políticas de conservación se mantengan en el tiempo, protegidas de vaivenes políticos y presupuestarios. Porque como lo demuestra esta experiencia: cuando se protege la biodiversidad, también se protege el futuro.