Por Agroempresario.com
Martín Menem, actual presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y ex empresario del rubro nutricional, fue uno de los protagonistas del reciente Forbes CEO Summit, donde reflexionó sobre las diferencias entre el mundo privado y el político, el liderazgo de Javier Milei, el rol de Karina Milei y los desafíos de la gestión legislativa en un Congreso todavía atravesado por viejas prácticas. En un testimonio sincero y punzante, Menem afirmó: “En el sector privado hay palabra; en la política es todo mucho más complejo”.
Desde su experiencia fundando y dirigiendo la empresa de suplementos dietarios Gentech, Menem construyó una carrera empresarial con foco en la innovación local. “Tenía 22 años cuando arranqué. Primero importamos productos como aminoácidos y vitaminas, y después empezamos a fabricar en Argentina”, recordó. Gentech creció hasta convertirse en una pyme modelo, con planta en Constitución y más de 80 empleados. Ese recorrido, admite, lo marcó para siempre. “El sector privado es mucho más noble. Si acordás, cumplís. Hay palabras. En la política, la dinámica es mucho más volátil, cargada de egos, de pertenencias, de verdades absolutas”.
El salto a la política llegó en 2021, cuando fue elegido diputado provincial por La Libertad Avanza. En 2023, dio un nuevo paso al ser elegido diputado nacional y asumir como titular de la Cámara Baja. “Me desperté y era presidente de Diputados”, bromeó, aunque reconoce que el nuevo rol está lejos de ser cómodo. “Cuando estoy en el estrado, soy árbitro. Tengo que ser imparcial, seguir el reglamento, ordenar. Pero es muy difícil”, confesó.
Menem se mostró autocrítico sobre el funcionamiento del recinto. “Me gusta tener la cancha ordenada, y la verdad es que no lo conseguí hasta ahora. Acordamos temas en las reuniones previas, y 15 minutos después hay quienes hacen algo distinto. Todo termina en escándalo”, dijo. Según explicó, salvo en sesiones excepcionales como la del fallecimiento del diputado Francisco Sánchez, el Congreso se ha caracterizado por el caos y el espectáculo. “Son más un show que una sesión parlamentaria”, lamentó.
La conversación avanzó sobre el nuevo estilo de conducción política y el impacto de Javier Milei. “Lo que decía Borges —que los políticos son incorregibles— valía hasta Milei. Ahora hay una nueva forma de hacer política: la palabra se cumple, y si no, está mal. Eso antes ni se discutía”, expresó. Para Menem, el presidente Javier Milei no sólo es coherente, sino incansable. “Está conectado con todos sus ministros todo el tiempo. Es una máquina de laburar. El día que deje de ser auténtico, ahí sí vamos a tener un problema”.
En esa línea, también destacó el rol de Karina Milei en el armado territorial. “La última palabra es de ella. Nosotros proponemos nombres, pero ella decide”, reveló. En menos de un año, La Libertad Avanza logró tener presencia política en 23 de las 24 provincias del país. “Fue como jugar partidos amistosos antes del campeonato. Nos sirvió para mejorar en fiscalización y estructura”, explicó.
Uno de los puntos más tensos del diálogo fue la situación legislativa del país. Menem aseguró que muchas propuestas que llegan al Congreso siguen ancladas en una lógica populista insostenible. “Nos toca atajar los penales para sostener el plan económico. Hay que frenar proyectos delirantes que implican más gasto público sin sustento. Y nosotros no vamos a emitir, endeudar o subir impuestos”, remarcó.
En ese sentido, aseguró que el problema es cultural, no técnico. “En el debate sobre los jubilados, nadie dice que hay 8 millones de personas que trabajan en la informalidad. Ese es el problema de fondo. No lo resuelve una ley escrita a las apuradas”.
Consultado sobre el futuro judicial de Cristina Fernández de Kirchner, Menem optó por una mirada más conceptual que personalista. “La justicia debe actuar con autonomía. Pero Cristina representa una forma de hacer política que nos decía que íbamos a salir del pozo cavando más hondo. Esa lógica aún persiste en parte de la sociedad, y ahí está el verdadero problema”, sostuvo.
Fue más allá y advirtió: “Hoy es Cristina, mañana puede ser otro con las mismas ideas estúpidas. Hay que desarmar esa estructura de pensamiento que nos trajo a esta crisis de dimensiones bíblicas”.
Más allá de las responsabilidades, Menem confesó que extraña su vida anterior. “Sí, extraño la paz. En el sector privado la vida es más previsible. Uno se enfoca en producir, vender, cumplir. En política hay que convivir con lo imprevisible, con gente que cambia de postura cada cinco minutos”, confesó. Aun así, no se queja: “Estoy donde quiero estar, haciendo lo que creo necesario para transformar el país”.
Concluyó con una reflexión esperanzadora: “Argentina tiene futuro si ordena la política, moderniza su economía y respeta la palabra. Eso que parece simple, es lo más revolucionario que podemos hacer”.