Por Agroempresario.com
El carré de cerdo, también conocido como costillita de cerdo, es un viejo conocido de la gastronomía argentina que hoy vive un renovado protagonismo. De ser un corte poco difundido y con bajo consumo en décadas pasadas, actualmente supera los 3 kilos por persona al año, consolidándose como una opción saludable, sabrosa y económica en las mesas del país.
En épocas anteriores, el carré se encontraba limitado a platos clásicos como la “costillita a la riojana”, nacida no en España sino en La Rioja, Argentina, más específicamente en Chilecito, como resultado de una improvisación culinaria. Hoy, este corte forma parte de una nueva mirada sobre la carne de cerdo, impulsada por avances en nutrición, mejoras en la producción porcina y un consumidor más informado.
Los especialistas en nutrición reconocen al carré como una carne magra y recomendada, incluso en dietas para control de peso y colesterol. Con menos del 2% de grasa intramuscular y un alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados como el ácido oleico (42,7%), su perfil lo vuelve beneficioso para el sistema cardiovascular, la piel y el metabolismo lipídico.
Además, aporta bajo contenido de colesterol (52 mg por cada 100 gramos), es rico en potasio, bajo en sodio (ideal para personas hipertensas) y contiene importantes cantidades del complejo vitamina B, fundamentales para la salud muscular y cerebral.
Por su composición, el carré es apto para todas las etapas de la vida: desde las primeras papillas en bebés hasta la alimentación en la tercera edad.
Para garantizar calidad y seguridad, es clave elegir carne fresca, de color rosado brillante, sin olor ni textura blanda. La opción congelada es válida, pero debe haberse mantenido bajo cadena de frío constante.
El carré fresco puede conservarse en heladera hasta 72 horas. Si no se consumirá en ese plazo, conviene porcionar y congelar, con un límite recomendable de 60 días en freezer.
A la plancha, es fundamental usar temperatura alta y tiempos breves (3 minutos por lado) para evitar que se seque. Si se acompaña con salsa, primero debe sellarse por ambas caras durante 1 minuto.
Para prepararlo entero (con o sin hueso), ya sea al horno o a la parrilla, lo ideal es una cocción lenta hasta alcanzar 68°C en el centro de la pieza. Superar los 72°C puede provocar sequedad, aunque este antiguo umbral estaba ligado al temor a la triquinelosis. Actualmente, el control sanitario en carnicerías y supermercados habilitados garantiza carne de cerdo segura y libre de riesgos.
Adicionalmente, es posible “mechar” el carré con ingredientes como ciruelas, vegetales o quesos para sumar sabor y humedad interna, una técnica útil cuando no se domina del todo el punto justo de cocción.
Una de las grandes ventajas del carré es su relación precio-calidad: puede costar entre 50% y 60% menos que el bife angosto de vaca, y se equipara en valor con la pechuga de pollo, a la que también se asemeja nutricionalmente.
Esta competitividad lo posiciona como un corte ideal para familias, comedores, restaurantes y dietas equilibradas, en un contexto económico donde cuidar el bolsillo es tan importante como alimentarse bien.
El crecimiento sostenido del consumo de carré acompaña la evolución de la producción porcina argentina, que logró mejorar la calidad genética, el bienestar animal y la trazabilidad del producto.
Lejos de ser una moda, este corte vuelve a ocupar un rol protagónico en la cocina diaria y gourmet, impulsado por sus bondades nutricionales, su versatilidad en la cocina y su accesibilidad económica.