Por Agroempresario.com
En un contexto de transformación productiva, BASF consolida su presencia en el negocio de semillas en Argentina, con una estrategia que combina innovación genética, desarrollo colaborativo y herramientas digitales. A siete años de su ingreso al rubro, la compañía ya muestra resultados concretos y proyecta un crecimiento sostenido en cultivos clave como maíz y girasol.
“El negocio de semillas está en el centro de nuestra estrategia. Para los próximos años, una parte importante del crecimiento de nuestra operación va a estar ligada a este rubro”, afirma Aimar Pena, gerente de marketing de Semillas de BASF, en relación con la expansión del portafolio.
Uno de los ejes de la estrategia de BASF está en el desarrollo de híbridos de maíz con fuerte respaldo en redes de ensayo técnico. El híbrido BASF 5575 VT3P, por ejemplo, demostró su potencial en más de 44 localidades, con validaciones en campos experimentales del INTA, CREA y INNOVA. También se destaca el híbrido BASF 5747 VIPTERA 3 CL, valorado por su rendimiento y estabilidad en distintas condiciones de manejo.
Según Pena, “la genética de estos híbridos ofrece alta tolerancia a cambios en la densidad de siembra, lo que los hace muy estables en escenarios diversos”. Esta flexibilidad permite al productor ajustar su estrategia agronómica sin comprometer el rinde, una ventaja clave en campañas marcadas por la variabilidad climática.
El desarrollo en girasol también es parte de la propuesta de valor de BASF. Recientemente, la firma lanzó el híbrido InSun® 2277 CL, que complementa una línea que ya cuenta con dos materiales consolidados: InSun® 211 B22 CL, de ciclo corto y alto contenido de aceite, y InSun® 4B2210 CL, conocido por su adaptabilidad y sanidad.
El nuevo 2277 CL mostró excelentes resultados en redes CREA del norte de Santa Fe, en la región de Ojos del Salado y en lotes de La Pampa y el oeste de Buenos Aires. “Ganar estas redes de norte a sur nos llena de orgullo”, comenta Pena. “No muchas compañías logran una primera y segunda ola de lanzamientos exitosos. Esto habla de nuestra estrategia de desarrollo colaborativo”.
Más allá de la genética, BASF apuesta por la tecnología digital como factor de competitividad. Su plataforma xarvio® ofrece soluciones para optimizar la elección de híbridos y mejorar la eficiencia en el uso de insumos, a partir de mapas, modelos predictivos y recomendaciones ajustadas a cada lote.
Esta herramienta busca aportar precisión agronómica, reduciendo costos y mejorando el impacto ambiental del sistema productivo. Para la empresa, digitalizar la agricultura es una vía directa hacia una producción más sustentable y rentable.
La filosofía de BASF parte de un compromiso con el productor, la sociedad y la innovación. “El amor por la agricultura, el trabajo más valioso sobre la tierra”, es uno de los conceptos que define su visión. Según Pena, “nuestro objetivo es ayudar a cada productor a alcanzar los máximos rendimientos de forma sustentable, apoyándonos en genética, tecnología y conocimiento local”.
Con este enfoque integral, BASF sigue ganando terreno en un mercado cada vez más competitivo, apostando a la ciencia y a la innovación como motores del crecimiento agrícola.