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Por Agroempresario.com
En un contexto de transformación estructural en San Juan, el Ministerio de Minería impulsa un récord de obras públicas financiadas por fondos provenientes de fideicomisos mineros. Actualmente, se ejecutan 11 proyectos de infraestructura, de los cuales 9 están enfocados en el fortalecimiento de la red hídrica, una prioridad estratégica para las comunidades productivas de la provincia.
El ministro de Minería, Juan Pablo Perea, destacó que es la primera vez que se concentran tantos frentes de obra simultáneos con fondos mineros. Estas iniciativas se desarrollan en los departamentos mineros de Iglesia, Jáchal y Calingasta, regiones directamente impactadas por la actividad extractiva. “Hoy podemos mostrar con orgullo que no son promesas, sino realidades que transforman la vida de nuestras comunidades”, aseguró el funcionario.
Los fideicomisos mineros son un mecanismo institucional de financiamiento surgido de un acuerdo entre el Estado y las empresas del sector, mediante el cual las compañías aportan el 1,5% de su facturación a un fondo destinado exclusivamente a obras de infraestructura física. Cada fideicomiso es administrado por un comité integrado por el gobernador, el Ministerio de Minería y un representante empresarial. Actualmente, hay cinco fideicomisos activos: Veladero (Fase 6 y rajo Argenta), Casposo, Pascua Lama y Gualcamayo.
Entre las obras hídricas en ejecución, se destacan mejoras en el sistema de riego, ampliaciones de la red de agua potable y perforaciones que buscan aumentar el caudal disponible. Cuatro de estas iniciativas están directamente vinculadas al riego: redes de canales en Jáchal e Iglesia y mejoras en el dique Cuesta del Viento. Las otras cinco apuntan a optimizar el acceso al agua potable para consumo humano.
El resto de los proyectos incluye mejoras viales como intervenciones en la Ruta 150, y la construcción de centros de abordaje comunitario. La obra pública minera no solo mejora las condiciones de vida en zonas postergadas, sino que también impulsa la economía local. “Estas obras generan empleo, dinamizan la actividad de los proveedores locales y posicionan a la minería como motor de desarrollo productivo y social”, remarcó Perea.
Uno de los ejemplos más contundentes del impacto positivo de los fideicomisos es el Hospital Tomás Perón de Iglesia, construido con fondos del fideicomiso de Pascua Lama. Este centro sanitario fue equipado con tecnología de última generación, incluyendo mamógrafo, ecógrafo y ambulancias, y hoy cuenta con guardia activa las 24 horas, algo inédito para la zona.
Perea también subrayó que, si bien algunas obras ya están en marcha, otras están en proceso de aprobación por parte de organismos competentes como OSSE, Infraestructura e Hidráulica, que deben finalizar trámites técnicos. La coordinación interinstitucional es clave para acelerar los tiempos de ejecución y garantizar el cumplimiento de los estándares exigidos.
Además de los fideicomisos, el Ministerio de Minería también utiliza recursos del Fondo Especial Minero (Ley 970-M), con el cual se están dictando tecnicaturas mineras mediante aulas híbridas para más de 400 alumnos, apostando a la formación técnica y al desarrollo del capital humano vinculado a la minería.
Desde la cartera minera sostienen que estas políticas no solo materializan un esquema de redistribución territorial del ingreso, sino que además fortalecen la relación entre minería y comunidad. “Todas las decisiones se toman en los comités en base a criterios técnicos, priorizando las necesidades reales de cada región de influencia”, explicó Perea.
El caso de San Juan se presenta como un modelo de gestión minera con impacto local tangible, que va más allá de la actividad extractiva, integrando la producción, la infraestructura, el empleo y la educación en una misma estrategia provincial.
