Por Agroempresario.com
Lo que comenzó como una simple idea universitaria hoy se convirtió en un caso de éxito que revoluciona la industria de los postres congelados. JonnyPops, la marca de paletas heladas naturales fundada por Erik Brust y Connor Wray en Minnesota, ya se comercializa en más de 27.000 tiendas en todo Estados Unidos y factura alrededor de US$ 100 millones al año. Con un enfoque en productos sin aditivos, con pocos ingredientes y una fuerte identidad nostálgica, JonnyPops está redefiniendo cómo se consume el helado.
La historia comenzó en 2010, cuando Brust y Wray eran estudiantes del St. Olaf College. Unidos por su pasión por las paletas heladas y por el deseo de emprender con impacto social, comenzaron a experimentar con una licuadora, crema y frutillas en su dormitorio universitario. El sueño, que surgió luego de una conversación entre Erik y su primo Jonny (quien más tarde fallecería), estaba motivado por ofrecer una alternativa más saludable y responsable a los clásicos helados industriales.
En los primeros años, el emprendimiento operaba de forma muy rudimentaria: con una máquina artesanal brasileña, una cocina prestada y ventas en ferias. La inversión inicial fue de apenas US$ 4.000. Pero su convicción por mantener los productos simples, honestos y con propósito fue lo que marcó la diferencia. A lo largo del tiempo, lograron crecer sin la ayuda de fondos de inversión externos.
En 2018, el gran salto llegó. JonnyPops comenzó a aparecer en góndolas de grandes cadenas como Kroger, Walmart, Costco y Target. Acompañado por un rediseño del producto —que pasó de ser un batido congelado a una paleta sin aditivos ni jarabes artificiales— el negocio explotó. En tan solo cinco años, multiplicaron sus ventas y comenzaron a crecer a triple dígito anual.
Hoy en día, JonnyPops produce más de 30 variedades de paletas, con sabores creativos como Rainbow Superpower, Very Berry Lemonade o Unicorn Dream. Todos los productos tienen entre tres y cinco ingredientes naturales y se elaboran en una planta propia de 7.400 m² en Elk River, Minnesota.
El componente emocional y social también es un pilar del modelo de negocio. En honor a Jonathan, la empresa dona parte de sus ganancias anuales a organizaciones que apoyan la recuperación de personas con adicciones. Esa misión fue parte de su identidad desde el inicio, y ayudó a fortalecer la conexión emocional con los consumidores.
“Intentamos hacer inversiones metódicas en lugar de gastar un dineral en una gran apuesta y cruzar los dedos”, comenta Erik Brust, actual CEO. “Estamos construyendo una marca para las próximas décadas, no algo pasajero”, agrega.
Además de su impacto social, JonnyPops se diferencia por la calidad del producto y el control del proceso. Al descubrir que no existía maquinaria moderna para producir paletas multicapas sin aditivos, decidieron desarrollar su propio sistema. Hoy cuentan con más de 20 patentes y marcas registradas.
Connor Wray, CFO de la empresa, también remarca que el crecimiento fue orgánico. “Nunca buscamos vender la empresa rápido. Nuestro objetivo fue construir algo que pueda sostenerse en el tiempo y que podamos seguir disfrutando”, dice.
A pesar del éxito, el camino no fue sencillo. En los primeros años, apenas superaban los US$ 5 millones anuales. Pero la decisión estratégica de eliminar batidos y apostar al segmento de paletas saludables marcó el cambio de rumbo.
Su estrategia de expansión no sólo incluyó presencia en supermercados como Whole Foods, HEB y Wegmans, sino también el desarrollo de productos exclusivos para Target. JonnyPops también se apoya en tendencias como la “nostalgia culinaria”, una de las claves de su éxito. “Recuerdo haber comido estas paletas coloridas cuando era chica. JonnyPops me lleva directo a esos recuerdos”, cuenta Juliana Bandin, ejecutiva de compras en Whole Foods.
El sector de los postres congelados mueve cerca de US$ 7000 millones al año en Estados Unidos. Las grandes marcas, como Unilever (Ben & Jerry’s, Talenti), Mars (Dove) y General Mills (Häagen-Dazs), dominan gran parte del mercado. Sin embargo, JonnyPops logró capturar un nicho en crecimiento: consumidores que buscan opciones más saludables, simples y auténticas.
A pesar de su expansión, el 60% de las tiendas de comestibles del país aún no vende JonnyPops. Brust y Wray ven ahí una gran oportunidad. “Tenemos un largo camino por recorrer, pero queremos hacerlo bien. No se trata solo de estar en más góndolas, sino de estar en el momento y lugar adecuados, con el producto correcto”, explica Wray.
No todo fue perfecto. El verano pasado, la marca fue demandada por un competidor, GoodPop, quien alegó que la publicidad de JonnyPops era engañosa por promover sus productos como más saludables de lo que realmente son. La empresa prefirió no comentar sobre el litigio, aunque aclaró que utilizan azúcar de caña y evitan ingredientes procesados.
Más allá de esta controversia, las cifras respaldan su posicionamiento: el 60% de sus consumidores actuales descubrieron la marca en los últimos 18 a 20 meses, lo que indica un ritmo de expansión sostenido.
“El sabor es el factor número uno en las decisiones de compra en este segmento. Pero lo que queremos es que cada paleta sea una experiencia mágica. Nuestro mejor producto aún no salió”, afirma Brust. Esa visión explica por qué siguen invirtiendo en innovación, tecnología propia y diseño de sabores que conectan emocionalmente con el consumidor.
Incluso en un contexto de inflación y concentración del mercado, la empresa creció 3% en ventas este año, según NilsenIQ. En contraste, la mayoría de sus competidores mostraron caídas o estancamientos.
JonnyPops no sólo representa una historia de éxito emprendedor, sino también una señal de hacia dónde va la industria alimentaria: productos auténticos, con propósito y elaborados de forma transparente. La licuadora con la que comenzó todo hoy está guardada como símbolo en la oficina central, recordando que las grandes ideas pueden empezar con recursos pequeños pero con convicción enorme.