Por Agroempresario.com
En tiempos donde los sabores artesanales y las propuestas de autor ganan terreno en las góndolas y barras de todo el país, tres emprendedores marplatenses decidieron apostar por una idea audaz, creativa y con fuerte arraigo local: crear el primer licor argentino hecho a base de pistacho, miel y sal marina. Bajo el nombre de Attimo, esta bebida artesanal se propone destacar entre los licores premium combinando ingredientes nobles, identidad costera y una elaboración cuidada que rinde homenaje a los recursos naturales de la región.
Manuel Conde, Leonardo Dorsch y Ezequiel Maschwitz son los protagonistas detrás de este desarrollo que hoy busca posicionarse en un segmento de alto valor agregado. Desde este jueves, Attimo formará parte de Caminos & Sabores, la tradicional feria gastronómica que se desarrolla en el predio de La Rural en Palermo, donde esperan captar la atención de nuevos consumidores y distribuidores.
“El licor nace de la tierra, la colmena y nuestro océano”, explican con entusiasmo sus creadores, quienes definen su fórmula como un equilibrio perfecto entre el dulzor del pistacho, la complejidad de la miel pura marplatense y el contraste sutil de la sal marina. “Cada ingrediente aporta algo propio, pero sin invadir al otro. El resultado es una bebida suave, elegante y diferente”, asegura Conde, biólogo de formación, quien dio el puntapié inicial al proyecto.
El pistacho que utilizan proviene de San Juan, una provincia que ha ganado terreno en el cultivo de este fruto seco de alta demanda tanto en el mercado interno como externo. Si bien el pistacho se ha consolidado como un ingrediente estrella en la gastronomía gourmet y la pastelería, su incorporación en bebidas alcohólicas en Argentina es inédita. En otros países, como Italia, los licores de pistacho son conocidos, pero aquí Attimo marca un antes y un después con su elaboración completamente artesanal y natural, sin esencias ni aditivos.
“Queríamos que quien lo pruebe realmente sienta el pistacho. Por eso, incluso dejamos un leve granulado en la bebida, resultado de la molienda del fruto seco. Se debe agitar bien antes de servir y tomar bien frío”, recomienda Maschwitz, casi ingeniero industrial y responsable del diseño de procesos.
La miel, otro componente central del licor, llega de las colmenas marplatenses. Leonardo Dorsch, apicultor y uno de los socios, destaca que la marca elegida, Pampa D´Oro, es un referente en calidad dentro del circuito local e internacional. Mar del Plata y la región de General Pueyrredón cuentan con más de 32.000 colmenas y más de 220 productores que generan unas 1,2 millones de toneladas al año, consolidando a Buenos Aires como la principal provincia apícola del país.
El tercer ingrediente, la sal marina, no solo aporta una pincelada de sabor distintivo, sino que también funciona como sello de pertenencia geográfica. La inclusión de este mineral remite a la costa atlántica y suma identidad al producto, al igual que ocurrió con otros lanzamientos locales exitosos como el alfajor salado de Havanna conmemorativo del 150º aniversario de Mar del Plata.
“Hay un orgullo enorme detrás de este producto porque representa mucho más que una bebida: es una síntesis de saberes, de territorio y de calidad”, afirma Conde.
El emprendimiento, bautizado como Attimo —palabra italiana que significa “instante”— busca que el momento de disfrutarlo sea especial, memorable. Siguiendo esa línea conceptual, también lanzaron una segunda versión del licor: Attimo Chocolate Dubai, que incorpora cacao y remite al famoso chocolate con relleno de pistacho que triunfa en Medio Oriente. “Ambas versiones funcionan como postres líquidos, ideales para cerrar una buena comida o para maridar con café o postres secos”, sugiere Dorsch.
Durante el verano pasado, probaron la recepción del público en ferias regionales y en una iniciativa itinerante del Banco Nación. “Vendimos absolutamente todo. La gente se sorprendía por el sabor, por la botella, por la historia detrás”, recuerda Maschwitz. Hoy, la marca se comercializa en una vinoteca de Mar del Plata, en el bar Las 40 y en Distrito Alem, donde incluso forma parte de un cóctel de autor junto a whisky escocés, miel y almíbar de jengibre.
La escala actual de producción es artesanal, pero los socios aseguran que tienen todo listo para dar el salto a una producción mayor. Por ahora priorizan el estándar de calidad y la coherencia con el concepto original. “Queremos crecer, pero sin perder el alma del producto. Attimo está pensado para un público que busca algo diferente, hecho con compromiso y respeto por la materia prima”, dice Conde.
La presencia en Caminos & Sabores marca un nuevo hito en este camino emprendedor. “Estar en esta feria, que reúne a los mejores sabores regionales del país, es una oportunidad única. Queremos que más gente nos conozca y que descubran lo que podemos ofrecer desde Mar del Plata al resto del país y al mundo”, concluyen.