Por Agroempresario.com
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo una medida que sacude el escenario del comercio internacional: impondrá un arancel adicional del 10 % a todos los países que, según sus palabras, “se alineen con las políticas antiamericanas del bloque BRICS”. La decisión fue comunicada a través de su plataforma Truth Social, y está prevista para entrar en vigencia a partir del 1 de agosto, tras el vencimiento del período de suspensión de tarifas iniciado en abril.
Desde Washington se confirmó que este lunes 7 de julio comenzará el envío formal de cartas a los gobiernos de más de una docena de países, informando los términos del nuevo régimen arancelario y ofreciendo plazos para renegociar acuerdos bilaterales. Trump fue categórico: “No habrá excepciones. Todo país que respalde las políticas de los BRICS deberá asumir este arancel”.
Este anuncio surge en paralelo con la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del grupo BRICS, celebrada en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. El bloque, actualmente integrado por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Irán, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos, emitió una declaración conjunta de 126 puntos en la que expresó preocupación por “el aumento de medidas arancelarias unilaterales que distorsionan el comercio global”.
Aunque el texto evitó mencionar explícitamente a Estados Unidos, en la Casa Blanca no hubo dudas respecto al destinatario de esas críticas. La reacción de Trump no se hizo esperar: advirtió que cualquier país que adopte esas políticas se enfrentará a tarifas más altas por parte de Estados Unidos.
En su mensaje del domingo, publicado en Truth Social, el presidente escribió: “Cualquier país que se alinee con las políticas antiamericanas de los BRICS deberá pagar un arancel adicional del 10 %. No habrá excepciones”.
La administración Trump considera esta política comercial como parte de una ofensiva estratégica para forzar la renegociación de acuerdos comerciales bilaterales más favorables para los intereses estadounidenses. Según el mandatario, el 9 de julio marca el fin de una pausa de 90 días impuesta a los aranceles elevados, una tregua que denominó “Día de la Liberación”.
El objetivo, aseguró Trump, es tener a la mayoría de los países con una carta firmada o un acuerdo alcanzado para esa fecha. “Creo que el 9 de julio tendremos a la mayoría de las naciones con respuestas claras. Si no hay un nuevo pacto, el 1 de agosto entra en vigencia el nuevo arancel”, afirmó el mandatario desde Nueva Jersey, antes de abordar el Air Force One.
A su lado, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, confirmó que las tarifas comenzarán a aplicarse desde agosto y que el presidente ya ha comenzado a definir las tasas específicas y las condiciones de cada acuerdo.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, desmintió que se trate de una nueva prórroga del régimen arancelario. “No hay una extensión. Lo que estamos haciendo es notificar cuándo comenzará la aplicación. Si los países quieren acelerar los procesos de negociación, pueden hacerlo. Si prefieren volver a las tasas anteriores, es su elección”, explicó.
Según datos proporcionados por funcionarios del gobierno, entre 12 y 15 países recibirán las cartas este lunes. Hasta el momento, se habrían alcanzado acuerdos con el Reino Unido y Vietnam, mientras que con China se pactó una reducción temporal de aranceles de forma mutua, aunque no se cerró un acuerdo definitivo.
Varios países mantienen una posición cautelosa ante este endurecimiento de la política comercial estadounidense. El primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, declaró el domingo que Japón “no cederá fácilmente” ante las nuevas exigencias de Washington. En el mismo sentido, representantes de la Unión Europea afirmaron que continuarán negociando pero no están dispuestos a aceptar presiones unilaterales.
La declaración final de la cumbre de los BRICS reforzó esta postura. En ella, el bloque rechazó lo que denominó “el uso de medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional”, haciendo énfasis en la necesidad de construir un sistema comercial multilateral más justo. También insistieron en la urgencia de reformar organismos internacionales como la ONU, el FMI y el Banco Mundial.
Aunque ni Vladimir Putin ni Xi Jinping asistieron presencialmente a la cumbre, ambos enviaron mensajes grabados. Putin participó por videoconferencia desde Moscú, mientras que la delegación china fue encabezada por el canciller. En ambos discursos, se insistió en la necesidad de reducir la dependencia del dólar y avanzar hacia un sistema financiero multipolar.
Más allá de los discursos diplomáticos, el fondo de la medida anunciada por Trump busca ejercer presión directa sobre los países que evalúan sumarse al BRICS o firmar acuerdos estratégicos con el bloque. Para la Casa Blanca, este tipo de alianzas representa una amenaza directa a la hegemonía comercial y financiera de Estados Unidos.
De hecho, Trump ha señalado repetidamente que los BRICS “quieren reemplazar las reglas del juego mundial con normas que no favorecen a la libertad económica ni a los intereses de Occidente”. En ese marco, el nuevo arancel del 10 % busca ser un “disuasivo” para desalentar alianzas con el bloque.
El secretario del Tesoro agregó que esta política no tiene como fin castigar a los países, sino reconfigurar relaciones comerciales basadas en principios “recíprocos, transparentes y justos”.
Mientras avanza el cronograma de cartas y negociaciones, todos los ojos están puestos en el 9 de julio. Esa fecha marcará el fin de la suspensión temporal de tarifas y definirá si Estados Unidos logra cerrar acuerdos bilaterales que aíslen aún más a los BRICS.
El impacto de esta medida también será observado de cerca en los mercados financieros. Ya se registraron señales de inestabilidad en países como India, cuya moneda se depreció frente al dólar en las últimas jornadas. Analistas estiman que el clima de incertidumbre continuará hasta que se conozcan detalles concretos de los acuerdos en discusión.