Por Agroempresario.com
La inflación en Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, se aceleró en junio alcanzando un 5,35% interanual, impulsada principalmente por el aumento en los precios de la vivienda. Este dato representa un ligero incremento de 0,03 puntos porcentuales respecto al mes de mayo, manteniendo el índice de precios fuera del rango meta superior establecido por el Banco Central brasileño, que es del 4,5%.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) informó que, aunque la inflación mensual de junio fue de 0,24%, un poco inferior a la registrada entre abril y mayo (0,26%), se ubicó por encima de la mayoría de las expectativas de los analistas económicos. Este desempeño mantiene la inflación en niveles elevados por sexto mes consecutivo, reflejando un escenario de presiones sobre los precios internos.
Dentro de los rubros que explican este aumento, la vivienda fue la que lideró la suba con un incremento mensual del 0,9%, principalmente debido a la elevación del impuesto sobre el agua y el alcantarillado. Otros sectores con alzas importantes fueron la ropa (+0,7%) y el transporte (+0,2%), aunque el costo de los combustibles mostró una reducción durante el mismo periodo.
En contraste, el segmento de alimentación y bebidas, que representa el mayor peso en el índice de precios al consumidor, experimentó una caída intermensual de 0,18%. Esta fue la primera baja después de nueve meses consecutivos de incrementos. Entre los productos que registraron las mayores bajas figuran los huevos (-6,5%), el arroz (-3,2%) y las frutas (-2,2%). Por el contrario, el precio de los tomates subió un 3,2%.
Frente a este escenario, el Banco Central de Brasil ha optado por una política monetaria restrictiva, manteniendo la tasa básica de interés en un 15% anual, el nivel más alto desde agosto de 2006. Esta medida busca contener la inflación y anclar las expectativas de precios en un contexto económico complejo, marcado por la volatilidad global y la recuperación postpandemia.
El año pasado, la inflación cerró en 4,83%, superando tanto el registro de 2023 (4,62%) como el techo de la meta establecida por el Banco Central. Esto ha generado un desafío adicional para las autoridades brasileñas, que buscan equilibrar la estabilidad de precios con el crecimiento económico.
El contexto inflacionario en Brasil también afecta a la región, dado que su economía es un motor clave para el comercio y la inversión en Latinoamérica. Además, la evolución del real brasileño frente al dólar y la respuesta de los mercados internacionales siguen siendo factores críticos para la política económica del país.