Por Agroempresario.com
A pocos días del cierre de listas, la alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO en la provincia de Buenos Aires entra en su tramo más tenso. Con más de 1.000 cargos en juego y una fuerte competencia interna, los armadores de ambas fuerzas políticas trabajan a contrarreloj para definir nombres y ubicaciones estratégicas, mientras crece la presión en los principales distritos del Conurbano.
La fecha límite para la presentación de candidatos es el 19 de julio, y las conversaciones están al rojo vivo. Según comentaron referentes de ambos espacios, la negociación es constante, dinámica y con múltiples frentes abiertos. “No es que vamos a tener reuniones puntuales, tenemos 200 millones de reuniones”, sintetizó con crudeza un alto dirigente del PRO que participa activamente de la mesa chica.
El acuerdo firmado recientemente entre ambos espacios formalizó la creación de una alianza única, que mantendrá el nombre de La Libertad Avanza, pero que incluirá a referentes y estructuras del PRO. La distribución pactada otorga al partido amarillo alrededor del 25% de los lugares en las listas, aunque ese porcentaje varía según el distrito y la sección electoral.
El volumen de cargos en juego en estas elecciones es significativo:
En términos de representación y estructura, esta elección será clave para proyectar el poder territorial de ambas fuerzas, en un contexto de reconfiguración del mapa político bonaerense.
Las Secciones Electorales donde se eligen senadores y diputados provinciales son ocho, y muchas de las negociaciones giran en torno a la Primera y Tercera Sección, que abarcan buena parte del Conurbano bonaerense, un bastión tradicional del peronismo y donde se concentra la mayor parte del electorado.
La interna en La Libertad Avanza tampoco es menor. Aunque el partido responde orgánicamente a Karina Milei y Eduardo "Lule" Menem, distintos sectores pujan por espacios. Uno de ellos es el liderado por el diputado Agustín Romo, el secretario de Culto Nahuel Sotelo, y el funcionario Lucas “Sagaz” Luna, agrupados bajo el sello de “Las Fuerzas del Cielo”, con apoyo del asesor presidencial Santiago Caputo.
Estos sectores ya comenzaron a mover su maquinaria territorial con actos en distritos clave como San Martín y General Rodríguez, donde el oficialismo local es peronista, pero el electorado se muestra volátil.
En paralelo, el PRO intenta asegurar su propia base y renovar bancas legislativas ya ganadas. Figuras como Christian Gribaudo (senador), Matías Ranzini (diputado), y Alejandro Rabinovich tienen garantizada su presencia en lugares expectables de las listas.
Pero el reparto es complejo. El PRO tiene menos lugares para más aspirantes, y debe negociar con intendentes de peso como Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín), Javier Martínez (Pergamino) y María José Gentile (9 de Julio), todos vinculados a Jorge Macri, quien busca fortalecer el vínculo con LLA, aunque sin grandes resultados hasta el momento.
En el armado electoral, la palabra de Sebastián Pareja, presidente del partido en Buenos Aires y operador de Karina Milei, es clave. Junto a él actúan sus alfiles Juanes Osaba, Carlos “Charlie” Curestis y Luciano Olivera. Por el lado del PRO, los negociadores son Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro, con apoyos técnicos de Ranzini, Agustín Forchieri y Rabinovich.
Las fricciones aparecen con más fuerza en los distritos grandes, donde la posibilidad de obtener bancas reales en los concejos deliberantes y legislaturas provinciales es más concreta. En distritos menores, en cambio, las listas están prácticamente cerradas. “Eso está prácticamente resuelto, sobre todo donde gobierna el peronismo y la disputa opositora es más simbólica”, indicaron fuentes del armado.
Si bien los dirigentes evitan confirmar nombres definitivos antes del cierre de listas, algunas figuras suenan con fuerza para encabezar las boletas en las distintas secciones. Por ejemplo, en la Primera Sección, el nombre del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, aparece como posible cabeza de lista. Sería una jugada fuerte que combinaría gestión, visibilidad y perfil moderado.
En la Quinta Sección, la posibilidad de que el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, sea quien encabece, también toma forma. Esta estrategia de poner intendentes al frente de las listas podría replicarse en otros distritos para reforzar la competitividad y atraer al electorado independiente.
Sin embargo, todo sigue en revisión y será recién entre viernes y sábado cuando se definan las boletas finales. “Vemos venir un aluvión de operaciones esta semana, pero los que cortan el bacalao van a estar bastante herméticos hasta último momento”, confesó uno de los armadores.
Entre los estrategas de la alianza, circula un axioma clave:
“El rendimiento del peronismo en la Tercera puede empardarse con lo que nosotros podemos hacer en el interior. Y quien gana la Primera, gana la Provincia.”
Con esta lógica, tanto libertarios como amarillos concentran sus esfuerzos en la Primera Sección, que incluye municipios de fuerte peso como Morón, San Martín, San Isidro, Tres de Febrero, Tigre, entre otros.
La elección de medio término del 7 de septiembre será un test fundamental para la proyección nacional de Javier Milei, quien busca consolidar su capital político con una performance sólida en Buenos Aires, la provincia más grande y estratégica del país.