Por Agroempresario.com
El complejo girasol argentino está cerrando una de sus mejores temporadas. Con récord de molienda y un notable crecimiento de las exportaciones de aceite de girasol, el ciclo 2024/25 se consolida como uno de los más exitosos de los últimos años. La producción de girasol en Argentina ha sido favorecida por condiciones climáticas, precios internacionales y bonificaciones frente a otros cultivos como la soja.
Según analistas de Oil World, en mayo se molieron unas 466.000 toneladas, superando ampliamente las 420.000 toneladas de abril y las 372.000 toneladas de mayo de 2024. Este dato marca un hito para la industria oleaginosa nacional.
En el plano internacional, el mercado de aceite de girasol está fuertemente influenciado por Ucrania y Rusia, principales exportadores globales. Según UKR AgroConsult, los precios se han visto impulsados por el aumento de la demanda y la incertidumbre climática en el sureste ucraniano, donde la sequía amenaza con reducir la cosecha.
Por su parte, Rusia espera una producción de entre 18 y 19 millones de toneladas, gracias a un aumento del 10% en la superficie sembrada. Estos movimientos están alterando la dinámica del mercado mundial de aceites, donde también pesa la recuperación de la Unión Europea tras las pérdidas climáticas del ciclo anterior.
La India, primer importador mundial de aceites vegetales, es otro actor central. En junio, las compras de aceite de palma alcanzaron máximos de 11 meses debido a la caída de inventarios y su menor precio frente al aceite de girasol. A pesar de ello, la demanda por el aceite de girasol se mantiene firme, con precios en torno a los 1.195-1.200 USD/t en Mumbai.
Desde enero hasta mayo de 2025, Argentina exportó unas 532.000 toneladas de aceite de girasol, duplicando lo vendido en el mismo periodo del año anterior. De ese total, 223.000 toneladas se dirigieron a India, consolidando su rol como mercado estratégico.
El último informe del USDA proyecta una caída de la producción de girasol en Argentina del 15,7%, estimándola en 4,3 millones de toneladas frente a las 5,1 millones del ciclo anterior. Asimismo, prevé una baja en las exportaciones de aceite de girasol, que pasarán de 1,275 millones a 1,150 millones de toneladas.
La participación argentina en el comercio mundial de aceite de girasol descenderá del 9,7% al 8,4%, según el organismo. En contraste, las exportaciones de Ucrania y Rusia continuarán en alza, consolidando su hegemonía.
Mientras tanto, Chaco dio inicio a la siembra de girasol 2025/26, con una proyección superior a las 400.000 hectáreas, cifra que podría consolidar a la provincia como principal productora del ciclo. Con fechas de siembra invernales, el girasol chaqueño se posiciona como cultivo primicia, clave para abastecer los mercados en los primeros meses del año.
El promedio de área sembrada en las últimas diez campañas fue de 266.000 hectáreas, aunque hubo picos de 490.000. Esta variabilidad está ligada al régimen hídrico y a las condiciones de mercado.
El complejo girasol representa cerca del 4% de las ventas totales del complejo agroindustrial argentino, según cifras del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Con un aumento del 34,4% interanual en las exportaciones, el sector cerró un ciclo favorable, pero debe prepararse para el impacto de la mayor competencia global.
El economista Jorge Ingaramo, asesor de ASAGIR, destaca que a nivel global la producción de girasol crecerá un 7,4%, mientras que el crushing aumentará 8,3% y la producción de aceite de girasol alcanzará los 21,85 millones de toneladas.
El comercio bilateral con India supera los 5.000 millones de dólares, con fuerte superávit para Argentina. El 95% de las exportaciones hacia ese destino son aceites vegetales, sobre todo de soja y girasol. Un posible acuerdo de libre comercio entre India y el Mercosur podría potenciar aún más las exportaciones.
La visita reciente de Narendra Modi, primer ministro de India, abrió una instancia clave para profundizar la relación comercial. Exportadores afirman que podría abrir las puertas al maíz, la harina de soja y nuevos productos.
El girasol argentino atraviesa una campaña brillante, con récords de molienda y ventas externas, especialmente hacia India. No obstante, el informe del USDA advierte una baja en la producción y exportaciones para 2025/26, presionado por la competencia del Mar Negro y un entorno internacional más desafiante.
El inicio de la siembra en Chaco ofrece una base sólida para el nuevo ciclo. La clave estará en mantener la competitividad, diversificar mercados y aprovechar herramientas como un eventual acuerdo con India.
El aceite de girasol argentino sigue siendo un producto demandado y competitivo. Pero para seguir creciendo, deberá sortear el nuevo tablero global, marcado por la volatilidad climática, la geopolítica del comercio y la necesidad de políticas públicas estables.