Por Agroempresario.com
El Gobierno nacional dispuso una serie de cambios significativos en el procedimiento de inscripción al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), con el objetivo de agilizar los plazos de aprobación de proyectos estratégicos y dinamizar el flujo de inversiones extranjeras en sectores clave de la economía argentina. La decisión fue publicada a través de la Resolución 983/2025 en el Boletín Oficial y responde a la necesidad de adaptar la reglamentación a las demandas del mercado y de los inversores.
Desde el Ministerio de Economía, encabezado por Luis Caputo, señalaron que las modificaciones buscan "agilizar los procesos" y "dar mayor previsibilidad" al marco operativo del RIGI, en línea con la estrategia de desregulación, estabilización macroeconómica y promoción de la inversión productiva que impulsa la gestión de Javier Milei.
Entre los principales cambios reglamentarios se destacan la digitalización obligatoria de todos los trámites a través del sistema TAD, el establecimiento de un plazo máximo de 45 días hábiles para responder solicitudes y la posibilidad de reformular propuestas hasta dos veces en el mismo año calendario. Además, se exigirá a los proyectos aprobados la presentación de un informe mensual detallado, con actualización del cronograma de inversiones proyectadas y ejecutadas.
El nuevo esquema mantiene los cinco tipos de proyectos que pueden solicitar la adhesión al RIGI:
La actualización normativa busca reducir la burocracia y permitir una mayor fluidez en los procesos de aprobación, eliminando pasos intermedios y fomentando la transparencia.
Según el último informe de gestión presentado por Guillermo Francos ante el Senado, el RIGI ya recibió solicitudes por un monto superior a los USD 16.500 millones, distribuidos en catorce proyectos, de los cuales cuatro ya fueron aprobados.
Las iniciativas aprobadas representan compromisos de inversión por USD 12.299 millones, con desembolsos pautados a corto y mediano plazo. Entre ellos se encuentran:
El proyecto con mayor impacto económico es PAE – Golar, con una inversión proyectada de USD 6.878 millones, seguido por Vaca Muerta Oil Sur con USD 2.846 millones y Ricón, una iniciativa de litio con USD 2.724 millones.
Uno de los pilares clave del régimen es su federalización. Hasta la fecha, quince provincias se sumaron al RIGI mediante legislación local, habilitando tratamientos fiscales y cambiarios preferenciales. Las jurisdicciones que ya aprobaron la adhesión son: Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz y Tucumán.
Esta integración federal permite que las provincias ofrezcan beneficios fiscales propios, generando certidumbre jurídica y fiscal para los inversores y promoviendo el desarrollo regional.
El RIGI contempla una serie de incentivos destinados a atraer grandes flujos de capital al país. Entre sus principales ventajas destacan:
Además, el régimen busca integrar proveedores locales al desarrollo de grandes obras, promoviendo encadenamientos productivos y generación de empleo.
La implementación del RIGI ocurre en un contexto macroeconómico adverso, con una histórica caída de Inversión Extranjera Directa (IED) según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Ante este panorama, la administración de Milei apunta a revertir la tendencia con reformas estructurales, mejoras en la competitividad y generación de condiciones de previsibilidad legal y fiscal.
El desafío central para el oficialismo será sostener el interés inversor en medio de la persistente volatilidad política y económica, pero las autoridades aseguran que el camino elegido dará resultados en el mediano plazo.
De los catorce proyectos presentados, la mayoría se concentra en tres sectores: energía eléctrica (seis proyectos), minería de litio (cinco) y generación de GNL, petróleo y siderurgia (uno cada uno). Esto confirma el interés del capital global por los recursos estratégicos del país y su potencial de transformación exportadora.
El Gobierno nacional apunta a transformar el RIGI en una plataforma clave para el desarrollo productivo argentino, generando empleo, valor agregado y divisas genuinas, con el objetivo de recuperar la senda del crecimiento sostenido.