Por Agroempresario.com
En el marco del “Salmón Summit 2025” celebrado en Frutillar, Evelyn Matthei, candidata presidencial por la derecha chilena, anunció una ambiciosa propuesta para triplicar la producción de salmón en Chile, alcanzando los 3 millones de toneladas anuales y generando ingresos por USD 20.000 millones. La exministra y actual alcaldesa de Providencia busca emular el modelo público-privado noruego para posicionar al país sudamericano como líder global en el mercado salmonero.
Con este anuncio, Matthei posiciona al sector como un eje estratégico de desarrollo económico en las regiones australes de Chile. En su discurso, remarcó que la salmonicultura chilena “es el cobre del sur” y destacó su capacidad para generar empleo, descentralización y exportaciones, aunque también criticó el estancamiento que sufre la industria por trabas burocráticas y falta de decisión política.
La propuesta de Matthei se basa en un esquema de colaboración público-privada similar al de Noruega, el mayor exportador mundial de salmón, con 1.2 millones de toneladas y USD 11.500 millones de facturación. Según la candidata, Chile podría superar esas cifras si logra implementar reformas profundas en términos normativos y administrativos.
“Concesiones demoradas, trámites duplicados, instituciones que no dialogan: eso tiene que cambiar”, señaló la dirigente durante su intervención en el Teatro del Lago, una construcción emblemática en la Región de los Lagos que albergó el evento y cuya edificación fue financiada por la familia Shiess con USD 20 millones.
Actualmente, Chile produce cerca de 1 millón de toneladas de salmón al año y exporta por aproximadamente USD 6.500 millones. El sector genera 86.000 empleos directos e indirectos y constituye la segunda fuente exportadora del país después del cobre. En regiones como Magallanes, la actividad aporta 7.000 puestos de trabajo y representa un ingreso de USD 650 millones.
A pesar de estos números, la industria se enfrenta a múltiples desafíos: regulación ambiental, leyes indígenas, oposición de ONGs internacionales y la ausencia de una política de Estado clara. En este sentido, la candidata propuso revisar la ley Lafkenche, que otorga derechos territoriales marítimos a comunidades indígenas y, según Matthei, obstaculiza el desarrollo productivo.
“Hoy estamos parados porque se están solicitando 3 millones 900 mil hectáreas marítimas, cuando la industria salmonera solo utiliza 4.120 hectáreas. Es un abuso”, expresó con firmeza.
Además de Evelyn Matthei, el Salmón Summit 2025 contó con la participación de José Antonio Kast y Jeannette Jara, también candidatos presidenciales. Los tres expusieron sus propuestas para el sector, dejando entrever que la salmonicultura será uno de los temas centrales en las elecciones de fin de año.
Kast apuntó contra el exceso de burocracia y propuso una “desregulación sustantiva”, reducción de impuestos y un equilibrio entre sustentabilidad ambiental y viabilidad económica. “Chile necesita volver a ser competitivo en la industria del salmón”, afirmó.
En contraste, la exministra comunista Jeannette Jara sorprendió con una postura más conciliadora. Reconoció el potencial de la “economía azul” y propuso un “nuevo pacto para la salmonicultura” que incluya descentralización, agilidad en los permisos y promoción de la innovación. De esta manera, Jara se diferenció del presidente Gabriel Boric, cuyo gobierno ha sido ampliamente criticado por su inacción frente a la industria.
El presidente de SalmónChile, Arturo Clément, fue enfático al remarcar la ausencia del gobierno en el evento. “Hace más de un mes invitamos a varios ministros, subsecretarios, pero nadie llegó. Así es difícil dialogar y avanzar”, lamentó.
La relación entre el gobierno de Boric y la salmonicultura ha sido tensa. Al poco tiempo de asumir, el presidente expresó que la actividad debería retirarse de las áreas de reserva, lo que generó una fuerte alarma entre los empresarios y trabajadores del sector. Desde entonces, la industria ha sido blanco de críticas por parte de funcionarios y ONGs con agendas conservacionistas.
Uno de los anuncios más simbólicos de Matthei fue su compromiso de declarar el 26 de mayo como el Día del Trabajador Salmonero, en respuesta a un pedido realizado por la Multisindical del sector. Con este gesto, la candidata busca reconocer el aporte de miles de trabajadores que sostienen la cadena productiva.
Además, insistió en la necesidad de modificar la ley Lafkenche, señalada por los empresarios como una de las principales trabas al desarrollo de la salmonicultura. La normativa, vigente desde 2008, permite a comunidades indígenas solicitar espacios costeros para su administración, lo que ha frenado múltiples proyectos productivos.
El desafío de convertirse en el mayor exportador de salmón del mundo no es menor. Si bien Chile ya disputa los primeros puestos, deberá superar obstáculos estructurales para lograrlo: reforma normativa, mejor coordinación institucional, incentivo a la inversión privada y gestión ambiental moderna.
Según Matthei, un plan integral permitiría que Chile alcance exportaciones anuales superiores a los USD 113.000 millones, acercándose a potencias como Noruega e Irlanda, y reduciendo la brecha con Brasil, que en 2024 exportó por USD 337.000 millones.
Lo que quedó claro en el Salmón Summit es que la salmonicultura no es un tema menor en la agenda económica chilena. Su relevancia regional, su peso en la balanza comercial y su capacidad de generar empleo hacen de esta industria un factor clave para el desarrollo nacional.
Mientras los candidatos afinan sus estrategias de campaña, el futuro de la salmonicultura está en juego. Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Jeannette Jara marcaron diferencias, pero también coincidieron en que es necesario un cambio de enfoque: menos trabas, más innovación, diálogo social y un horizonte de crecimiento sostenible.
Chile tiene las condiciones naturales, la experiencia empresarial y el capital humano para liderar el mercado global del salmón. Lo que falta, según el consenso emergente, es voluntad política y un marco normativo acorde a las exigencias del siglo XXI.