Por Agroempresario.com
La decisión del expresidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 50% a las importaciones de cobre a partir del 1° de agosto encendió las alarmas en Chile, el mayor productor mundial del metal rojo. Si bien la medida aún carece de comunicación oficial, el gobierno de Gabriel Boric activó un esquema de monitoreo interministerial para evaluar su alcance y las eventuales represalias comerciales o diplomáticas.
El anuncio de Trump, realizado a través de su red social Truth, se suma a un paquete más amplio de medidas proteccionistas que conforman una nueva etapa de la ya conocida guerra comercial iniciada durante su primer mandato. En este caso, el cobre —insumo clave para la industria tecnológica, energética y automotriz— se convirtió en el centro de atención.
“Todavía no hay una notificación oficial ni detalles concretos sobre cómo se implementará este arancel del 50%”, señaló Alberto Van Klaveren, ministro de Relaciones Exteriores chileno. Según expresó, la Cancillería ya está trabajando en conjunto con los ministerios de Hacienda y Minería, además de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), Codelco y la embajada de Chile en Estados Unidos para preparar una estrategia de respuesta.
Actualmente, el 10% del cobre que Chile exporta tiene como destino el mercado estadounidense, por lo que cualquier modificación arancelaria tiene impacto directo en los ingresos del país sudamericano y en su balanza comercial.
Para Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining, la principal interrogante está en si la medida afectará a todos los países por igual o si Trump contempla excepciones. "Una aplicación indiscriminada del arancel podría desatar una serie de reacciones comerciales en cadena", advirtió.
Chile, que ya se encuentra negociando la exención de un arancel del 10% anunciado en abril, podría utilizar esa mesa de diálogo para plantear su preocupación ante esta nueva carga impositiva. Sin embargo, desde el Ejecutivo mantienen un tono reservado.
El propio presidente Gabriel Boric remarcó que su gobierno actuará con responsabilidad institucional: “En diplomacia no se hace política por redes sociales, sino mediante comunicaciones oficiales. Estamos esperando el contacto formal por parte del Gobierno de Estados Unidos”.
El anuncio de Trump también generó reacciones en el ámbito político chileno. La candidata presidencial Evelyn Matthei, referente de la coalición de centroderecha Chile Vamos, exigió al gobierno "actuar con urgencia, responsabilidad y prudencia para revertir esta medida contra nuestro principal producto de exportación". Matthei llamó a una postura unificada: “Temas de Estado requieren acciones de Estado”.
Desde el mundo empresarial, Máximo Pacheco, presidente del directorio de Codelco, fue sorprendido en vivo en CNN Chile al leer la publicación de Trump. “Tengo la obligación de ser extraordinariamente prudente, de poder analizar esto con calma”, respondió.
El exministro de Hacienda durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera, Ignacio Briones, también criticó la medida por su carácter proteccionista: “El proteccionismo es nefasto y contrario a la libertad económica, venga de donde venga. No puede ser malo solo cuando lo hace un gobierno de izquierda”.
Por su parte, el economista y expresidente de Codelco, Óscar Landerretche, cuestionó la viabilidad técnica de la medida desde el punto de vista de la industria: “¿De dónde van a sacar el concentrado?”, escribió en su cuenta de LinkedIn. “Para hacer cátodos o cables se necesita mineral, ese que puso el pulento en el subsuelo andino”, ironizó.
En el sector minero chileno, las declaraciones de Trump fueron recibidas con preocupación, aunque sin alarmismo. Joaquín Villarino, presidente del Consejo Minero, destacó que si bien el arancel podría afectar una porción del mercado, el cobre chileno cuenta con una demanda internacional sólida, principalmente en Asia.
“Estados Unidos consume cerca de 1,6 millones de toneladas de cobre refinado, pero produce solo 1,1 millones. Esa diferencia, unas 500.000 toneladas, la tiene que importar. Y no tiene capacidad de producción interna suficiente a corto plazo”, explicó Villarino.
También señaló que, de mantenerse la medida, los principales beneficiarios serían países como China, que podrían captar los envíos que ya no vayan a Estados Unidos: “China tiene mayor capacidad de fundición y refinación. Les están regalando una ventaja inexplicable”.
Una de las grandes incógnitas es qué tipo de cobre estará incluido en el gravamen. Chile exporta principalmente dos formas de este mineral a EE.UU.:
Ambos productos son esenciales para la industria estadounidense, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de la medida a largo plazo.
Estados Unidos cuenta con 47 millones de toneladas métricas en reservas de cobre, lo que lo ubica en el quinto lugar a nivel mundial, por detrás de Chile, Australia, Perú y México. Sin embargo, su capacidad de extracción y refinación no alcanza para abastecer su demanda interna en el corto plazo.
En este contexto, el gobierno de Chile sigue de cerca el desarrollo de la situación, mientras las conversaciones diplomáticas continúan. Por ahora, no hay sanciones concretas ni represalias comerciales, pero el anuncio genera un clima de incertidumbre en un rubro clave para la economía chilena.
“La cautela es lo más sensato en este momento. Pero debemos estar preparados para actuar rápido si el arancel entra en vigencia”, resumió una fuente de Cancillería.
Trump, en tanto, sigue utilizando su influencia mediática y política para consolidar su liderazgo con miras a las elecciones presidenciales. Y su cruzada proteccionista vuelve a agitar las aguas del comercio global.