Por Agroempresario.com
En el cierre de la 137ª Exposición Rural de Palermo, que batió récords con más de 1,5 millones de asistentes entre público presencial y virtual, los productores agropecuarios manifestaron su opinión sobre la reciente decisión del presidente Javier Milei de reducir las retenciones a las exportaciones. Si bien la medida fue calificada como una “señal positiva”, los referentes del agro advirtieron que el verdadero objetivo aún no se alcanzó: la eliminación total de los derechos de exportación (DEX).
Durante los once días de muestra, se realizaron 45 remates ganaderos y se comercializaron más de 150.000 cabezas de animales. Además, en las rondas de negocios “Argentina Alimenta” se concretaron 750 encuentros entre 90 empresas argentinas y 13 compradores internacionales. En ese contexto, los anuncios del Gobierno nacional despertaron un moderado optimismo en el sector.
En su visita al predio ferial de Palermo, Milei anunció una reducción de los DEX del 6,75% al 5% para la carne vacuna de novillo y la aviar, del 12% al 9,5% para el maíz, y del 33% al 26% para la soja. Estas medidas, que fueron recibidas con aplausos durante el acto inaugural, marcaron un cambio discursivo respecto a gestiones anteriores: dejar de considerar al campo como “una caja recaudadora” y reconocerlo como un pilar del desarrollo económico.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), expresó:
“Valoramos el gesto del Gobierno, no solo por la decisión concreta de avanzar en una reducción, sino también por señalar un rumbo claro hacia su eliminación definitiva. Este es el camino correcto. La Argentina tiene una oportunidad histórica: el mundo necesita lo que producimos”.
Pino remarcó que el campo debe ser comprendido como un sector estratégico, con reglas claras y previsibilidad. “Eliminar las retenciones no es un reclamo sectorial, es una decisión de política económica. Se empieza a dejar atrás una visión distorsionada del agro”, dijo.
Para Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus, la medida genera una mejora concreta en los márgenes del negocio cárnico.
“Una baja del 6,5% al 5% mejora la rentabilidad. Pero lo relevante es que se garantice su continuidad. La ganadería es una actividad de largo plazo, y necesita previsibilidad para invertir”, indicó.
También Alejandro de La Tour, de la Asociación Argentina de Criadores de Hereford, subrayó que “toda reducción impositiva sostenida impacta positivamente”, aunque remarcó que los anuncios no son suficientes para cubrir las necesidades del sector.
“Las medidas llegan en plena etapa de fertilización de cultivos de trigo y cebada, y podrían llevar a muchos a recalcular márgenes. Si hay confianza, se puede aumentar la inversión en insumos o superficie de siembra”, sostuvo.
No obstante, advirtió que “el acceso al crédito sigue siendo limitado”, con tasas elevadas que atentan contra decisiones de inversión.
Desde la industria de maquinaria agrícola, Néstor Cestari fue claro:
“Cualquier medida que apunte a incentivar la producción es bienvenida. Pero lo importante es que se cumplan. El impacto va más allá del campo, afecta a toda la economía”.
Cestari recordó que “factores como el clima, los precios internacionales y la confianza del productor” también influyen, pero reconoció que estas señales ayudan a proyectar con mejores expectativas.
Por su parte, Marcelo Fioretti, productor agrícola de Castelli, en la provincia de Buenos Aires, expresó que “es el momento de empezar a girar la rueda”.
“El productor está acostumbrado a trabajar y producir. Si hay condiciones, eso genera empleo y movimiento. Estamos cansados de trabas. No pedimos regalos, solo condiciones para crecer”, afirmó.
Fioretti destacó que la decisión oficial puede ser el primer paso hacia una relación más sana entre el agro y el Estado. “El campo es un engranaje clave. Ojalá estas medidas sean el inicio de un cambio real”, agregó.
Además de los discursos y definiciones políticas, las empresas que participaron de la exposición también evaluaron el impacto de la medida en sus negocios. Gonzalo Mosquera, de la firma Farmquip, dedicada a equipamiento ganadero, explicó:
“Fue una buena feria. La exposición nos permitió tomarle el pulso al productor. Hubo muchas consultas. Al haber cierta estabilidad económica y un precio de la carne más firme, la gente piensa más en invertir”, aseguró.
La lectura empresarial coincide con la visión de que el agro necesita señales firmes y continuidad normativa. La volatilidad fiscal y política suele ser un factor limitante a la hora de tomar decisiones que requieren horizontes largos.