Por Agroempresario.com
La publicación de una columna firmada por el presidente Javier Milei en el sitio oficial del Banco Central de la República Argentina (BCRA) abrió un nuevo capítulo en el debate sobre la independencia de la política monetaria y la autonomía institucional de la autoridad monetaria. Bajo el título “Aspectos esenciales del análisis monetario”, Milei defendió el actual esquema cambiario y monetario, buscando disipar temores sobre un eventual traslado a precios de la reciente suba del dólar.
En el texto, el mandatario remarcó que “la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario, generado por un exceso de oferta de dinero” y sostuvo que, sin “convalidación monetaria”, las variaciones del tipo de cambio no deberían impactar de forma directa en el nivel de precios. Según su análisis, la estabilidad se sostiene en dos pilares: equilibrio fiscal y ausencia de emisión para financiar al Tesoro.
La carta, difundida a través de la página institucional del BCRA, no tardó en generar reacciones entre economistas y dirigentes de la oposición. El ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay consideró que, si el objetivo es generar previsibilidad, el camino pasa por reforzar la autonomía del Central: “Sería mucho más eficaz independizar al BCRA —que sus autoridades no estén a tiro de decreto ni sujetas a órdenes del Poder Ejecutivo Nacional— y gestionar el gobierno dentro de las pautas de un presupuesto nacional”, expresó.
Para el diputado radical Martín Tetaz, la ausencia de independencia tiene consecuencias inmediatas sobre la estabilidad financiera: “Parte de los 735 puntos de riesgo país y de la volatilidad cambiaria reciente es por esto. No hay siquiera un atisbo de independencia de la política monetaria y, por lo tanto, la incertidumbre política golpea las tasas y el peso”, señaló.
La economista María Castiglioni Cotter apuntó que la autonomía del BCRA no puede analizarse de forma aislada, sino en estrecha relación con la situación fiscal. Si bien reconoció que la Carta Orgánica es una herramienta clave para garantizar independencia, enfatizó que la verdadera fortaleza institucional se alcanza con un Tesoro solvente: “La clave real para dotar de independencia es que el Tesoro sea solvente, algo que sólo se logra con equilibrio fiscal sostenible y creíble”.
En esa línea, Castiglioni remarcó que recién cuando ese objetivo esté consolidado y el Tesoro recupere acceso al crédito voluntario, será momento de avanzar en reformas legales que consoliden la institucionalidad del Central.
El economista Ramiro Castiñeira recordó que el Banco Central fue creado en 1935 y que en sus casi 90 años de historia, solo durante el período de convertibilidad dejó de financiar al Tesoro. “En el resto de los años, el BCRA fue utilizado para cubrir déficits fiscales de manera sistemática”, señaló.
En el contexto actual, Castiñeira destacó que el tipo de cambio y las tasas de interés se encuentran determinados por el mercado, mientras que la disciplina monetaria descansa en un orden fiscal que no admite desvíos.
Los datos oficiales indican que, en los primeros siete meses de 2025, la base monetaria creció a un ritmo que duplicó la inflación acumulada. El aumento respondió principalmente a transferencias de utilidades del BCRA al Tesoro y al desarme de operaciones de pases pasivos, aunque también se registró absorción de pesos vía depósitos fiscales y venta de activos.
En su carta, Milei insistió en que la estabilidad de precios no depende de un tipo de cambio fijo, sino de mantener controlada la cantidad de dinero en circulación. Para el presidente, el temor a una aceleración inflacionaria responde a “resabios de experiencias pasadas” que no se corresponden con la situación actual.
“El equilibrio fiscal es la condición necesaria para que el BCRA no tenga que intervenir para financiar al Tesoro ni para que haya inflación persistente”, subrayó. Según Milei, el programa fiscal y monetario es la base de cualquier cambio estructural que se quiera implementar en el régimen cambiario.
La difusión de la carta coincidió con dos anuncios que el mandatario presentó como medidas para blindar el equilibrio fiscal. La primera fue una instrucción al Ministerio de Economía para prohibir que el Tesoro utilice emisión monetaria para gastos corrientes, formalizando así una práctica ya vigente. La segunda fue el envío al Congreso de un proyecto de ley para establecer una regla fiscal estricta, que obligue a que cualquier aumento del gasto cuente con respaldo de ingresos genuinos y que prevea sanciones penales para quienes incumplan.
Desde el Ejecutivo sostienen que estas iniciativas buscan reforzar el compromiso de no usar al BCRA como fuente de financiamiento del déficit y, de este modo, reducir el riesgo país y mejorar la previsibilidad económica.
El intercambio de opiniones reaviva una tensión recurrente en la economía argentina: cómo compatibilizar la autonomía del Banco Central con la conducción macroeconómica desde el Poder Ejecutivo.
Para los críticos, la publicación del texto presidencial en el sitio institucional del BCRA es un signo de subordinación que debilita la credibilidad de la autoridad monetaria. Entre los argumentos esgrimidos, también se menciona el vínculo previo entre el ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del BCRA Santiago Bausili, quienes fueron socios en la consultora Anker antes de asumir funciones públicas.
El oficialismo, por su parte, interpreta la carta como un gesto de transparencia y coherencia institucional, que busca alinear las políticas monetarias y fiscales bajo un mismo objetivo: sostener el programa económico y dar señales claras a los mercados.
Más allá de las posiciones encontradas, el debate sobre la independencia del BCRA vuelve a ocupar un lugar central en la agenda económica, en un contexto donde las tasas de interés, el tipo de cambio y la inflación siguen siendo variables sensibles para la estabilidad.