Por Agroempresario.com
El consumo interno de yerba mate mostró una recuperación significativa en el primer semestre de 2025, alcanzando 138,27 millones de kilogramos, un incremento del 15,7% respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, este repunte todavía no logra superar los niveles registrados en 2023, un año récord para el tradicional producto argentino. Por otra parte, la producción sufrió un marcado descenso y el impacto de las políticas de desregulación impulsadas por el gobierno de Javier Milei generaron importantes cambios en el mercado, afectando la rentabilidad de los productores.
Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) recopilados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el consumo interno durante el primer semestre de 2025 se ubicó en 138,27 millones de kilogramos. Este volumen representa una mejora frente a 2024, aunque se mantiene un 0,3% por debajo del primer semestre de 2023.
En paralelo, la producción experimentó un retroceso importante. Durante los primeros seis meses de 2025, se procesaron 449,55 millones de kilogramos de hoja verde, un 20,3% menos que en el mismo período del año anterior y un 1,9% por debajo del promedio entre 2021 y 2024. Esta caída se explica por la combinación de dos factores principales: la enfermedad del rulo, que afectó la calidad y disponibilidad de la hoja verde, y la reducción de la rentabilidad de los productores, lo que desincentivó la oferta.
El sector yerbatero argentino también mostró un desempeño destacado en el frente externo. En 2024, las exportaciones alcanzaron un récord, con un crecimiento del 10,9% respecto a 2023 y un aumento del 11% en comparación con el promedio 2019-2023. Este auge se sustentó en la creciente demanda en mercados clave, especialmente Siria, que se consolidó como el principal destino de la yerba mate argentina.
La tendencia se mantuvo en 2025: entre enero y junio, las exportaciones crecieron un 18% respecto al mismo período del año anterior y un 30,8% frente al promedio 2019-2024. Según datos del INDEC, Siria recibió el 70,3% del total exportado, seguida por Chile con un 14,8% y España con un 4,5%. Esta concentración geográfica refleja la importancia estratégica de estos mercados para la cadena yerbatera.
Uno de los cambios más significativos en el sector se produjo a raíz del decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023, impulsado por el gobierno de Javier Milei, que eliminó varias regulaciones clave. Entre ellas, se derogan artículos de la ley 25.564 que facultaba al INYM para fijar precios y registrar a los productores en las principales provincias productoras, Misiones y Corrientes.
Este proceso de desregulación significó que el INYM perdió herramientas para equilibrar oferta y demanda, y para implementar restricciones que protejan la producción local. Según CEPA, “el INYM permitía a los productores participar en la fijación de precios para no salir perjudicados y establecía límites de hectáreas para nuevos cultivos, promoviendo la inclusión de pequeños productores”.
La Resolución 406/2023 estableció inicialmente precios de referencia para la hoja verde y la yerba canchada durante octubre 2023 a marzo 2024, con valores de $250 y $950 respectivamente. Sin embargo, la inflación acelerada en los primeros meses de 2024 desactualiza estos valores, forzando una actualización a $370 para marzo.
Con la desregulación efectiva desde abril de 2024, los precios pagados al productor cayeron drásticamente, fluctuando entre $180 y $300 por kilogramo de hoja verde, con una diferencia notable entre venta directa a cooperativas y grandes industrias. Esta situación llevó a una reducción en la rentabilidad y, consecuentemente, a una menor oferta de materia prima.
El precio de la yerba mate en góndola también sufrió variaciones, con un incremento del 1,5% en junio de 2025, ubicándose alrededor de los $4.519 por kilogramo según el INDEC. Sin embargo, solo una fracción minoritaria de ese valor llega a los productores. En promedio, durante junio, los productores captaron apenas un 18,9% del precio final, una cifra que representa una caída de 5,5 puntos porcentuales respecto al promedio entre 2020 y 2023.
Esta situación implica un escenario complicado para la sustentabilidad del sector, ya que la brecha entre lo que recibe el productor y el precio de venta en góndola afecta la capacidad de inversión y la planificación a largo plazo. Para recuperar la proporción histórica del 24,4% del precio de góndola, el valor del kilogramo de hoja verde debería incrementarse en un 28,8%, alcanzando aproximadamente los $367.
CEPA advierte que “la desregulación permite que las industrias procesadoras decidan arbitrariamente los precios al productor, sin referencias que garanticen la cobertura de costos para la próxima cosecha”. Esto pone en riesgo la inversión en nuevas plantaciones, un proceso que demanda al menos cinco años para comenzar a producir, y que requiere previsibilidad en los precios y estabilidad en la rentabilidad.
La yerba mate es un producto emblemático de la cultura argentina y un sector clave para las economías regionales de Misiones y Corrientes. El repunte en el consumo interno y la expansión en los mercados internacionales reflejan un potencial importante, pero las tensiones generadas por la desregulación y la caída en la producción ponen en alerta a productores y especialistas.
El equilibrio entre precios justos, estabilidad productiva y apertura de mercados será fundamental para garantizar la sustentabilidad de la cadena yerbatera a mediano y largo plazo. La gestión de políticas públicas y la recuperación de mecanismos regulatorios podrían ser determinantes para revertir la caída de la oferta y mejorar la rentabilidad de quienes trabajan la tierra.