Por Agroempresario.com
El biodiesel argentino atraviesa un momento crítico: la producción del primer semestre de 2025 alcanzó apenas 445.983 toneladas, el nivel más bajo desde 2009, cuando se comenzaba a desarrollar esta industria en el país. Así lo refleja un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elaborado por Bruno Ferrari y Emilce Terré, que muestra un panorama que va a contramano de la tendencia internacional en biocombustibles.
Mientras las ventas al corte en el mercado interno mostraron un ligero aumento respecto del año anterior, las exportaciones cayeron a niveles mínimos, comprometiendo la competitividad de la industria y limitando el desempeño del sector en el primer semestre.
El informe de la BCR subraya que, si bien la producción mostró un repunte en junio con 105.253 toneladas, la actividad durante los meses previos fue muy limitada, incluso tras la llegada de la nueva cosecha de soja. La mayor parte de la producción se destinó al mercado interno, alcanzando 384.326 toneladas vendidas al corte, el mayor volumen desde 2020 a igual momento del año, pero inferior a los niveles entre 2012 y 2020.
Según el informe, la capacidad teórica anual de producción de biodiesel en Argentina es de 4,6 millones de toneladas, por lo que alcanzar el volumen proyectado para 2025, de 950.000 toneladas, implicaría una ociosidad cercana al 80% del potencial productivo.
Las exportaciones durante el primer semestre fueron de apenas 30.000 toneladas, un nivel histórico mínimo desde 2008. Esta caída se explica, en parte, por las restricciones de acceso a mercados internacionales, especialmente a Estados Unidos, y por la elevada demanda de aceite de soja argentino para otros fines, lo que limitó la disponibilidad de materia prima para la exportación de biodiesel.
Se espera que durante la segunda mitad del año los envíos al exterior puedan aumentar, dependiendo de los precios internacionales y la posibilidad de acceso a la Unión Europea, aunque el panorama sigue siendo complejo para las plantas industriales ubicadas en el Gran Rosario.
La provincia de Santa Fe continúa siendo la principal jurisdicción productora de biodiesel, pero registró su peor desempeño desde al menos 2010. El share de participación de la provincia en la producción nacional cayó al 49%, mientras que en años anteriores rondaba el 70% e incluso superaba el 80% en algunos períodos con mayor producción.
La caída más significativa afecta a las empresas santafesinas que dependen de la exportación y no cuentan con cupos asignados para ventas al corte en el mercado doméstico. Por su parte, las compañías con cupo para el mercado interno cumplieron con 172.838 toneladas, levemente por encima de las 156.721 toneladas del año anterior. Sin embargo, ante un corte obligatorio que no logra crecer con el tiempo, los cupos tienden a caer históricamente.
A nivel global, Oil World proyecta una producción total de biodiesel y HVO de 61,9 millones de toneladas para 2025, apenas 1,79 millones menos que el año previo, debido a la contracción en Estados Unidos, Argentina, la UE-27 y Canadá. Esta disminución se compensaría parcialmente con incrementos productivos en Brasil e Indonesia, que se mantienen sólidos ante la mayor demanda de biocombustibles.
Estados Unidos, aunque comenzó el año con baja producción, muestra expectativas positivas hacia el futuro. En cambio, Argentina enfrenta desafíos estructurales que le impiden seguir la tendencia internacional de mayor agregado de valor en la cadena de la soja y consolidarse como un proveedor competitivo de biodiesel.
El panorama de baja producción y exportaciones históricamente mínimas genera preocupación en el sector industrial y entre los productores de soja y biodiesel. La dependencia del mercado interno limita la rentabilidad de las plantas, mientras que la falta de acceso a mercados externos frena la expansión de una industria estratégica para el país.
El informe de la BCR resalta que los meses de menor actividad productiva se concentraron principalmente en plantas que no poseen cupo asignado para ventas al corte, afectando especialmente a empresas orientadas a la exportación. Esto evidencia la necesidad de políticas claras que incentiven tanto la producción como la apertura de mercados internacionales.
La situación de 2025 deja al descubierto la vulnerabilidad de la industria del biodiesel en Argentina frente a desafíos internos y externos. Los especialistas coinciden en que el país necesita fortalecer su capacidad exportadora, mejorar el acceso a mercados internacionales y generar condiciones para que la producción alcance niveles más sostenidos.
Además, el sector reclama una mayor previsibilidad en los cupos de ventas al corte y políticas que fomenten la industrialización del aceite de soja, permitiendo que Argentina no solo produzca materia prima, sino que agregue valor en origen y se inserte de manera competitiva en la cadena global de biocombustibles.
El balance del primer semestre de 2025 marca un punto de inflexión: mientras el mundo sigue expandiendo la producción de biodiesel, Argentina enfrenta un semestre histórico por las cifras negativas y la necesidad de ajustes estratégicos. El futuro del sector dependerá de la combinación de decisiones de política pública, inversión privada y acceso a mercados internacionales.