Por Agroempresario.com
El especialista en telecomunicaciones y economías digitales Raúl Katz advirtió que Argentina atraviesa un rezago tecnológico frente a otros países de la región y que el mercado requiere una estructura con dos grandes operadores con capacidad de inversión para revertir la tendencia. En diálogo con medios nacionales, Katz —profesor en la Columbia Business School y con trayectoria académica en el MIT y la Sorbona— subrayó que las decisiones en materia de fusiones y adquisiciones en el sector deben evaluarse con un enfoque estratégico y moderno, evitando diagnósticos obsoletos.
Según Katz, la industria de telecomunicaciones ha cambiado radicalmente en los últimos 20 años. Antes era un sector estanco, centrado en telefonía de voz, banda ancha fija y televisión por suscripción. Hoy, forma parte de una cadena de valor mucho más amplia, integrada con plataformas digitales, servicios OTT como Netflix, Amazon Prime Video o Disney+, y nuevos modelos de consumo de contenidos.
“Analizar las telecomunicaciones como un compartimento aislado es obsoleto. Hay que entender cómo se insertan en un ecosistema digital más grande”, afirmó. Para el especialista, esta mirada es crucial para países como Argentina, donde el regulador, según él, se encuentra atrasado en términos técnicos e institucionales.
Katz señaló que uno de los problemas clave del país es la calidad técnica e institucional del cuerpo regulatorio, lo que influye directamente en la capacidad para tomar decisiones estratégicas. Un ejemplo concreto, mencionó, es el dictamen de objeción de la Comisión de Defensa de la Competencia sobre la posible compra de Telefónica por parte de Telecom Argentina.
En ese dictamen, se argumentaba que la operación afectaría la competencia en el mercado de telefonía fija, un servicio en franco declive a nivel mundial. “Hoy, todo el mundo está abandonando el teléfono fijo para pasar al celular. Usar la cuota de mercado de telefonía fija como argumento central es quedarse en el pasado”, explicó Katz.
Uno de los puntos más debatidos es si la reducción de tres a dos grandes operadores afectaría negativamente a la competencia. Katz sostiene que, aunque existe el riesgo de colusión, existen casos internacionales donde un duopolio bien regulado mantiene precios estables e incrementa la inversión.
“Cuatro grandes jugadores son muchos; la discusión real es si el número óptimo es dos o tres. En Argentina, si se mantiene a tres, uno de ellos (Telefónica) está en declive y con baja inversión. Eso podría perjudicar la calidad del servicio”, afirmó.
Katz enfatizó que el negocio de telecomunicaciones es intensivo en capital y requiere inversiones de gran escala, en especial para el despliegue de redes 5G. “Si tenemos dos grandes operadores con capacidad financiera y técnica, es más probable que podamos avanzar rápido hacia una digitalización completa”, sostuvo.
En este sentido, explicó que las sinergias resultantes de una fusión —como la de Telecom y Telefónica— permitirían ahorrar en infraestructura y operaciones, destinando esos recursos a nuevos productos, expansión de la cobertura y mejoras de calidad.
Un punto delicado en la discusión es que el Grupo Clarín posee el 40% de Telecom, lo que genera inquietudes sobre la concentración de medios y telecomunicaciones en un mismo conglomerado. Para Katz, este aspecto debe analizarse, pero no debería ser la barrera inicial para aprobar la operación.
“Primero hay que permitir que el sector se reorganice para invertir y crecer. Después, en una segunda etapa, evaluar los posibles riesgos de concentración en contenidos y distribución”, indicó.
El presidente Javier Milei declaró públicamente que no permitirá que el Grupo Clarín se quede con Telefónica, una postura que Katz considera “apresurada”. “Esto requiere un análisis técnico profundo. Las decisiones rápidas pueden comprometer el futuro del sector”, advirtió.
De concretarse la compra de Telefónica por Telecom, Katz proyecta los siguientes impactos positivos:
“En mercados donde se logran economías de escala, se puede destinar más presupuesto a innovación y expansión tecnológica”, explicó.
Si bien reconoce que la concentración siempre plantea desafíos, Katz sostiene que la clave está en el marco regulatorio. “Es posible tener dos grandes operadores y al mismo tiempo evitar prácticas anticompetitivas, siempre que el regulador sea fuerte y técnicamente competente”, subrayó.
Comparada con países como Brasil, Chile o México, Argentina está rezagada en cobertura y calidad de conectividad, así como en la adopción de 5G. Para Katz, revertir este retraso no es opcional: “La conectividad es hoy un insumo tan básico como la energía o el agua para la competitividad de las empresas y el desarrollo social”.
Katz concluye que el futuro del sector dependerá de la capacidad del país para atraer y sostener inversión privada, lo que implica decisiones regulatorias alineadas con las tendencias internacionales y un enfoque pragmático hacia las fusiones y adquisiciones.
“Necesitamos dos grandes jugadores con la espalda para invertir y competir a nivel regional. Lo demás es debatible, pero sin inversión no hay futuro digital para Argentina”, remarcó.