Por Agroempresario.com
La renovación legislativa en la provincia de Buenos Aires genera incertidumbre sobre la gobernabilidad de Axel Kicillof. Con las elecciones del 7 de septiembre a la vuelta de la esquina, la frágil primera minoría que ostenta Unión por la Patria podría verse debilitada si se repiten los resultados de los últimos comicios intermedios. La atomización de la Cámara de Diputados y las disputas internas entre los bloques de oposición ponen en jaque la capacidad del gobernador para implementar su agenda política.
Actualmente, la Cámara de Diputados bonaerense cuenta con 92 legisladores divididos en 11 bloques, de los cuales Unión por la Patria tiene 37 escaños y es la primera minoría. El PRO posee 13 bancas, La Libertad Avanza 12, UCR-Cambió Federal 8, Acuerdo Cívico-UCR+Gen 7, Unión y Libertad 6, Coalición Cívica 3 y Unión Renovación y Fe 3, mientras que los unibloques del Frente de Izquierda, PTS, Derecha Popular y MTS completan el total. Este año se renuevan 46 bancas, con 19 de ellas en manos del oficialismo, lo que convierte la elección en un desafío clave para Kicillof.
Durante los últimos años, la Cámara baja sólo sesionó cuatro veces, incluyendo una sesión para suspender las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Está limitada actividad legislativa refleja no solo la parálisis de la institución, sino también la concentración de los diputados en la reorganización política para enfrentar los próximos comicios.
El panorama para Unión por la Patria no es alentador. En las dos últimas elecciones de medio término, el oficialismo perdió peso electoral: en 2017 y 2021, los votos obtenidos por el frente oficialista no superaron el 36,32%, cifra que se mantiene como piso probable para septiembre de 2025. En 2023, Kicillof renovó su mandato con más del 52% de los votos, pero los legisladores de su bloque lograron apenas el 44,94%, evidenciando una brecha entre el respaldo al gobernador y la fuerza parlamentaria.
La renovación de bancas muestra que solo tres de los 11 legisladores del Movimiento a Futuro dentro del bloque de Unión por la Patria tendrán continuidad. Esto implica que el oficialismo deberá defender la mayoría de sus escaños bajo un escenario de competencia intensa y una oposición que podría sumar fuerzas a través de alianzas estratégicas.
La Libertad Avanza, presidida actualmente por Agustín Romo, tiene solo tres escaños a renovar, pero podría duplicar su representación al sumar aliados de bloques como Pro y otros partidos que antes pertenecían a Juntos por el Cambio. Esta ampliación consolidaría a LLA como la principal oposición y complicaría la gobernabilidad del oficialismo.
El bloque de Pro y otros aliados fragmentados de Juntos por el Cambio, UCR-Cambio Federal, Acuerdo Cívico-UCR y Coalición Cívica, que renuevan 22 bancas, podrían integrarse en la estrategia de LLA para disputar la primera minoría. Si logran mantener sus escaños y sumar algunos del oficialismo, la oposición fragmentada podría ejercer un poder de veto significativo, afectando las iniciativas de Kicillof y condicionando su estrategia política de cara a 2027.
En el Senado, la situación es menos fragmentada pero igualmente compleja. Se renuevan 23 de los 46 escaños, y el presupuesto provincial continúa prorrogado desde 2023, manejado con partidas discrecionales sin control ciudadano. La primera minoría la ocupa Unión por la Patria con 21 legisladores, que renuevan diez escaños. La oposición, aunque fragmentada, tiene el potencial de limitar la capacidad del oficialismo para aprobar leyes clave y gestionar la agenda política de la provincia.
La renovada composición legislativa afectará directamente los planes presidenciales de Axel Kicillof. Con un bloque debilitado, cualquier intento de avanzar en reformas estructurales podría ser bloqueado o condicionado por la oposición. La estrategia del gobernador deberá combinar negociación, alianzas parciales y gestión política eficiente para asegurar su gobernabilidad y proyectar una plataforma sólida para competir en 2027.
Los resultados de septiembre no solo definirán la composición de la Legislatura bonaerense, sino que también servirán como termómetro de la fuerza política de Kicillof y de la proyección de Unión por la Patria en el mediano plazo. La dinámica entre oficialismo y oposición mostrará si el proyecto presidencial del gobernador puede sostenerse frente a una Cámara de Diputados fragmentada y un Senado que, aunque más estable, sigue limitado por acuerdos parciales.