Por Agroempresario.com
El girasol se perfila como una opción firme en la zona núcleo argentina para la campaña 2025/26, superando a la soja gracias a su ventaja económica y a la estabilidad que ofrece en ambientes restrictivos. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el área sembrada de girasol muestra un leve crecimiento, consolidando su importancia en la planificación agrícola regional.
A pesar de que el escenario hídrico es favorable y podría favorecer a la soja, la oleaginosa mantiene un margen superior. Con un rendimiento promedio de 22 quintales por hectárea, el girasol genera una renta de 212 u$s/ha en campo propio, superando ampliamente los 180 u$s/ha de la soja en zonas marginales. Esta diferencia se acentúa para tierras alquiladas, donde el girasol conserva un margen positivo de 31 u$s/ha, mientras que la soja entra en terreno negativo con una pérdida de 9 u$s/ha considerando costos e impuestos.
Históricamente considerado un cultivo secundario, el girasol ha ganado relevancia en los últimos años por su tolerancia al estrés hídrico y condiciones de mercado favorables. Técnicos de Pergamino señalan una “intención incipiente” de ampliar la superficie sembrada, impulsada por los resultados positivos de la campaña 2024/25. Aunque no se espera un aumento abrupto, la estabilidad y rentabilidad del girasol lo convierten en una alternativa segura frente a la soja, especialmente en ambientes donde los rendimientos no superan los 30 quintales por hectárea.
El girasol no solo asegura mejores márgenes económicos, sino que también se integra en la estrategia de diversificación de los agricultores de la zona núcleo, permitiendo reducir riesgos y optimizar la inversión. A pesar de que un año más húmedo podría elevar el riesgo de enfermedades, su desempeño y rentabilidad lo consolidan como un cultivo clave para los productores que buscan equilibrio entre seguridad y productividad.