Por Agroempresario.com
La nuez pecán, un fruto originario de la cuenca de los ríos Mississippi-Missouri en Estados Unidos, llegó a la Argentina gracias a Domingo Faustino Sarmiento, quien introdujo las primeras semillas. Décadas después, el cultivo se transformó en un sector con gran potencial productivo y exportador: el país ya produce unas 4000 toneladas anuales, de las cuales alrededor del 70% se exporta a mercados internacionales cada vez más demandantes.
Uno de los protagonistas de este crecimiento es el Vivero Santa María, ubicado en La Criolla, Entre Ríos, que se consolidó como uno de los más grandes de pecán del país. Su alianza con el campo escuela La Matera, en Mercedes (provincia de Buenos Aires), vincula directamente al vivero con el cantante Abel Pintos, quien en 2023 fue designado embajador de la nuez pecán por su compromiso con el desarrollo y la promoción de este superfruto.
El Vivero Santa María nació entre 1945 y 1946, fundado por Juan Pellichero. Hoy lo conduce la tercera generación, con Carlos Alberto Pellichero y Juan Pablo Passini, vicepresidente del Clúster del Pecán e integrante de la Cámara Argentina de Productores de Pecán. Desde 2004, el vivero trabaja con genética de Estados Unidos en el marco del proyecto ProPecán del INTA, lo que permitió producir plantas con calidad certificada.
Actualmente producen 80.000 plantas anuales, con técnicas a raíz desnuda y en maceta. Además de sus plantaciones propias de cítricos y pecán, impulsan el desarrollo de una unidad de acondicionamiento de nueces, sumando valor agregado a la cadena.
El cultivo del pecán se expandió a lo largo de 13 provincias argentinas, incluyendo Entre Ríos, Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Chaco, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Córdoba, Salta y hasta zonas cercanas al límite de Río Negro. La versatilidad del fruto —“muy plástico”, como lo define Passini— le permite adaptarse a distintos climas y suelos.
Con unas 4000 toneladas anuales, el 70% se destina a mercados externos. Los principales destinos son Unión Europea, Rusia, Medio Oriente y Estados Unidos. Recientemente se habilitó también el mercado de China, cuya enorme demanda abre perspectivas estratégicas para el futuro. “Con nuestra producción actual, podríamos abastecer solo una parte mínima de su consumo”, reconoce Passini.
El mercado interno, en tanto, está en crecimiento, con un número cada vez mayor de pymes y elaboradores que utilizan la nuez pecán en productos industriales y gourmet, al estilo de lo que ocurre con el pistacho.
El vínculo entre la nuez pecán y el cantante Abel Pintos nació en La Matera, su campo sustentable en Mercedes, Buenos Aires, con 120 hectáreas y más de 12.000 plantas de pecán. El proyecto combina producción, educación y recreación: allí se realizan visitas escolares, se muestran tecnologías de energías renovables y se exhiben maquinarias agrícolas como las de John Deere.
En alianza con el vivero Santa María, La Matera se consolidó como un espacio innovador y participativo. “Abel entendió mucho, nos visitó, se nutrió. Este año fue nombrado embajador del pecán y seguramente por su compromiso nos ayudará con la promoción y desarrollo del mercado”, explicó Passini.
El cantante asumió el desafío como una apuesta de largo plazo. La nuez pecán comienza a dar frutos entre el tercer y quinto año, pero la rentabilidad recién llega hacia el octavo. “Las plantas se estabilizan entre los 15 y 20 años y pueden producir más de un siglo”, subraya el productor, destacando que en Estados Unidos y México, los mayores productores mundiales, hay ejemplares de más de 120 años.
La designación de Abel Pintos como embajador no es solo simbólica: su figura potencia la visibilidad del cultivo y lo conecta con nuevos públicos, en especial jóvenes interesados en la alimentación saludable y en los proyectos sustentables. El pecán, rico en antioxidantes, proteínas y grasas saludables, se proyecta como un “superfruto” con potencial de conquistar tanto el mercado gourmet como la industria alimenticia masiva.
El desafío para los próximos años es ampliar la superficie implantada, fortalecer la cadena de valor y consolidar el consumo interno. Con Sarmiento como introductor, viveros familiares como Santa María como pilares, y con un referente popular como Abel Pintos como embajador, la nuez pecán argentina parece haber encontrado el equilibrio justo entre tradición, innovación y proyección internacional.