Por Agroempresario.com
La política cambiaria vuelve a estar en el centro del debate económico argentino. En medio de un escenario marcado por la presión de los mercados, los vencimientos de deuda y la incertidumbre electoral, el economista Daniel Artana, jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), advirtió que el Gobierno se verá obligado a revisar la actual banda cambiaria o, en su defecto, avanzar hacia un esquema de flotación total.
En diálogo con Radio Mitre, Artana explicó que el esquema vigente, que establece un rango de fluctuación para el dólar, ya muestra señales de tensión. Según su visión, el techo de la banda podría ser alcanzado antes del 26 de octubre, lo que obligaría al Banco Central a intervenir de manera más activa mediante la venta de divisas, incluso recurriendo a los fondos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Uno debería esperar que en algún momento de acá al 26 de octubre se testee el techo de la banda, lo cual está dentro de lo que podía pasar”, señaló el economista.
Aunque hasta el momento el tipo de cambio no perforó el límite superior del rango, Artana enfatizó que el desafío radica en el uso de las reservas. “El problema es que si el Banco Central vende mucho, todos se preguntarán con qué se van a pagar los vencimientos de deuda del año próximo”, explicó.
El economista recordó que en 2019, frente a un contexto similar, el Gobierno optó por liberar el dólar y preservar las reservas. Sin embargo, con el actual acuerdo con el FMI, la estrategia resulta más compleja. “Yo hace un tiempo vengo diciendo que en algún momento, de acá al primer semestre de 2026, el Gobierno va a tener que revisar la banda o ir a un esquema de flotación total, porque va a necesitar comprar dólares”, agregó.
Las declaraciones de Artana se producen en un clima de tensión política tras los resultados de las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo sufrió un revés mayor al esperado. Este resultado debilitó la posición política del Gobierno y abrió interrogantes sobre la viabilidad de las reformas estructurales planificadas.
“El retroceso electoral alimenta dudas sobre el rumbo económico a partir de 2027, lo que refuerza el temor a un regreso de políticas populistas y contribuye al aumento del riesgo país”, explicó.
Para Artana, el dilema inmediato del Gobierno es si vender dólares para contener la presión sobre el mercado o permitir que el precio del dólar supere la banda. Ambas alternativas implican costos: intervenir debilita las reservas, mientras que dejar flotar la divisa podría desatar expectativas inflacionarias.
En este sentido, el economista remarcó que la decisión deberá balancear las necesidades financieras de corto plazo con la sostenibilidad de la política económica. “Ibas a sumar un comprador en el mercado cambiario que no estuvo presente, y eso podía generar que la banda no fuera suficiente. Pero, bueno, se cambiará y tampoco es el fin del mundo”, sostuvo.
De cara a los próximos meses, Artana anticipó que el Ejecutivo insistirá en la presentación de un presupuesto con equilibrio fiscal para 2026, considerado el núcleo del programa económico. No obstante, advirtió que la debilidad política podría abrir la puerta a mayores presiones de gasto por parte del Congreso y de los gobernadores provinciales.
“Un presidente debilitado enfrenta mayores demandas de recursos, lo que podría derivar en subas de impuestos o en la demora de algunas rebajas impositivas. Aunque no lo veremos de inmediato, estas tensiones aparecerán en el debate parlamentario”, señaló.
Mirando hacia el 26 de octubre, el economista destacó que tanto el presidente como los mandatarios provinciales comparten un mismo interés: evitar una crisis económica que afecte su gobernabilidad.
“Los gobernadores, a diferencia de los legisladores, tienen responsabilidades ejecutivas y son conscientes de que un deterioro económico también los golpea directamente. Eso podría facilitar acuerdos para sostener el equilibrio fiscal”, explicó.
La gran incógnita, según Artana, es cómo se administrarán los vencimientos de deuda el próximo año en un contexto de reservas limitadas y volatilidad cambiaria. “La evolución del riesgo sugería que no era todo riesgo político, había algo más. El Gobierno va a tener que sumar compras de dólares, y eso exigirá cambios en la política cambiaria”, afirmó.
En este sentido, el economista no descarta que el Tesoro deba acudir de manera más agresiva al mercado para garantizar el pago de compromisos, lo que sumará presión sobre el esquema vigente.