Por Agroempresario.com
El Gobierno argentino puso en marcha un mecanismo de intervención cambiaria que combina al Ministerio de Economía, el Tesoro Nacional, el Banco Central (BCRA) y el Banco Nación para estabilizar el valor del dólar en el mercado. Esta estrategia, activada en un contexto electoral y de alta volatilidad, busca garantizar previsibilidad, evitar saltos abruptos y transmitir calma a los inversores y a la ciudadanía.
El Tesoro cuenta con dos vías principales para intervenir en el mercado de cambios. La primera, y más utilizada, es a través del Banco Central, que actúa como “broker” ejecutando órdenes por cuenta y orden del Tesoro. En este caso, los dólares que posee el Tesoro en su cuenta corriente se utilizan para operaciones de compra o venta en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC).
La segunda vía es el Banco Nación, que también puede canalizar ventas de divisas en nombre del Tesoro, aunque con menor frecuencia. Ambos mecanismos permiten que el Gobierno disponga de dólares sin comprometer directamente las reservas propias del Banco Central, lo que agrega flexibilidad y opacidad al esquema de intervención.
El martes, operadores financieros sospecharon que ya hubo presencia oficial en la plaza cambiaria, aunque el parte diario del Banco Central sostuvo que no se realizaron operaciones con reservas propias. Esto es consistente con la idea de que el Tesoro intervino con fondos propios, lo cual no se refleja en los reportes oficiales del BCRA.
Un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI) señaló que las reservas brutas aumentaron USD 731 millones, aunque el incremento “no explicado” rondó los USD 630 millones tras ajustar por variaciones en oro, yuanes y DEG. Esto generó dudas sobre la verdadera magnitud de la intervención. Según PPI, podría tratarse de una recomposición de encajes en dólares típica de inicio de mes, aunque no se descartó una venta parcial del Tesoro.
La decisión de activar este mecanismo respondió a la creciente preocupación por la baja liquidez en el mercado cambiario. Según datos de Aurum Valores, el lunes se operaron apenas USD 289 millones, muy por debajo del promedio de agosto (USD 471 millones). Con un volumen tan bajo, el riesgo de que pocos millones muevan la cotización era elevado.
En este marco, el Ministerio de Economía instruyó al Tesoro a intervenir para garantizar calma en el tipo de cambio, buscando evitar que la volatilidad cambiaria genera incertidumbre económica y social en plena previa electoral.
El director del Banco Central y asesor económico de Luis Caputo, Federico Furiase, confirmó que la estrategia fue diseñada en coordinación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En declaraciones a A24, sostuvo que las “bandas de flotación cambiaria” se mantendrán tras las elecciones de octubre y que el esquema de intervención apunta a reforzar la liquidez del mercado.
“Las bandas de flotación siguen igual. El Tesoro provee liquidez sin afectar las reservas netas del BCRA, lo que fue bien recibido por el Fondo”, expresó Furiase. Según el funcionario, la medida transparenta las operaciones y otorga certidumbre a los actores del mercado.
Si bien la estrategia oficial apunta a transmitir tranquilidad, algunos analistas consideran que un solo día de baja liquidez no justifica un anuncio de tal magnitud. Para ellos, el movimiento responde más a una decisión política que a una necesidad estrictamente económica.
El antecedente de semanas previas refuerza esta visión: el Tesoro ya había desprendido divisas para asistir a provincias en el pago de intereses de deuda. En aquel momento, el equipo económico lo presentó como una operación puntual, aunque ahora se formalizó la posibilidad de intervenir directamente en el mercado.
El efecto inmediato de la estrategia será mantener al dólar oficial dentro de un rango controlado, evitando que el tipo de cambio se dispare en jornadas de bajo volumen. Esto busca reforzar la narrativa de estabilidad económica y ayudar a anclar expectativas inflacionarias en el corto plazo.
Sin embargo, la sostenibilidad del esquema dependerá de la capacidad del Tesoro de seguir utilizando dólares propios, sin recurrir a las reservas netas del Banco Central. En un contexto de restricciones externas y pagos de deuda en el horizonte, esta herramienta tiene un alcance limitado.