Por Agroempresario.com
El presidente argentino Javier Milei arribó este martes por la mañana a New York acompañado por su hermana y secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y el ministro de Economía, Luis Caputo, con un objetivo claro: sellar junto a Donald Trump un acuerdo financiero decisivo que permitirá al país enfrentar los próximos vencimientos de deuda y reforzar las alicaídas reservas del Banco Central.
La reunión entre ambos mandatarios tendrá lugar en el histórico edificio de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el marco de la Asamblea General. Allí, tras el discurso de Trump ante los representantes del mundo, se producirá un encuentro bilateral que no solo apunta a destrabar un salvataje financiero, sino también a consolidar la alianza estratégica entre Argentina y Estados Unidos en un momento de gran tensión geopolítica por el avance de China en América Latina.
La sintonía entre Milei y Trump no es nueva. Desde sus primeros contactos, ambos mandatarios han mostrado afinidad ideológica, cimentada en el discurso liberal y en la crítica al intervencionismo estatal. Este respaldo político se traduce ahora en hechos concretos: Estados Unidos se comprometerá a financiar a la Argentina a través de un préstamo especial gestionado por el Tesoro estadounidense, liderado por Scott Bessent.
El mecanismo elegido será el Fondo de Estabilización Cambiaria, un instrumento ya utilizado en la década de los noventa para asistir a México durante la crisis del llamado “Efecto Tequila”. A través de este sistema, Washington girará dólares al Banco Central, mientras la Argentina deposita pesos en una cuenta del Tesoro en New York. Lo más relevante es que este formato evita pasar por la aprobación del Congreso argentino, dominado en parte por la oposición.
El Gobierno argentino enfrenta una agenda de vencimientos abultada que se concentra en los próximos 15 meses. Entre 2025 y 2026, los compromisos alcanzan los 28.000 millones de dólares. Dentro de esa cifra:
El FMI, cansado de las sucesivas renegociaciones argentinas, ya no aparece como un aliado confiable. Por eso, la apuesta de Milei es clara: sellar una vía alternativa de financiamiento directo con Washington, respaldada políticamente por Trump.
La importancia de este acuerdo trasciende lo meramente económico. En cada reunión con altos funcionarios estadounidenses, Milei recibió advertencias sobre la creciente influencia del Partido Comunista Chino en América Latina.
China ha avanzado a través de inversiones en telecomunicaciones, infraestructura, energía y recursos naturales, consolidando un soft power que preocupa a Washington. En este marco, Xi Jinping busca fortalecer el swap de monedas con el Banco Central argentino, un instrumento que Milei intenta dejar atrás para acercarse aún más a los Estados Unidos.
Trump, quien considera a China como su principal enemigo global, ve en Milei un aliado estratégico capaz de contrarrestar esa expansión en la región. De ahí la importancia política del préstamo, que no solo alivia las cuentas argentinas, sino que también posiciona al país dentro del tablero geopolítico internacional.
En la mesa de negociación, además de Milei, estarán Karina Milei, Luis Caputo y el canciller Gerardo Werthein. Del lado estadounidense, acompañarán a Trump el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario del Tesoro Scott Bessent, pieza clave en la elaboración del acuerdo.
Bessent adelantó en su cuenta de X que el apoyo será “grande y contundente”, ratificando la disposición de Estados Unidos a sostener a la Argentina. En respuesta, Milei agradeció públicamente tanto a Trump como al secretario del Tesoro:
“Los que defendemos las ideas de la libertad debemos trabajar juntos para el bienestar de nuestros pueblos. Nos vemos el martes en Nueva York”, escribió el mandatario argentino.
Las palabras confirman que el respaldo va más allá de lo financiero: se trata de un alineamiento político-ideológico que pretende blindar a la gestión libertaria frente a los riesgos internos y externos.
La movida, sin embargo, no estuvo exenta de críticas. Desde la oposición, figuras como Martín Lousteau cuestionaron la decisión de acudir a Trump en busca de financiamiento. “Trump no hace nada gratis”, advirtió el senador radical, recordando los riesgos de hipotecar la autonomía política del país a cambio de dólares frescos.
Otros analistas económicos señalan que, si bien el préstamo puede ofrecer un alivio inmediato, también puede generar dependencia hacia Washington en un contexto de alta volatilidad global.
En la Casa Rosada consideran que este acuerdo permitirá estabilizar la economía hasta al menos 2026, ganando aire político para encarar las reformas estructurales pendientes. Pero la apuesta no está exenta de riesgos: una eventual derrota de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos podría dejar a Milei sin su principal respaldo internacional.
Por eso, los equipos técnicos de Caputo y Bessent trabajan en blindar jurídicamente el mecanismo, de modo que trascienda a los vaivenes de la política norteamericana.