Por Agroempresario.com
En el marco del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, el actual Ministro de Desarrollo Económico de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, brindó un encendido discurso que planteó un rumbo concreto para el desarrollo económico del país.
En su exposición, Lombardi fue categórico: “No basta con producir, hay que agregar valor”. Con esta frase como eje central de su intervención, el referente político instó a dejar atrás la visión de la Argentina como el granero del mundo, para pasar a un nuevo paradigma que ubique al país como supermercado del mundo, exportando no sólo materias primas, sino productos terminados con alto valor agregado.
La expresión, “Del granero al supermercado del mundo”, es para Lombardi mucho más que un lema. En su visión, se trata de una estrategia de país que requiere decisiones políticas firmes, inversión en tecnología, desarrollo regional e industrialización en origen.
“Si nosotros y los argentinos aspiramos a ser el granero del mundo, como tantas veces hemos dicho, es una frase hecha que no tiene sentido. Lo que tiene sentido es que agreguemos valor”, expresó el ministro, provocando la aprobación del auditorio.
Lombardi remarcó que seguir siendo un simple proveedor de commodities ya no es suficiente. La clave del futuro está en la transformación de esos recursos en productos elaborados, capaces de conquistar los mercados internacionales. “Tenemos talento,creatividad y recursos. Lo que falta es una política clara que promueva el desarrollo de las cadenas de valor completas”, insistió.
Uno de los puntos centrales del discurso de Lombardi fue la bioeconomía, entendida como la utilización sostenible de los recursos biológicos para la producción de bienes, servicios y energía.
“La bioeconomía no es el futuro, es el presente que debemos construir entre todos”, afirmó.
Desde su rol en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, destacó la importancia de apoyar con políticas públicas a los sectores que generen empleo, innovación y arraigo territorial, y colocó a la bioeconomía como una herramienta clave para el desarrollo regional.
Entre las múltiples posibilidades que ofrece este sector, Lombardi mencionó ejemplos como la biotecnología, la producción de bioenergía, los biomateriales y la agroindustria inteligente, áreas donde Argentina tiene ventajas comparativas únicas y una base científica sólida.
Además de la bioeconomía, Lombardi resaltó otros tres sectores en los que el país debe tomar decisiones estratégicas y canalizar inversiones: la energía, la minería y el turismo.
“La Argentina tiene un futuro enorme en la actividad energética y minera. Está instalado, faltan inversiones, falta naturaleza, pero hay un enorme trabajo por hacer”, expresó.
El ministro señaló que, pese a las oportunidades existentes en estos sectores, la falta de infraestructura, financiamiento y marcos regulatorios adecuados siguen siendo un obstáculo. Para revertir esta situación, propuso una articulación más eficiente entre el Estado y el sector privado, con el objetivo de convertir el potencial natural del país en riqueza concreta y sostenible.
En cuanto al turismo, área en la que Lombardi tiene amplia experiencia, aseguró que se trata de una actividad transversal que genera empleo directo e indirecto, promueve el desarrollo de las economías regionales y mejora la imagen del país en el exterior.
Uno de los conceptos más resonantes del discurso fue su referencia al rol estratégico de la planificación económica:
“Los países no pueden producir todo. Las decisiones deben estar fundamentadas en sus ventajas naturales, humanas y tecnológicas. Los países eligen sus oportunidades”, sostuvo.
Bajo esta premisa, el ministro insistió en que la diversificación productiva debe estar orientada a potenciar aquellas áreas en las que Argentina puede destacarse a nivel global. No se trata de hacer todo, sino de hacer bien lo que sabemos hacer mejor, y convertir esa eficiencia en un diferencial competitivo.
Lombardi hizo especial hincapié en la necesidad de industrializar en origen, es decir, procesar y transformar las materias primas donde se producen, con el fin de generar empleo calificado, mejorar la logística y fortalecer el arraigo poblacional.
“Invertir en tecnología, capacitación y desarrollo de infraestructura en las regiones es la clave para que nuestras provincias no sean solo proveedoras de recursos, sino protagonistas del desarrollo nacional”, remarcó.
Asimismo, defendió el concepto de federalismo productivo, promoviendo una distribución más equitativa de la inversión y del conocimiento entre las distintas regiones del país. En su visión, cada provincia tiene un rol que cumplir en la construcción de una Argentina más integrada y competitiva.
El III Congreso Federal fue el escenario propicio para un llamado a la acción conjunta entre el sector público, el privado, el sistema científico-tecnológico y la sociedad civil.
“No estamos acá para repetir discursos, sino para tomar decisiones”, dijo Lombardi en el cierre de su participación.
Con esa frase, dejó claro que el cambio no llegará solo con diagnósticos, sino con acciones concretas. La bioeconomía, la industrialización en origen, la apuesta a sectores estratégicos y la generación de valor agregado deben convertirse en políticas de Estado, que trasciendan los ciclos políticos y promuevan un modelo de desarrollo sostenible y competitivo.