Por Agroempresario.com
En el marco del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, el Embajador de Panamá en Argentina, Juan Luis Correa Esquivel, brindó una disertación clave sobre el modelo económico panameño, la importancia de su geografía estratégica y su integración a mercados internacionales.
Con una mirada empresarial, el embajador compartió cómo Panamá, a diferencia de muchos países de Centroamérica y Sudamérica que basan su crecimiento en economías industriales, ha construido una economía de servicios robusta, que hoy representa el 76% del Producto Interno Bruto (PIB).
“Panamá se debe al resto del mundo”, afirmó Correa, resaltando el rol del país como hub logístico, financiero y comercial en el continente americano.
Correa explicó que la vocación de servicios de Panamá no es casual, sino consecuencia directa de su posición geográfica privilegiada, que ha sido aprovechada desde mediados del siglo XIX.
En 1850, con la fiebre del oro en Estados Unidos, nació el primer ferrocarril interoceánico del mundo, y más tarde, el Canal de Panamá, que hoy canaliza el 6% del comercio mundial.
Además del canal y el ferrocarril, el país ha desarrollado un ecosistema logístico multimodal que incluye cinco puertos internacionales (dos en el Pacífico y tres en el Atlántico), una autopista para el transporte de contenedores y el hub aéreo de Copa Airlines, que en 2024 movió 19 millones de pasajeros.
"Panamá es el único país del continente que, excluyendo a Long Beach en California, mueve más contenedores que cualquier otro puerto de América", precisó.
Panamá no solo es un punto de tránsito comercial. También es un centro financiero internacional, creado en la década de 1970, que aloja bancos de Europa, Estados Unidos y Sudamérica. Este ecosistema apoya la actividad comercial con seguridad jurídica, estabilidad y una economía dolarizada, lo que garantiza baja inflación.
“Panamá nunca ha tenido una inflación mayor al 3% anual en los últimos 80 años”, puntualizó Correa. En 2024, la inflación fue del 0,7%.
El embajador subrayó que Panamá ha logrado convertirse en un país carbono negativo y que, de cara a 2030, exigirá que los buques que transiten por el canal cuenten con certificación ambiental.
La Selva del Darién, frontera natural con Colombia, es clave para el funcionamiento hidráulico del canal, al ser la principal fuente de agua dulce para las esclusas.
“El medio ambiente no es solo una responsabilidad, es también una ventaja comparativa”, señaló Correa, subrayando el creciente interés de inversores europeos en países sostenibles.
Uno de los principales atractivos para el capital extranjero es la Zona Libre de Colón, fundada en 1948. Solo en 2024, registró un volumen de negocios de 9.000 millones de dólares, sirviendo como centro de reexportación a todo el mundo, especialmente para productos importados de Asia y Sudamérica.
A ello se suman las zonas francas industriales, donde se instalan empresas extranjeras que producen con valor agregado para luego exportar desde Panamá con certificados de origen panameño, aprovechando los tratados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe, accediendo a más de 2.000 millones de consumidores globales.
A pesar de no tener grandes fábricas ni industrias manufactureras, Panamá ha logrado una reducción del 35% en los niveles de pobreza desde 1991, según cifras oficiales.
La estrategia ha incluido la creación de comarcas indígenas autónomas para proteger la cultura y los derechos de los pueblos originarios.
“Hoy los panameños son profesionales en logística, finanzas, comercio y servicios internacionales”, explicó Correa. El país ha coordinado con universidades y sectores privados para fomentar la formación en áreas clave del desarrollo.
Panamá, aunque geográficamente centroamericano, políticamente se considera parte de Sudamérica, como herencia del proyecto bolivariano de la Gran Colombia. Esta perspectiva geopolítica llevó al país a mirar hacia el sur y ser recientemente aceptado como miembro asociado del Mercosur.
Correa reveló que ya está en marcha la negociación de un tratado bilateral con Argentina, que podría concluir en julio de 2026, fortaleciendo así los vínculos comerciales directos entre ambos países.
“Estoy acá para generar acuerdos. Soy economista y empresario. Mi tarea es abrir puertas para que los productos argentinos lleguen al mundo a través de Panamá”, concluyó.
Con apenas 4,5 millones de habitantes y un territorio de 75.000 km² —más pequeño que la provincia argentina de San Juan—, Panamá ha demostrado que el tamaño no limita la proyección internacional.
Su PIB de 86.000 millones de dólares y un PIB per cápita de 19.000 dólares lo posicionan entre las economías más dinámicas de América Latina.
“Panamá es un país pequeño, pero muy feliz y muy conectado con el mundo”, dijo Correa, con una sonrisa que resume el espíritu optimista de su nación.