Por Agroempresario.com
El café dejó de ser una simple infusión matinal para convertirse en un fenómeno cultural que atraviesa generaciones, estilos de vida y momentos del día. En Argentina, el mercado cafetero ya mueve US$ 129,2 millones y, según la consultora Informes de Expertos, crecerá a un ritmo del 5% anual hasta 2034, impulsado por la innovación en formatos, el auge del consumo en distintos horarios y la aparición de un público cada vez más exigente y curioso.
El Día Internacional del Café encuentra a los argentinos en un momento de transformación en sus hábitos de consumo: más calidad, nuevas experiencias sensoriales, formatos innovadores y una creciente valoración de la trazabilidad y los beneficios para la salud.
De acuerdo con un relevamiento de Nestlé, cada argentino consume 1 kilo de café por año, lo que equivale a unas 208 tazas anuales por persona. Además, el 86,5% de los hogares lo incluye en su rutina cotidiana, lo que confirma que se trata de una de las bebidas más arraigadas en la mesa local.
Aunque el desayuno concentra el 42% de las tazas, el consumo se diversifica: un 24% se toma entre el almuerzo y la cena, un 12% después de cenar y un 10% incluso durante el almuerzo. En paralelo, el café se expande hacia nuevos momentos del día, como si cada pausa laboral, encuentro social o paseo se transformara en una oportunidad para disfrutar de una taza.
En términos de formatos, el café tostado y molido lidera con el 39% del mercado, seguido por el instantáneo con un 37%. Los cafés en cápsulas y en grano avanzan con un 8% cada uno, apoyados en un consumidor que busca más calidad, variedad y experiencias.
Uno de los fenómenos que más crece es el café frío, que ya representa el 6% de las ocasiones de consumo en Argentina y que, según estimaciones, podría duplicarse en los próximos años siguiendo la tendencia global. En esta categoría se destacan opciones como iced coffee, cold brew, frappuccino y bebidas combinadas con leche vegetal o jarabes saborizados.
Desde Starbucks, la gerenta de marketing para Alsea Sudamérica, Soledad Fantuzzi, explicó: “Vemos clientes mucho más informados y curiosos. Preguntan por el origen, los métodos de preparación y buscan nuevas experiencias sensoriales. La personalización es clave: eligen tipo de leche, ajustan dulzor y exploran sabores como lavanda, canela o caramelo salado”.
Fantuzzi remarcó que el Frappuccino sigue siendo un clásico, pero cada vez más consumidores se animan a probar combinaciones innovadoras, sumando shots de espresso para equilibrar frescura y energía.
El café también conquistó el canal del delivery. Según PedidosYa, los pedidos crecieron un 42% en el último año, confirmando que se trata de un ritual que trasciende el hogar y la oficina. Las variedades más solicitadas son el latte, el café con leche, el espresso clásico y el capuchino.
Las ciudades con mayor volumen de pedidos son Buenos Aires y GBA, Córdoba, Rosario, La Plata, Mar del Plata, San Miguel de Tucumán y Bahía Blanca. Curiosamente, el día y horario con más pedidos es el viernes a las 9 de la mañana, aunque a nivel regional el pico se da los martes a la misma hora.
Desde la compañía explicaron: “El café se mantiene como una de las categorías más fuertes dentro de PedidosYa porque acompaña a los usuarios en distintos momentos de su día. Cada pedido refleja no solo una bebida, sino un hábito que forma parte de la rutina digital de millones de personas”.
El mercado local también observa la consolidación de un consumidor mucho más exigente. Para Martín Cabrales, presidente de la tradicional firma Cabrales, el café “se está redescubriendo”.
“El consumidor actual se interesa por el origen, el método, la molienda, la temperatura. Aparecieron cafeterías de especialidad, baristas formados y consumidores que quieren saber qué están tomando. El interés por la trazabilidad y las certificaciones de calidad llegó para quedarse”, señaló.
En ese marco, Cabrales destacó la creación de la primera Academia MUMAC en Sudamérica, donde ya se capacitaron más de 2000 baristas, lo que refleja el auge de la profesionalización en la cultura cafetera.
Además, subrayó las propiedades saludables de la infusión: “Hasta cinco tazas de café hacen bien para la digestión y para mantenerte despierto. Es un energizante natural sin aditivos”.
El mercado argentino combina la expansión de cadenas internacionales con la fuerza de marcas locales que se reinventan. Un ejemplo es Café 5 Hispanos, que volvió al canal masivo con el eslogan “Tu Rutina, Tu Casa, Tu Café”. Con presencia en supermercados y negocios de proximidad, la marca presentó variedades sin azúcar (Tostado Suave, Medio e Intenso) y una imagen renovada, que apunta a conquistar tanto al consumidor nostálgico como a los jóvenes que buscan productos nacionales de calidad.
En paralelo, Café Martínez difundió un estudio donde se muestra que el café está presente en el 78% de los desayunos de la semana, en el 55% de los desayunos del fin de semana y en el 48% de las meriendas. Además, más del 70% de los consumidores elige el café con leche en el hogar, con una tendencia en alza hacia las opciones sin azúcar, sobre todo entre los jóvenes urbanos.
La Organización Internacional del Café (OIC) destaca el impacto positivo del consumo regular y moderado. Según estudios recientes, el café:
Esto refuerza la idea de que el café ya no es solo un placer, sino también un aliado para el bienestar.
Con un consumo en ascenso, una mayor diversidad de formatos y un público cada vez más exigente, Argentina se perfila como uno de los mercados más dinámicos de Latinoamérica. De hecho, el país ya es considerado el más cafetero de la región, superando ampliamente a Panamá, Guatemala, El Salvador y Honduras.
El futuro estará marcado por la innovación, la personalización y el avance de las bebidas frías. A su vez, el crecimiento de las cafeterías de especialidad y la profesionalización de los baristas seguirán impulsando un consumo más consciente y de mayor calidad.
En definitiva, el café en Argentina dejó de ser simplemente una bebida caliente para transformarse en una experiencia cultural y sensorial, donde cada taza refleja la evolución de un consumidor que busca identidad, salud, placer y conexión con el mundo.