Por Agroempresario.com
El café dejó de ser una bebida de consumo rutinario para transformarse en un verdadero fenómeno cultural. En la Argentina, cada vez más consumidores buscan información sobre el origen, la molienda y la calidad, al mismo tiempo que surgen nuevas propuestas de consumo, proyectos productivos locales y espacios de formación para profesionales.
En diálogo con Infobae, el empresario Martín Cabrales, referente indiscutido de la industria, analizó cómo evoluciona la relación de los argentinos con el café y qué tendencias marcarán el futuro del mercado.
Según Cabrales, el público argentino vive un proceso de transformación: “Hoy vemos un consumidor cada vez más activo. Se interesa por el origen, el método, la molienda, la temperatura. Aparecieron cafeterías de especialidad, baristas formados y consumidores que quieren saber qué están tomando”, destacó.
El especialista subrayó que la trazabilidad y la certificación de calidad son ejes centrales: “Entender el origen del café es lo más importante, junto con las certificaciones que aseguren excelencia. En cada uno de los cafés que comercializamos tenemos el sello del país de origen y certificaciones que respaldan la calidad. Además, si es de tueste reciente, mucho mejor todavía”.
La tendencia global también impacta en Argentina: el café es la bebida más consumida en el mundo después del agua y, aunque el mate mantiene su lugar como infusión nacional, la presencia del café crece sostenidamente. “Creo que esta tendencia global va a llevar a Argentina a tener cada vez más consumo”, adelantó Cabrales.
Más allá de su rol social, Cabrales resaltó el vínculo del café con la salud y el bienestar: “Hasta cinco tazas de café hacen bien para la digestión, para mantenerte despierto. Es un energizante natural sin agregados químicos o aditivos”, explicó.
Este redescubrimiento es impulsado especialmente por los jóvenes, quienes incorporan la infusión a su vida diaria no solo por su sabor y versatilidad, sino también por sus propiedades saludables.
La profesionalización del sector es otro de los pilares que destacan al mercado argentino. Cabrales recordó que en 2023 se inauguró en Mar del Plata la primera sede de la Academia MUMAC en Argentina y Sudamérica, en alianza con Cimbali.
“Es la primera Academia MUMAC en Sudamérica. Durante estos dos años más de 2000 alumnos se han capacitado y formado, accediendo a una certificación internacional. Pero lo más importante es que estas herramientas permiten a los baristas desarrollarse en un oficio en pleno crecimiento”, remarcó el empresario.
El surgimiento de cafeterías de especialidad y la formación de baristas con estándares internacionales responden a un consumidor más curioso, que busca conocer el método de preparación, el origen y el tueste de cada grano.
Una de las iniciativas más ambiciosas impulsadas por Cabrales se desarrolla en alianza con el gobierno de Tucumán, a través del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP). Allí ya se trabajan 23 hectáreas de café en el pedemonte tucumano, con variedades de excelencia como Geisha, Bourbon, Castillo y Pacamara.
“Este es solo el comienzo: el potencial de expansión es enorme y podría alcanzar las 8 mil hectáreas”, señaló.
Los primeros estudios muestran resultados prometedores:
Este avance no se limita a Tucumán. Según Cabrales, ya se están desarrollando convenios con otras provincias para impulsar la producción cafetera en Salta, Corrientes, Jujuy, Misiones y Tierra del Fuego.
“Estamos construyendo un café con identidad argentina. Es un proceso incipiente, pero con un potencial extraordinario. En pocos años podríamos tener producciones diferenciadas por región, como ocurre en países líderes del sector”, anticipó.
Para Cabrales, el gran desafío es acompañar el crecimiento de un consumidor más informado y exigente. “Hoy tenemos un consumidor ávido por nuevas propuestas. Eso significa que el mercado crece en cultura y en exigencia. Es algo que celebramos, porque empuja a toda la cadena de valor a mejorar”, subrayó.
El especialista aseguró que el futuro del café en Argentina estará marcado por tres ejes fundamentales:
El avance de proyectos productivos en distintas provincias abre la puerta a la consolidación de un café con identidad argentina, con perfiles de sabor y aroma vinculados al territorio.
De lograrse esa diferenciación, Argentina podría no solo consolidarse como un gran consumidor de café en Latinoamérica, sino también como un nuevo productor con características propias.
“Estamos convencidos de que el café argentino tiene un enorme futuro. Queremos construir un producto que refleje la calidad, la innovación y el talento de nuestra gente”, cerró Cabrales.